Ambiente, hábitos, cultura y salud

Interrupción circadiana y riesgo de enfermedad cardiometabólica

Los factores que interrumpen el ritmo circadiano tienen efectos nocivos en la salud cardiometabólica

Autor/a: Velarie Ansu Baidoo, Kristen L. Knutson

Fuente: Associations between circadian disruption and cardiometabolic disease risk: A review

Indice
1. Texto principal
2. Referencias bibliográficas
Aspectos destacados
  • En esta revisión, los autores resumen los resultados de estudios observacionales para evaluar la asociación entre la interrupción del ritmo circadiano y el riesgo de enfermedades cardiometabólicas.
     
  • Destacan que los factores que interrumpen el ritmo circadiano, incluido el trabajo por turnos, el cronotipo tardío, el horario de sueño tardío, la irregularidad del sueño y el horario tardío de las comidas, tienen efectos nocivos en la salud cardiometabólica.
     
  • La interrupción del ritmo circadiano se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiometabólicas como la diabetes mellitus, la obesidad y la hipertensión. Por lo tanto, se necesitan estrategias para aliviar la interrupción del ritmo circadiano y crear conciencia sobre la importancia de mantener la salud circadiana.

Resumen

El sistema circadiano humano juega un papel vital en muchos procesos fisiológicos, y los ritmos circadianos se encuentran prácticamente en todos los tejidos y órganos. La interrupción de los ritmos circadianos puede conducir a resultados adversos para la salud.

Se revisó la evidencia de estudios poblacionales recientes porque representan el comportamiento del mundo real y pueden ser útiles en el desarrollo de estudios futuros para reducir el riesgo de condiciones de salud adversas, incluidas enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes mellitus, que pueden ocurrir debido a la interrupción circadiana. Se realizó una búsqueda electrónica en PubMed y Web of Science (2012-2022). Los artículos seleccionados se basaron en criterios específicos de inclusión y exclusión.

Se discuten cinco factores que pueden alterar la alineación del ritmo circadiano: trabajo por turnos, cronotipo tardío, hora de dormir tarde, irregularidad del sueño y hora de comer tarde.

La evidencia de estudios observacionales de estos disruptores circadianos sugiere posibles efectos perjudiciales en la salud cardiometabólica, que incluyen mayor IMC/obesidad, mayor presión arterial, mayor dislipidemia, mayor inflamación y diabetes.

La investigación futura debería identificar las vías subyacentes específicas para mitigar las consecuencias para la salud del trabajo por turnos. Además, los horarios óptimos de sueño y comida para la salud metabólica se pueden explorar en estudios de intervención. Por último, es importante que se maneje el momento de las señales ambientales externas (como la luz) y los comportamientos que influyen en los ritmos circadianos.

Importancia del estudio
¿Qué ya se sabe?
  • La sincronía entre nuestros relojes internos y el mundo externo es esencial para una salud óptima.
     
  • La interrupción de los ritmos circadianos podría aumentar el riesgo de enfermedades cardiometabólicas.
     
  • Los ritmos circadianos pueden verse alterados por factores ambientales y de comportamiento, como la exposición a la luz, el horario de sueño y el horario de comidas.
¿Qué aporta esta reseña?
  • Esta revisión resume los resultados de estudios observacionales que han examinado las asociaciones entre los posibles disruptores circadianos (como el trabajo por turnos, el cronotipo, el horario del sueño, la regularidad del sueño y el horario de las comidas) y el riesgo de enfermedad cardiometabólica.
     
  • Muchos, pero no todos, de estos estudios observacionales han observado el papel perjudicial de la interrupción circadiana en la función cardiometabólica. Además, una asociación no infiere causalidad.
     
  • ¿Cómo podrían estos resultados cambiar la dirección de la investigación?
     
  • La investigación futura debería llenar los vacíos discutidos en esta revisión, incluidos más estudios mecánicos, estudios prospectivos y ensayos clínicos sobre la interrupción circadiana y las enfermedades cardiometabólicas.
     
  • Se alienta a los investigadores que trabajan en el campo a diseñar estrategias efectivas que minimicen la exposición a la interrupción circadiana y desarrollen métodos de difusión para enseñar al público sobre la importancia de la "salud circadiana".

Introducción

Los ritmos circadianos o relojes biológicos son reguladores endógenos ubicados en las células u organismos responsables de la coordinación de las actividades fisiológicas y conductuales, permitiendo que los organismos se adapten a un entorno cambiante dentro de un ciclo de 24 horas.

