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Los bifosfonatos son un tipo de droga comúnmente utilizada, especialmente para la prevención de osteoporosis. La degeneración macular asociada con la edad es una patología incurable que sigue siendo una de las principales causas de ceguera en adultos mayores. Existen dos tipos: seca y neovascular o húmeda.
Las inyecciones intraoculares de anti factor de crecimiento endotelial vascular (FCEV) son el principal tratamiento para la DMAE húmeda. Importantes estudios epidemiológicos han identificado varios factores de riesgo de dicha patología como la genética, el cigarrillo y obesidad. Sin embargo, se desconocen los efectos del uso crónico de drogas prescriptas, especialmente las que provocan inflamación como los bifosfonatos. Teniendo en cuenta la hipótesis de que el uso a largo plazo de bifosfonatos podría aumentar el riesgo de DMAE neovascular o húmeda, realizamos un estudio para investigar dicha posibilidad.
Existe un incremento del riesgo de DMAE húmeda con el consumo de bifosfonatos orales
Pacientes y métodos: Participaron dos cohortes de pacientes de Columbia Británica, Canadá y se utilizó la base de datos del sistema de información de eventos adversos de la FDA para un análisis de disproporcionalidad. Todos los pacientes con DMAE de Columbia (2009-2013) que fueron diagnosticados por primera vez con DMAE húmeda por un especialista en retina y la cohorte de control fueron un millón de pacientes (2000-2007). Se realizó un estudio de casos y controles.
Los resultados del presente estudio indican que existe un incremento del riesgo de DMAE húmeda con el consumo de bifosfonatos orales. El riesgo se observó en el análisis de disproporcionalidad de la base de datos FAERS de la FDA. Alendronato, fue la droga con mayor asociación y con más informes ingresados. Asimismo, el estudio de casos y controles mostró un incremento del riesgo que aumentó con la duración del tratamiento.
El mecanismo de DAME involucra una interacción compleja de factores genéticos y medioambientales. Cada vez hay más pruebas que indican que la inflamación sistémica y localizada es el primer factor de riesgo de DMAE. Dado las propiedades proinflamatorias de los bifosfonatos, podrían ser el origen de incremento del riesgo de incidencia de DMAE húmeda.
Se sabe que los bifosfonatos inician una cascada inflamatoria al activar las células T gama-delta. Las consecuencias oculares del uso de bifosfonatos han sido documentadas con informes de casos de escleritis, uveítis e inflamación orbital. Por otro lado, se demostró in vitro el incremento de la expresión de mediadores inflamatorios por parte de los bifosfonatos.
Esta asociación fue confirmada por varios casos en los que la reintroducción de bifosfonatos produjo recurrencia de la inflamación ocular. La proteína reactiva C (PRC) es un medidor común y confiable de la inflamación sistémica. Siempre está presente en la inflamación aguda y se descubrió que se encuentra en los depósitos subretinianos y drusas confirmando el rol de la inflamación en la patogénesis de DMAE. Un análisis de 5 grandes cohortes mostró similar asociación entre niveles de PRC y DMAE húmeda.
Otras citoquinas inflamatorias como interleuquina 6 e interleuquina 8 también aumentan con los bifosfonatos. Se encontraron niveles elevados de IL6 e IL8 en el humor acuoso de pacientes con DMAE húmeda. Asimismo, IL 6 e IL 8 estuvieron significativamente asociadas con el volumen del edema macular en pacientes con DMAE húmeda.
Los niveles elevados de los mencionados marcadores inflamatorios podrían constituir un vínculo entre uso de bifosfonatos y DMAE. Sin embargo, un estudio demostró un posible efecto protector de los bifosfonatos por sus propiedades antiangiogénicas en un modelo animal. La combinación de propiedades proinflamatorias y antiangiogénicas fueron demostradas en un experimento in vitro de células del epitelio pigmentario retiniano.
Otro estudio mostró que los bifosfonatos orales podrían mejorar los resultados visuales y anatómicos de pacientes con membrana neovascular secundaria a DMAE húmeda en un estudio no aleatorizado, que solo siguió a las pacientes durante seis meses, aunque es probable que los efectos proinflamatorios superaran los efectos antiangiogénicos con el uso prolongado, como se demuestra en el presente estudio.
Los resultados del presente estudio demuestran un incremento del riesgo de DMAE húmeda con el uso de bifosfonatos orales. Dada la naturaleza observacional del estudio y las limitaciones de la información, se requiere la realización de nuevas investigaciones para confirmar lo observado.
► Conclusiones:
El uso continuado de bifosfonatos represento un aumento del riesgo de desarrollar DMAE húmeda. Debido a las limitaciones del presente estudio, se requieren nuevas investigaciones para confirmar nuestros resultados.
Resumen y comentario objetivo: Dr. Martín Mocorrea