Relación entre la enfermedad cardiovascular y el cáncer

Neoplasias en pacientes con síndrome coronario agudo

El cáncer y la enfermedad cardiovascular son las dos principales causas de muerte en el mundo y tienen numerosos factores de riesgo en común

Autor/a: Cordero A, López-Palop R, Bertomeu-Martínez V y colaboradores

Fuente: Revista Española de Cardiología (-):1-7, Ago 2017

Introducción

La incidencia del cáncer ha aumentado en las últimas décadas y en la actualidad es la segunda causa mundial de muerte, detrás de las enfermedades cardiovasculares. Los tumores más frecuentes en los varones españoles son los de próstata, colon, pulmón y vejiga; en las mujeres, los de mama, colon, útero y pulmón.

Las neoplasias y las enfermedades cardiovasculares tienen numerosos factores de riesgo en común y suelen desarrollarse de forma concomitante en el mismo individuo, a tal punto que el 30% de las muertes de los pacientes oncológicos obedecen a una causa cardiovascular.

El objetivo de este estudio fue describir la prevalencia y los tipos de cáncer presentes en los pacientes que ingresan por un síndrome coronario agudo (SCA) y analizar la incidencia de nuevas neoplasias durante el seguimiento.

Materiales y métodos

Se diseñó un estudio prospectivo en un único centro en el que se incluyó a todos los pacientes hospitalizados por SCA durante 7 años; esta cohorte fue de 1819 pacientes. Se definió como neoplasia prevalente a toda neoplasia anterior a la incorporación del individuo en el estudio y, como neoplasia incidente, a toda neoplasia diagnosticada después del alta hospitalaria.

En todos los casos se registraron la fecha del diagnóstico, la localización del tumor, los tratamientos administrados y la curación, si correspondía. Se documentaron, además, los antecedentes de enfermedades crónicas no transmisibles.

El seguimiento se realizó mediante el análisis de las historias clínicas y entrevistas telefónicas. Los objetivos principal y secundario del estudio fueron la mortalidad por causa cardiovascular y la mortalidad por cualquier causa, respectivamente.

Se analizó, además, la incidencia de neoplasias y el pronóstico en el caso de que las hubieran desarrollado o no en el momento de ser hospitalizados por SCA; en este último caso se analizó la mortalidad por cualquier causa, la mortalidad cardiovascular y la mortalidad por causa no cardiovascular.

Se incluyeron la edad, el sexo, la presencia de factores de riesgo, la insuficiencia cardíaca, la cardiopatía isquémica, la fibrilación auricular o el accidente cerebrovascular previos, además de los tratamientos en el momento del alta y la revascularización coronaria.

Se realizó un análisis desubdistribution hazard ratio (sHR) y sus intervalos de confianza del 95%. Se dividieron los pacientes de acuerdo con la ausencia de neoplasias, la presencia de neoplasias prevalentes o de neoplasias incidentes. La mortalidad total se consideró un cuarto grupo absorbente a los otros 3, así como la mortalidad cardiovascular y no cardiovascular. Se estableció la significación estadística en p < 0.05.

Resultados

La prevalencia de neoplasias en el momento de la internación por SCA fue de 3.4% (IC 95%: 2.7 a 4.4); los tumores más frecuentes fueron los de colon, vejiga, pulmón y próstata. Hubo un promedio de 5.5 años entre el diagnóstico del cáncer y el desarrollo del SCA. De los pacientes con neoplasias previas, 74.2% fueron tratados con cirugía; 46.8%, con quimioterapia, y 12.9%, con radioterapia.

El 41.9% de los individuos hospitalizados por SCA con antecedentes de cáncer estaban libres de enfermedad. Estos pacientes eran mayores en cuanto a la edad y tenían menores valores de hemoglobina, además de un menor uso de stents liberadores de fármacos frente al resto de los pacientes (37.7% contra 60.4%; p < 0.01).

Se logró el seguimiento del 95.1% de la cohorte inicial durante un promedio de 33 meses; durante este período se registraron 53 nuevos casos de cáncer, lo que equivale a una incidencia del 3.1%. Las localizaciones más frecuentes fueron el colon, el pulmón, la vejiga y el páncreas. El promedio del tiempo de aparición fue de 25 meses.

Al realizar el análisis multivariado ajustado por variables, se halló que la edad (sHR = 1.03; IC 95% 1.01 a 1.06; p =0.01) y el hábito del tabaquismo actual o pasado (sHR = 2.68; IC 95% 1.11 a -6.49; p = 0.03) se asociaron con la aparición de nuevos tumores.

En cuanto a la mortalidad a largo plazo, 280 de los 1731 pacientes dados de alta fallecieron. Esto arroja una mortalidad por cualquier causa de 16.2% (IC 95%: 14.5 a 18); en los pacientes con neoplasias incidentes o prevalentes este valor fue muy superior (64.2% y 40% respectivamente). Para los pacientes con neoplasias incidentes, 58.5% de las muertes se atribuyeron al cáncer, mientras que en los que tenían neoplasias prevalentes, esta cifra fue de 21.8%.