Se cree que el papel principal de este sistema circadiano es organizar los procesos fisiológicos temporalmente con el fin de anticipar periodos de actividad y de descanso. Los ritmos de estos procesos están controlados por "relojes" internos, con un reloj central ubicado en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que sirve como conductor de los relojes que se encuentran en casi todos los tejidos del cuerpo. La naturaleza ubicua de estos relojes en todo el cuerpo atestigua la importancia de estos ritmos para la salud.

Mantener la sincronía es clave para una salud óptima, y ​​esto incluye la sincronía entre los relojes internos y el mundo externo, así como la sincronía entre todos los relojes internos.

Figura 1

El sistema circadiano es jerárquico con un reloj central en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo y relojes periféricos en los tejidos y órganos de todo el cuerpo. La principal señal del horario, que sincroniza el reloj central, es la luz (Flecha A), mientras que los relojes periféricos se sincronizan a través de varios caminos El reloj central regula los ritmos circadianos de los periféricos a través de varios mecanismos (flechas B), como el control de la temperatura corporal, la actividad del sistema nervioso simpático y las hormonas, como la melatonina. La sincronización de los relojes periféricos también puede sincronizarse a través de la alimentación (flecha C).

Los ritmos se sincronizan con el mundo exterior principalmente a través de señales luminosas que llegan al núcleo supraquiasmático a través del ojo, por las células ganglionares de la retina. El reloj central, a su vez, regula los relojes periféricos a través de varios mecanismos, incluido el control de los ritmos de la temperatura corporal, la actividad del sistema nervioso autónomo y varias hormonas, como el cortisol y la melatonina.

Sin embargo, los relojes periféricos también se pueden sincronizar a través de otras señales, incluyendo la alimentación y el ayuno.

Por lo tanto, la interrupción crónica del ritmo circadiano, que resulta de factores como el trabajo en turnos de noche, el horario irregular del sueño o el horario de las comidas, puede contribuir a los efectos nocivos relacionados con enfermedades crónicas, como las cardiovasculares (ECV), el cáncer y la diabetes.

Esta revisión se centra en estudios observacionales que examinan la salud y el comportamiento en entornos del mundo real para determinar si existen asociaciones entre los comportamientos habituales y la salud. Se resume la evidencia observacional de la asociación entre marcadores de una interrupción circadiana potencial y los resultados cardiometabólicos. Ciertos comportamientos y las exposiciones ambientales, como la luz, pueden influir en el funcionamiento de los relojes centrales y periféricos y conducen a la interrupción circadiana.

Trabajo por turnos

Los trabajos por turnos, que a menudo implican cambiar el sueño y las comidas entre la noche y el día, pueden ser una forma extrema de interrupción circadiana. Otros factores que pueden afectar la alineación del ritmo circadiano incluyen el cronotipo, el horario de las comidas y la regularidad y horario del sueño. Los estudios observacionales han hallado que los trabajadores de turnos rotativos o nocturnos (cronotipo vespertino), el horario del sueño, la irregularidad del sueño y el horario de las comidas pueden tener efectos adversos sobre los resultados cardiometabólicos.

Figura 2


 

Es importante señalar que los estudios observacionales no implican causalidad; sin embargo, una asociación entre estos factores y las enfermedades cardiometabólicas destacan su importancia para las investigaciones futuras y la salud pública.

Métodos

Se realizaron búsquedas en PubMed y Web of Science. Se incluyeron estudios revisados ​​por pares en seres humanos que fueron publicados entre 2012 y 2022. Solo se analizaron estudios publicados en inglés con participantes adultos.

Resultados y discusión

> Trabajo por turnos

Los trabajadores por turnos tienen horarios de trabajo fuera de los horarios tradicionales (9 a.m. a 17:00 a.m.). Las personas clasificadas como trabajadores por turnos tienen horarios matutinos, nocturnos, rotativos y/o vespertinos. El trabajo por turnos altera el ciclo normal de sueño y vigilia porque estos trabajadores suelen tener que dormir durante el día, lo que interrumpe los ritmos circadianos y, por lo tanto, aumenta el riesgo de enfermedades crónicas.

Los trabajadores por turnos a menudo se exponen a la luz que no es la luz diurna natural. La interrupción del ritmo circadiano asociada con el trabajo por turnos es un factor de riesgo de ECV, diabetes, obesidad, hipertensión, trastornos del sueño y metabólicos.

