A nivel mundial, la depresión es una de las principales causas de discapacidad y lo ha sido durante décadas. Los medicamentos antidepresivos tienen resultados subóptimos y con demasiada frecuencia se asocian con efectos secundarios, lo que destaca la necesidad de opciones de tratamiento alternativas.
Aunque principalmente conocido por sus sólidos beneficios para la salud física, el ejercicio es cada vez más reconocido por sus beneficios antidepresivos y para la salud mental. La evidencia empírica indica que el ejercicio es efectivo en el tratamiento de personas con depresión; sin embargo, los mecanismos por los cuales el ejercicio ejerce efectos antidepresivos no se comprenden completamente.
Se ha demostrado que las sesiones agudas de ejercicio modulan transitoriamente los niveles circulantes de serotonina y norepinefrina, el factor neurotrófico derivado del cerebro y una variedad de mecanismos inmunoinflamatorios en cohortes clínicas con depresión. Sin embargo, no se ha demostrado que el entrenamiento físico module consistentemente tales mecanismos, y falta evidencia que vincule estos supuestos mecanismos y las reducciones en la depresión.
La complejidad de los fundamentos biológicos de la depresión junto con la intrincada cascada molecular inducida por el ejercicio son obstáculos significativos en el intento de desentrañar los efectos del ejercicio sobre la depresión.
A pesar de nuestra comprensión limitada de estos efectos, la evidencia clínica aboga uniformemente por el uso del ejercicio para tratar la depresión. Lamentablemente, el ejercicio sigue siendo subutilizado a pesar de ser una alternativa/intervención complementaria accesible y de bajo costo que puede reducir simultáneamente la depresión y mejorar la salud en general.
Para abordar las lagunas en nuestra comprensión de los efectos clínicos y moleculares del ejercicio sobre la depresión, proponemos un modelo que aprovecha la biología de sistemas y la ciencia de equipos multidisciplinarios con una inversión en salud pública a gran escala. Hasta que la ciencia iguale la escala de complejidad y la carga que plantea la depresión, nuestra capacidad para avanzar en el conocimiento y el tratamiento seguirá estando plagada de hallazgos mecánicos fragmentados e irreproducibles y sin pautas para los estándares de atención.