La mortalidad por causa cardiovascular tuvo un valor de 11.2% (IC 95% 9.8 a 12.8); este valor fue superior en los individuos con neoplasias prevalentes, pero no en los que tenían neoplasias incidentes.

Los pacientes con neoplasias tuvieron una mortalidad por causa no cardiovascular elevada, con independencia de que fueran incidentes o prevalentes. En general, la presencia de tumores multiplicaba por 4 o por 5 el riesgo de mortalidad por cualquier causa, según fueran prevalentes o incidentes, respectivamente.

Discusión

Estas patologías comparten factores en común, como el sedentarismo, la nutrición inadecuada y el tabaquismo, y no es infrecuente que se desarrollen de forma conjunta

Los resultados de este estudio demuestran que la incidencia y la prevalencia de neoplasias en los pacientes con SCA son significativas y se asocian con un mal pronóstico. Hay muy poca información respecto de la asociación entre el SCA y la ocurrencia de neoplasias; los datos de esta cohorte serían lo suficientemente representativos para considerarlos en un contexto clínico, dada la similitud de la incidencia y la prevalencia con los estudios previos.

Estas patologías comparten factores en común, como el sedentarismo, la nutrición inadecuada y el tabaquismo, y no es infrecuente que se desarrollen de forma conjunta. Además, el envejecimiento de la población augura un aumento en la incidencia de varios tipos de cáncer. En este estudio se observa que el factor de riesgo principal para la aparición de nuevas neoplasias tras el SCA es haber sido fumador o serlo actualmente. Dos de las neoplasias más frecuentes: el cáncer de vejiga y el de pulmón, se relacionan con el consumo de tabaco.

Los estudios previos demostraron que el riesgo de sufrir un infarto de miocardio se triplica en los individuos fumadores en comparación con quienes no lo son. Las personas que abandonaron el hábito hace al menos 3 años tienen un riesgo intermedio y hay un riesgo residual de casi 10 años.

Los fumadores por lo general tienen hábitos sedentarios y una dieta desfavorable; por esta razón, la asociación entre el SCA y el cáncer es congruente y refuerza la necesidad de implementar medidas multidisciplinarias para el abandono del tabaquismo.

Los pacientes con neoplasias prevalentes tuvieron tasas de mortalidad cardiovascular mayores; este hallazgo podría explicarse debido a una tasa inferior de revascularización y al empleo de stents liberadores de fármacos en este grupo. La revascularización no está exenta de comorbilidades, principalmente las relacionadas con el aumento de las hemorragias.

No se han estudiado la incidencia y el pronóstico de las neoplasias en pacientes con SCA. Este estudio sería el primero en analizar tanto los tipos de neoplasias en estos pacientes como su pronóstico. Se emplearon datos de seguimiento a largo plazo de otros estudios clínicos, en los que se registró que la mortalidad no cardiovascular fue de 4.3% en los pacientes revascularizados de forma percutánea y de 5.3% en los revascularizados de forma quirúrgica.

En estos pacientes se registró una mortalidad por cáncer de 2.2% y 2.4%, respectivamente, aunque no se especificó si estos tumores ya estaban diagnosticados en el momento de la incorporación del paciente en el estudio.

Los cánceres más frecuentes fueron los de pulmón, colon y vejiga. Estos datos no coinciden con los datos poblacionales obtenidos por otros autores, que sitúan el cáncer de mama y el de próstata como los más frecuentes. Esto podría deberse a que la cohorte estudiada tiene una edad promedio cercana a los 70 años y a que ya han sobrevivido a un SCA. El pronóstico de esta cohorte es muy desfavorable y es necesario un seguimiento y tratamiento específico.

La limitación principal de este estudio es el diseño observacional de un único centro. Sin embargo, los resultados son similares a los comprobados por otros autores y serían representativos de la población en general.

En conclusión, el porcentaje de pacientes que ingresan por un SCA con antecedentes de neoplasias es bajo, aunque menos de la mitad de los casos se encuentran libres de enfermedad. Estos pacientes presentan un pronóstico poco favorable después del alta. La incidencia de neoplasias en ese período fue de 3.4%, con tasas de mortalidad elevadas.

El tabaquismo fue el principal factor de riesgo para el desarrollo de neoplasias tras el alta, por lo que todas las estrategias enfocadas a la prevención y el abandono de este hábito podrían tener todavía más importancia en los pacientes en riesgo para SCA o que ya lo hayan padecido. Dado lo desfavorable del pronóstico de los pacientes con neoplasias y SCA, el abordaje para el tratamiento debería ser multidisciplinario a fin de mejorar, además de ese pronóstico, la calidad de vida.

SIIC- Sociedad Iberoamericana de Información Científica