Los estudios observacionales han demostrado un efecto adverso del trabajo por turnos sobre las enfermedades cardiometabólicas y los factores de riesgo. Por ejemplo, los metanálisis han mostrado que los trabajadores por turnos eran aproximadamente el 23% más propensos al sobrepeso u obesidad, tenían un aumento del 14% del riesgo de diabetes incidente, 11% a 35% más de probabilidad de síndrome metabólico, 10% más de probabilidad de prevalencia de hipertensión y 30% de probabilidad de hipertensión incidente. Una revisión sistemática de 45 estudios epidemiológicos también halló que los trabajadores del turno de noche tenían una presión arterial sistólica y diastólica significativamente más elevada.

El trabajo por turnos se ha asociado con algunos factores de riesgo de enfermedades cardiometabólicas.

Un estudio transversal de mujeres empleadas en hospitales halló que las que trabajaban en turnos rotativos tenían un puntaje de riesgo cardiometabólico más elevado, basado en una combinación de presión arterial, glucemia en ayunas, triglicéridos y medida de la circunferencia de la cintura. Este estudio también demostró diferencias en el patrón diurno de los niveles de cortisol urinario. Los trabajadores por turnos tenían menor producción total de cortisol de 24 horas y un patrón más plano durante 2 días de la recolección de orina en comparación con los trabajadores diurnos.

También se hallaron diferencias en los niveles de lípidos asociadas al trabajo por turnos. Una revisión sistemática de 66 artículos mostró que los trabajadores por turnos, en particular los del turno noche, tenían niveles más elevados de colesterol total, aumento de los triglicéridos y niveles de colesterol de alta densidad más bajos, que son factores de riesgo conocidos de ECV.

La inflamación también se ha asociado con el trabajo por turnos. Un estudio entre los trabajadores masculinos por turnos halló que la proteína C reactiva hipersensible (PCRhs), un marcador de inflamación, fue significativamente mayor en ex trabajadores por turnos en comparación con los trabajadores diurnos. Hallazgos similares se observaron en otro estudio que mostró niveles más elevados de PCRhs en trabajadoras por turnos en comparación con las trabajadoras diurnas. Otro estudio entre enfermeras mostró que aquellas que trabajaban en turnos nocturnos rotativos tenían un nivel más elevado de PCR en comparación con las que nunca trabajaron en turnos rotativos.

Sin embargo, un estudio no halló una relación entre el trabajo por turnos y la PCRhs, pero sí una relación significativa entre la jornada laboral prolongada y una PCRhs más elevada, así como un efecto de interacción con la inflamación de bajo grado entre el trabajo prolongado y el trabajo por turnos. La inflamación es un factor de riesgo de ECV, diabetes tipo 2 y obesidad; por lo tanto, la inflamación crónica en los trabajadores por turnos puede desempeñar un papel en el inicio y la progresión de estas condiciones.

Los niveles de presión arterial y los ritmos diurnos juegan un papel importante en la salud cardiovascular, ya que los niveles de presión arterial tienen un ritmo circadiano que puede ser interrumpido por el trabajo por turnos. Los valores de la presión arterial son elevados durante la vigilia, particularmente durante las horas de trabajo en comparación con los períodos sin trabajar, y debido a que los períodos de trabajo ocurren en un tiempo biológico (noche) en el que los niveles de presión arterial deberían ser más bajos, el trabajo por turnos (especialmente el trabajo nocturno) puede afectar el patrón normal de la presión arterial diurna, lo que lleva a un mayor riesgo de ECV. De hecho, se ha demostrado que la presión sanguínea es elevada en los trabajadores por turnos en comparación con los trabajadores diurnos.

En los trabajadores por turnos, los cambios en los comportamientos saludables, como la dieta y el sueño, pueden explicar parcialmente el mayor riesgo de enfermedades cardiometabólicas. Los trabajadores por turnos pueden consumir alimentos menos saludables, como grasas saturadas y bebidas sin alcohol en comparación con los trabajadores diurnos y comen por la noche, cuando el cuerpo está preparado para dormir.

El trabajo por turnos puede contribuir a los cambios en la hora de comer, como comer todo el día y saltarse comidas, lo que puede afectar las hormonas reguladoras del apetito y conducir a la desregulación del ritmo circadiano interno, aumentando el riesgo de enfermedades cardiometabólicas. Los resultados de un estudio transversal mostraron que los trabajadores por turnos tenían mayor consumo calórico (56 kcal/día más) en comparación con los trabajadores diurnos, posiblemente debido a las horas laborales.

