Introducción
La degeneración macular asociada con la edad (DMAE), es una de las principales causas de ceguera en el mundo desarrollado. Se trata de una patología multifactorial que afecta a personas mayores y que involucra factores genéticos y de estilo de vida.
El diagnóstico se basa sobre imágenes de la retina con drusas como el principal indicio de la enfermedad en su inicio y neovascularización corio-retiniana y atrofia de epitelio pigmentario retiniano como fases de la última etapa de ésta. La cantidad de drusas y la superficie total en que se encuentran son las señales más importantes para pronosticar la progresión de la DMAE.
Las drusas son depósitos que contienen proteínas, ricas en lípidos y que se acumulan entre el epitelio pigmentario retiniano y la membrana de Bruch. Se asemejan a la formación de placas ateroscleróticas de las patologías cardiovasculares.
Las drusas contienen hasta un 40% de lípidos, que se cree provienen de la circulación sistémica. Muchos estudios han investigado la asociación entre lípidos y DMAE, pero los resultados son débiles e inconsistentes.
Genéticamente, el metabolismo de los lípidos también está involucrado en la DMAE.
El Consorcio E3 (European Eye Epidemiology) nos permitió investigar la relación entre los niveles sistémicos de lípidos, genes lípidos y DMAE utilizando una base de datos muy extensa. Estudiamos en detalle estas relaciones mediante espectroscopía de resonancia magnética nuclear.
Pacientes y métodos: |
Se realizó análisis de datos cruzados, participaron 30953 personas mayores de 50 del consorcio E3 y 1530 participantes de estudio Rotterdam con datos sobre subfracciones lipídicas.
Sobre la base de datos acumulados de 30953 participantes de Europa occidental, hemos demostrado que niveles elevados de colesterol HDL y bajos niveles de triglicéridos están significativamente asociados con la DMAE.
La magnitud del efecto fue mayor en la DMAE inicial que en la tardía y las asociaciones estuvieron relacionadas con el tamaño de las drusas y la superficie.
Al concentrarnos en subfracciones lipídicas, hemos revelado que las partículas extra grandes de HDL, partículas pequeñas de VLDL y la relación LDL/HDL, son impulsores de dicha asociación.
Muchos estudios anteriores no pudieron encontrar una asociación estadísticamente significativa entre lípidos y DMAE, pero los estudios con muestras más extensas generalmente hallaron una asociación positiva entre colesterol HDL y asociación inversa con triglicéridos.
La investigación en animales ha proporcionado una comprensión clave del metabolismo lipídico retiniano. Estudios en roedores mostraron que la mayoría de los lípidos de la retina se sintetizan localmente y hasta un cuarto de ellos proviene de la circulación sistémica.
Otro estudio en ratones mostró que una dieta rica en grasas aumenta el colesterol de la retina, pero no tanto como en la circulación.
Estos resultados indican que el traspaso de la circulación sistémica a la retina ocurre, pero de manera moderada. Se ha sugerido que una gran cantidad de colesterol esterificado actúa como barrera para el transporte de lípidos a través de una retina envejecida, por lo tanto se favorece la formación de depósitos.
Es interesante observar que las lipoproteínas parecieran estar íntimamente relacionadas con el sistema de complementos, una de las principales vías de la patogénesis de la DMAE. Pareciera que el HDL está involucrado en las acciones pro inflamatorias como también inhibitorias del complemento.
Niveles más elevados de HDL podrían provocar un desequilibrio de la homeostasis fisiológica. Hace falta seguir investigando el metabolismo lipídico en la retina.
En el presente estudio encontramos niveles elevados de colesterol HDL y bajos niveles de triglicéridos en las personas con DMAE.
En un análisis más detallado, observamos una concentración más elevada de partículas HDL extra grandes con un contenido más alto de lípidos y fosfolípidos, que están bajo el control genético de CETP y LIC. Esto indicaría que el HDL sistémico podría ser un biomarcador más que causante directo de DMAE.
Nuestros resultados indican que los lípidos juegan un rol importante en la primera fase de la enfermedad. Hipotéticamente, la intervención en dicha fase podría evitar la ceguera.
La mayoría de los estudios epidemiológicos no encontraron ningún efecto de las drogas para bajar el colesterol sobre la DMAE. Es necesario realizar ensayos controlados aleatorizados numerosos con un seguimiento prolongado para clarificar la relación entre las drogas para reducir lípidos y DMAE.
Conclusiones:
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Resumen y comentario objetivo: Dr. Martín Mocorrea