Para oclusión de vena retiniana

Inyección intravítreo de ranibizumab e implante intravítreo de dexametasona

Evaluación de las consultas oftalmológicas para ambas drogas utilizando información de pacientes norteamericanos.

Autor/a: S Nghiem-Buffet, S Baillif, S Regnier, A Skelly, N Yu & A Sodi.

Fuente: Eye (2017) 31, 551–559

Indice
1. Página 1
2. Referencias bibliográficas

Introducción

El edema macular secundario a oclusión de vena retiniana es común y puede causar pérdida de visión significativa. La patogénesis es multifactorial, pero las venas retinianas normalmente se obstruyen debido a un coagulo, compresión vascular externa o patología de la pared vascular. La obstrucción puede producirse en la vena retiniana central o en las ramas y se conoce como oclusión de vena retiniana central o de rama, respectivamente, siendo esta última más común.

La oclusión de vena retiniana provoca aumento de la presión capilar, lo que induce expresión de factor de crecimiento endotelial vascular (FCEV) e interleukina 6. Esto deriva en el colapso de la barrera hemato retiniana y aumenta la permeabilidad vascular, causando complicaciones como edema macular e isquemia retiniana provocando pérdida de visión.

Hasta hace poco, el tratamiento para el edema macular consistía en corticosteroides y fotocoagulación láser, sin embargo, actualmente los agentes anti FCEV proporcionan una opción tanto para la oclusión de vena retiniana central como de rama.

La eficacia y seguridad de ranibizumab intravítreo ha sido evaluada en dos importantes ensayos clínicos: BRAVO y CRUISE, en ambos estudios un mayor porcentaje los pacientes tratados con ranibizumab lograron una mejoría de la visión que los controles. La mejoría se mantuvo durante 12 meses. Hubo una menor frecuencia de efectos adversos también. Posteriormente la FDA aprobó el tratamiento con ranibizumab para edema macular secundario a oclusión de vena retiniana en 2010, al igual que la Agencia de Medicación Europea en 2011.

La dexametasona, es un corticosteroide que también resulta eficaz en el tratamiento de la misma patología. La dexametasona es administrada directamente a la cavidad del vítreo por un implante intravítreo. Si bien el porcentaje de pacientes que mejoraron fue superior a los controles, hubo un mayor porcentaje de efectos adversos.

El tratamiento fue aprobado para tratar edema macular asociado con oclusión de vena retiniana por la FDA en 2009. La repetición del tratamiento para la mayoría de los pacientes con edema macular secundario a OVR es <6 meses luego del primer tratamiento.

Debido a los distintos regímenes de tratamiento y dosificación, el principal objetivo del presente estudio fue comparar el promedio de consultas oftalmológicas de los pacientes tratados con ranibizumab intravítreo o dexametasona con implante intravítreo para el tratamiento de oclusión de vena retiniana central o de rama a los 12 meses de realizado el tratamiento.


 Pacientes y métodos:

Se utilizó la base de datos IMS Health Rel-World Data Medical Claims, para identificar pacientes que recibieron ranibizumab intravítreo o implante intravítreo de dexametasona entre junio 2010 y febrero 2014, con seguimiento de 12 meses.

Se registraron las consultas oftalmológicas para ambas drogas en pacientes con obstrucción de vena retiniana central y de rama. Asimismo se compararon las consultas por tratamiento, consultas no relacionadas con el tratamiento e intervalo entre consultas.

En primer lugar, en el presente estudio se observó que los pacientes con oclusión venosa retiniana que recibieron inyección de ranibizumab realizaron aproximadamente una consulta más al oftalmólogo durante los primeros doce meses de tratamiento que los tratados con implante de dexametasona.

En Estados Unidos, se recomienda administrar ranibizumab mensualmente (0,5mg) para tratar edema macular secundario a oclusión vena retiniana, aunque de no ser posible se realiza cada tres meses. En Europa el tratamiento es similar.

Por el contrario, dexametasona se administra mediante implante que libera dosis de 0,7 mg durante varios meses (seis meses).

Los resultados del presente estudio indican que los pacientes no reciben ranibizumab en los plazos recomendados durante los primeros doce meses, ya sea porque se observan mejoras en la agudeza visual en los primeros seis meses o por inconvenientes del paciente.

Para los pacientes que recibieron implante de dexametasona, el promedio de consultas fue más elevado de lo esperado durante los primeros doce meses de tratamiento. Esto se debió al aumento de consultas no relacionadas con el tratamiento por parte de los pacientes que recibieron implante de dexametasona. Esto puede explicarse por el incremento en la frecuencia de efectos oculares adversos (cataratas y aumento de la presión intraocular) asociados con el tratamiento. Por lo tanto, la cantidad de consultas termina siendo similar para ambos tratamientos.

El presente estudio ha resaltado que la manera de emplear los tratamientos en la práctica diaria puede diferir de lo recomendado, destacando la importancia de estudios con evidencia del mundo real.


Conclusiones:

El presente estudio es el primero en comparar los regímenes de tratamiento de ranibizumab intravítreo e implante de dexametasona intravítreo en pacientes con oclusión de vena retiniana central o de rama en Estados Unidos, utilizando una importante base de datos.

En los primeros doce meses de tratamiento, los pacientes que recibieron ranibizumab intravítreo  tuvieron en promedio una consulta más al oftalmólogo que los que se trataron con implante de dexametasona. La cantidad de consultas no es muy distinta en la práctica clínica para ambas drogas. Los profesionales deberán considerar el perfil riesgo-beneficio del agente anti FCEV y el corticosteroide al decidir el tratamiento adecuado para los pacientes con oclusión de vena retiniana.

Resumen y comentario objetivo: Dr. Martín Mocorrea