La mala calidad del sueño es otro factor común que tienen los trabajadores por turnos, lo que puede explicar parcialmente el aumento del riesgo de enfermedades cardiometabólicas. El estudio en enfermeras mostró una mala calidad del sueño tanto en las que cumplían turnos rotativos como en las que no, siendo el trabajo por turnos un factor de riesgo independiente de la falta de sueño. La mala calidad del sueño se ha asociado con mayor riesgo cardiometabólico.

Estudios destacados demuestran que el trabajo por turnos tiene un impacto en la salud cardiometabólica, y los mecanismos potenciales podrían estar relacionados con la inflamación, la alteración de la regulación de la presión arterial o las conductas poco saludables. Una limitación a tener en cuenta es que la definición de trabajo por turnos no es consistente entre los estudios, mientras que los horarios de trabajo diferentes pueden variar en el grado de interrupción circadiana o el deterioro de la salud cardiometabólica.

Cronotipos

El cronotipo es una construcción diseñada para identificar el momento preferido o real para las actividades, como dormir.

El cronotipo puede ser evaluado utilizando cuestionarios de autoevaluación estándar validados. Los más comunes son el cuestionario Morningness-Eveningness Questionnaire, que evalúa el momento preferido de los comportamientos, y el Munich Chronotype Questionnaire que evalúa el momento real del comportamiento, como el sueño. También se pueden utilizar las estimaciones objetivas del horario en que ocurre el sueño, como la actigrafía de muñeca.

El cronotipo, particularmente si se usa el Morningness-Eveningness, a menudo agrupa a los individuos en los cronotipos matutino, vespertino e intermedio. Los individuos de cronotipo matutino son los madrugadores que prefieren las horas más tempranas de la mañana y tienden a despertarse e irse a la cama temprano, mientras que los tipos nocturnos se despiertan y acuestan más tarde y su rendimiento máximo ocurre más tarde en el día.

Los estudios observacionales han relacionado los cronotipos vespertinos con un aumento de la prevalencia de varias ECV enfermedades metabólicas, incluyendo una mayor prevalencia de diabetes, síndrome metabólico y ECV. Un metanálisis de estudios transversales informó que los cronotipos vespertinos tenían más probabilidades de tener diabetes que los tipos matutinos.

En el Nurses’Health Study 2, de >64.000 mujeres del tipo matutino, se halló una leve reducción de la probabilidad de diabetes prevalente en comparación con los cronotipos intermedios, pero el cronotipo vespertino no se asoció con diabetes prevalente. Sin embargo, en un análisis prospectivo de 319 participantes, con un período de seguimiento de aproximadamente 2 años, el cronotipo no se asoció con diabetes incidente en modelos totalmente ajustados.

El análisis del Biobanco del Reino Unido, con casi 400.000 participantes,  mostró que el cronotipo matutino se asoció con un riesgo reducido de ECV incidente y menor riesgo de accidente coronario, en 5 años de seguimiento.

Los factores de riesgo o predictores subclínicos de enfermedad cardiometabólica también se han visto asociados al cronotipo. En los metanálisis de estudios transversales mencionados anteriormente, en comparación con los cronotipos matutinos, los cronotipos vespertinos mostraron niveles significativamente más elevados de glucemia en ayunas, hemoglobina A1c, triglicéridos y colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad, pero no se hallaron diferencias significativas en el índice de masa corporal (IMC).

Un estudio halló que el cronotipo nocturno se asoció con niveles más elevados de proteínas circulantes, incluido el inhibidor del activador del plasminógeno 1. Se demostró que las proteínas estaban relacionadas con la resistencia a la insulina.

La asociación entre los cronotipos vespertinos y el riesgo de enfermedades cardiometabólicas puede deberse a factores ambientales y conductuales. Por ejemplo, las personas con cronotipo vespertino pueden consumir dietas de peor calidad y mayor contenido calórico en comparación con los cronotipos matutino o intermedio, y menor actividad física, lo que podría conducir a una mala salud cardiovascular.

Los cronotipos nocturnos también están expuestos a la luz en horas inoportunas, lo que puede conducir a una interrupción circadiana. El cronotipo influye en la hora de dormir y de la comida, que también se asocian con la salud cardiometabólica. En un estudio de 872 adultos de mediana a mayor edad, las personas con un cronotipo vespertino tenían un horario de sueño y de comida más tardíos en comparación con aquellos con un cronotipo más temprano. Dos estudios que examinaron la combinación del cronotipo con el trabajo por turnos no hallaron una asociación significativa.

En general, los hallazgos observacionales sugieren que los cronotipos más tardíos/nocturnos se asocian con resultados adversos para la salud en comparación con los cronotipos de madrugada/mañana. Sin embargo, se necesitan más estudios prospectivos. Por otra parte, es necesario identificar los mecanismos subyacentes. Puede ser que los riesgos para la salud asociados con el cronotipo vespertino se deban a la falta de coincidencia con el cronotipo preferido y las propias obligaciones sociales, que conducen a comportamientos nocivos o inapropiadamente cronometrados.

Horario y variabilidad del sueño

El horario del sueño (la hora del día en que aparece el sueño) puede conducir a la interrupción circadiana, particularmente si ocurre en un momento en conflicto con el reloj biológico. Los patrones de sueño y vigilia pueden influir en la sincronización del reloj central, particularmente a través de alteraciones en la exposición a la luz, que se reduce mientras las personas están durmiendo. Por otro lado, un horario de sueño irregular podría provocar una interrupción circadiana debido a la exposición irregular a estas señales de sincronización.

Por supuesto, el horario y la regularidad del sueño están relacionados con las características descritas anteriormente, como el trabajo por turnos y el cronotipo, y habrá cierta superposición entre estos conceptos. No obstante, algunos estudios han examinado específicamente el horario y la regularidad del sueño en relación con los factores de riesgo cardiometabólicos.

Asimismo, acostarse más tarde se ha asociado con peores perfiles de salud cardiometabólica.

Por ejemplo, un gran estudio observacional de adultos hispanos/latinos halló que dormir y despertar más tarde se asoció con mayor resistencia a la insulina estimada y a medidas de presión arterial sistólica y diastólica más elevadas.

Una revisión sistemática informó que algunos estudios observaron asociaciones significativas entre la hora en que ocurre el sueño tardío o una mayor variabilidad de ese momento y una tasa más elevada de diabetes y síndrome metabólico, mayor aumento de peso y adiposidad, y más factores de riesgo cardiometabólicos. Sin embargo, no todos los estudios revisados ​​observaron asociaciones significativas.

Cabe destacar que algunos estudios observaron diferencias de género en estas asociaciones, lo que enfatiza la importancia de hacer análisis estratificados por género. Finalmente, en pacientes con diabetes tipo 1 se observó que la mayor regularidad en el sueño se asoció con un mejor control de la glucosa, lo que demuestra la importancia potencial de los patrones de sueño para las poblaciones de pacientes.

En el SWAN (Study of Women's Health Across the Nation), un estudio de cohorte de mujeres con una edad media de 51 años que examinó las asociaciones entre las regularidades del sueño y la salud cardiometabólica, se comprobó que el horario del sueño promedio no se asoció significativamente con el IMC o la resistencia estimada a la insulina. Sin embargo, una mayor variabilidad del horario del sueño se asoció con un IMC mayor y resistencia a la insulina estimada. Asimismo, en una muestra de mujeres >80 años, el horario de sueño promedio no se asoció con los valores de las medidas antropométricos, pero la mayor variabilidad en la hora de acostarse se asoció significativamente con un IMC más elevado, mayor porcentaje de grasa corporal y menor porcentaje de masa magra.

En adultos >55 años con mayor riesgo de ECV, la mayor variabilidad del sueño se asoció con mayor prevalencia de diabetes, pero no con los valores de las medidas antropométrica y el control de la glucosa. Un análisis prospectivo del Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis (MESA), mostró que la variabilidad del tiempo de sueño más tardío se asoció con más eventos de ECV y síndrome metabólico incidente, durante aproximadamente 5 años de seguimiento. Este importante estudio, con una cohorte de adultos de diversas etnias, >70 años, siguiere la existencia de asociaciones significativas entre la mayor variabilidad del horario del sueño y la mayor prevalencia, incidencia o riesgo de enfermedad cardiometabólica a lo largo de la vida.

Se han desarrollado varias métricas para capturar la regularidad del sueño. Una, es el concepto de “jet lag social”, que se refiere a la variabilidad del tiempo de sueño en los días de trabajo/escuela y los días libres. Los estudios han informado asociaciones entre un mayor jet lag social y el riesgo cardiometabólico.

Por ejemplo, un estudio halló que en los adultos más jóvenes (<61 años), un jet lag mayor se asoció con mayor prevalencia de síndrome metabólico y diabetes/prediabetes, pero no se observó asociación en los adultos mayores. Sin embargo, otro estudio de adultos jóvenes, de 21 a 35 años, no halló asociación entre el jet lag y las medidas antropométricas o de la presión arterial.

Otra métrica es el Índice de Regularidad del Sueño (Sleep Regularity Index), que evalúa el porcentaje de probabilidad de un individuo de estar dormido o despierto en los mismos 2 puntos de tiempo con 24 horas de diferencia. Se han asociado valores más bajos del Índice de Regularidad del Sueño con resultados cardiometabólicos adversos, alteración de la función diurna y retraso en el tiempo circadiano del sueño/vigilia.

Por lo tanto, estas métricas pueden ser métodos útiles para caracterizar la regularidad del sueño. Los patrones irregulares de sueño podrían causar una interrupción circadiana debido a la incapacidad de los relojes biológicos para sincronizar con precisión al ciclo de luz/oscuridad, por la inconsistencia de las señales de tiempo. Por esta razón, para promover una salud óptima se deben fomentar los horarios regulares de sueño.

Horario de las comidas

La dieta juega un papel importante en la prevención y el control cardiometabólico.

Aunque la cantidad y calidad de la dieta son importantes para la salud, se está dando importancia al horario de la comida. La comida sirve como sincronizador de los relojes periféricos, por lo tanto, el horario de las comidas puede afectar los ritmos circadianos en los órganos metabólicos.

La crononutrición es el estudio de la interacción entre el ritmo circadiano y los nutrientes para influir en la salud humana. Investigaciones recientes han demostrado los beneficios para la salud cardiometabólica del horario y la duración de la comida. Esto ha llevado a un mayor interés en una intervención dietética denominada ayuno intermitente, algunas veces por semana (1 a 3 días/semana). mediante el cual hay una alternancia entre el ayuno y los períodos de alimentación normales. Comer en un horario restringido (time-restricted eating: TRE) es una forma de ayuno intermitente en la que los individuos comen en horarios restringidos (ventana para comer). En ese intervalo, la ingesta de nutrientes se limita a un período de 4 a 10 horas por día, sin un intento manifiesto de restricción calórica o consumo dietético.

En algunos estudios, el TRE ha mejorado significativamente el peso corporal, la circunferencia de la cintura, la sensibilidad a la insulina, la función de las células ß y la presión arterial. Sin embargo, un ensayo controlado aleatorizado del TRE no observó una pérdida de peso significativamente mayor en comparación con el grupo control, que comió 3 comidas estructuradas por día. No obstante, el grupo intervenido no comenzó a comer hasta el mediodía (ventana para comer: 12 p. m. a 8 p. m.). Por otra parte, los resultados de estudios de intervención han mostrado que la ingesta calórica disminuyó cuando se redujo la duración de las comidas; por lo que estos resultados beneficiosos del ayuno intermitente pueden ser el resultado del menor consumo calórico.

En un ensayo controlado aleatorizado reciente, Liu et al. hallaron que las personas con obesidad que fueron asignadas a TRE no tuvieron beneficios adicionales en la pérdida de peso corporal o en los factores de riesgo metabólicos, comparados con los que hicieron una restricción calórica diaria. Un área importante de estudio es si TRE en horarios específicos del día tiene beneficios para la salud cardiometabólica.

Las investigaciones muestran que el ayuno intermitente temprano, es decir, cuando la ventana para comer comienza más temprano en el día, tiene algunos beneficios para la salud mientras que un horario de comida más tardío se ha asociado con factores de riesgo de enfermedades metabólicas.

Los resultados de un ensayo controlado aleatorizado con individuos sanos mostró una mayor reducción de la resistencia a la insulina estimada (evaluación del modelo homeostático de resistencia a la insulina) con el ayuno intermitente temprano (8 horas; entre las 06:00 y las 15:00 horas) que con el ayuno intermitente de mediodía (8 horas entre las 11:00 y las 20:00), o el grupo control (comer ad libitum por más de 8 horas/día).

Los resultados de una revisión sistemática de 19 artículos reciente sugieren que tanto el ayuno intermitente temprano (la ventana para comer termina antes de las 17:00 horas) como el tardío (la ventana para comer comienza después de las 10:00 hs y termina antes de las 23:00 horas) tuvieron efectos metabólicos similares en la salud de los participantes del estudio.

El consumo del desayuno, la primera comida del día, a menudo se ha asociado con resultados metabólicos. El consumo frecuente de desayuno se ha asociado con un riesgo reducido de condiciones metabólicas mientras que los individuos que no desayunan tienen mayor probabilidad de tener un IMC más elevado y más riesgo de enfermedades cardiometabólicas.

Por ejemplo, en el Adventist Health Study 2  (n = 50.660; seguimiento medio de unos 7 años), los individuos que desayunaban tuvieron una disminución significativa de su IMC en comparación con los que no desayunaban.

Por otra parte, un metanálisis de estudios observacionales (n = 15 estudios de cohorte) mostró que los consumidores frecuentes del desayuno (>3 veces/semana) tenían un riesgo reducido de diabetes tipo 2, obesidad, síndrome metabólico, ECV e hipertensión, en comparación con aquellos que consumían el desayuno <3 veces/semana.

Los resultados de un gran estudio transversal, Korea National Health, 2013-2017, y la encuesta Nutrition Examination Survey (N = 14.279) mostraron que comer por la mañana se asoció con una disminución de la prevalencia del síndrome metabólico y obesidad abdominal en mujeres. Los resultados de un metanálisis de 9 ensayos mostró una mayor ingesta calórica total en los que desayunan en comparación con los que no desayunan.

Los mejores resultados metabólicos asociados con la ingesta del desayuno podrían derivar de la acción de los alimentos como sincronizadores de los relojes periféricos. Aunque es posible que no se tenga una buena comprensión de cuál es el "horario óptimo" para la ingesta de alimentos, el consumo regular del desayuno puede afectar muchos procesos fisiológicos, como la homeostasis de la glucosa y la regulación de los lípidos plasmáticos, lo que resulta en la alineación entre los relojes central y periféricos.

Sin embargo, ninguno de estos estudios evaluó el horario del ritmo circadiano interno, por lo que no sería posible averiguar el mejor horario para las comidas. No obstante, estos estudios sugieren un beneficio para la salud metabólica proveniente de comer a la mañana temprano. Comer tarde en la noche puede ser perjudicial para la salud metabólica y se ha asociado con un aumento de la grasa corporal, lo que puede resultar en enfermedades metabólicas como la diabetes, la obesidad y las ECV. Comer tarde puede dar lugar a una desalineación de los relojes central y periféricos, que lleva a enfermedades metabólicas.

Un estudio de Sakai et al. examinó la relación entre la cena nocturna y el control glucémico en personas con diabetes tipo 2 y mostró una asociación independiente entre la cena tardía y los niveles más elevados de hemoglobina A1c. Otro estudio de Reid et al. mostró que comer tarde y más cerca de la hora de acostarse se asoció con una mayor ingesta calórica. Por otra parte, los resultados del estudio KNHANES mostraron que comer a la noche se asoció con un aumento de la prevalencia de trastornos metabólicos y un nivel reducido de colesterol de alta densidad.

El mecanismo exacto por el cual TRE influye en los ritmos circadianos y la salud no se conoce bien. Podría ser que, por el consumo de una dieta restringida, el cuerpo utilice menos glucosa y más lípidos y cetonas, destinados al gasto energético, lo que resulta en mejores niveles de glucosa y mejor homeostasis lipídica, lo que puede mejorar la salud metabólica. Por otro lado, aunque en los seres humanos el ayuno intermitente puede no resultar en cetosis (en presencia de carbohidratos inadecuados, para conseguir energía el cuerpo recurre a las grasas), puede producirse un aumento de la autofagia y las defensas antioxidantes.

El efecto térmico de los alimentos puede explicar por qué un horario de comida más tardío puede influir en algunos factores de riesgo de enfermedades cardiometabólicas. Se ha observado un menor efecto de los alimentos que son ingeridos en horas verpertinas, comparado con los ingeridos en la mañana. Este efecto puede ser el resultado de la influencia circadiana. Por otra parte, hay factores endocrinos que pueden alcanzar su punto máximo en los seres humanos según las oscilaciones de la hora del día. Por ejemplo, en la mañana (7 a. m.–8 a. m.) durante la fase activa, hay un pico de cortisol, que regula la energía del cuerpo y lo prepara para la fase activa.

La grelina es una hormona que aumenta el apetito y alcanza su punto máximo en 3 momentos del día, es decir, 8 a. m., 1 p. m. y 6 p. m. Asimismo, hay un pico de la hormona leptina a la noche (7 p.m.), la cual es responsable de la disminución del apetito y la escisión de las grasas. Por lo tanto, el consumo de comidas durante la fase activa, cuando hay picos hormonales, puede ser beneficioso para la salud.

La dieta juega un papel vital en la salud, y hacer coincidir la ingesta de alimentos con el reloj circadiano interno ayuda a la salud metabólica.

Las nuevas intervenciones dietéticas, como el ayuno intermitente, pueden ayudar a mantener o mejorar la alineación del ritmo circadiano, que a su vez puede conducir a la disminución de muchos riesgos metabólicos.

A pesar de los beneficios para la salud del ayuno intermitente y la comida en horarios restringidos, hay algunas limitaciones. No existe consenso sobre el momento ideal para comer/ayunar con el objetivo de una salud óptima. Por lo tanto, varios estudios muestran heterogeneidad en el horario de las comidas. El horario de las comidas influye en la fisiología humana; por lo tanto, cuando hay una desalineación entre los ciclos de alimentación/ayuno y el sistema circadiano endógeno, la salud puede verse afectada. El horario de las comidas, incluyendo TRE, es una estrategia dietética novedosa y prometedora que es importante para la salud cardiometabólica. Se necesita más investigación para conocer el horario óptimo de las comidas y patrones dietéticos para la "salud circadiana" y cardiometabólica.

Mediadores potenciales entre comportamiento, alteración circadiana y enfermedad cardiometabólica

Hasta aquí, los autores describieron la evidencia de las asociaciones entre varios disruptores circadianos potenciales y marcadores de la salud cardiometabólica. Los mecanismos que subyacen a estas asociaciones no se conocen por completo. La limitación de los grandes estudios observacionales es la falta de mediciones directas del sistema circadiano o fase circadiana (es decir, el horario del reloj interno).

Ninguno de los estudios descritos anteriormente midió directamente el sistema circadiano interno, como el inicio de la melatonina con la luz tenue o los ritmos de la temperatura corporal. De este modo , no es posible evaluar el grado en el que los ritmos circadianos se interrumpieron. Se supone que el sistema circadiano está involucrado en estas asociaciones.

Conclusión

Los ritmos circadianos son esenciales para regular el estado de los procesos fisiológicos del cuerpo humano.

En la última década, la evidencia de varios estudios observacionales han demostrado un vínculo entre la disrupción del ritmo circadiano y las enfermedades cardiometabólicas.

Los factores del estilo de vida y el medio ambiente pueden conducir a la interrupción circadiana, pero la investigación futura debe diseñar estrategias para minimizar la exposición a estos factores o mitigar sus efectos cuando es inevitable (por ej., trabajo por turnos). Como campo emergente, hay muchas preguntas sin respuesta que esperamos que sean abordados por los estudios futuros.

Finalmente, es necesario desarrollar métodos efectivos de difusión para enseñar al público sobre la importancia de la salud circadiana para la salud y el bienestar general.


Resumen para pacientes

Ritmo circadiano y salud metabólica por David Rakel MD, FAAFP

El cuerpo humano es fascinante. Tiene un software de programación que le permite sincronizarse con el entorno en el que vive. Si no está sincronizado, nuestro riesgo de disfunción metabólica puede aumentar. He escrito un folleto para pacientes que puede copiar y pegar, que resume las recomendaciones de este documento.

 > Un ritmo circadiano saludable

Tenemos una programación que nos permite sincronizarnos con el entorno en el que vivimos. Esto se llama el ritmo circadiano. Cuando se desincroniza, la investigación médica ha encontrado asociaciones con la obesidad, la presión arterial alta, los niveles altos de colesterol, más inflamación y un mayor riesgo de diabetes.

El centro de control del ritmo circadiano se encuentra en lo más profundo del cerebro; cada órgano tiene un ritmo circadiano. El cerebro está influenciado principalmente por la luz, mientras que los sensores de nuestros órganos responden a la alimentación y el ayuno.

 > Exposición a la luz

  • Toda la naturaleza tiene un ritmo. En general, debemos estar despiertos y activos cuando sale el sol y recargarnos de sueño cuando el sol se pone.
     
  • Sea madrugador y no noctámbulo. Un mayor riesgo se asocia con aquellos que se quedan despiertos hasta tarde en la noche.
     
  • Si trabaja por turnos, trate de mantener la coherencia. Comúnmente, el cambio entre los días de trabajo y las noches es uno de los mayores riesgos circadianos. Si duerme durante el día, use un protector para los ojos y mantenga su entorno para dormir lo más oscuro posible para imitar la noche.
     
  • Aumente los niveles de melatonina durmiendo en una habitación oscura y fresca. Evite dormir con aparatos eléctricos cerca de su cabeza. Los teléfonos celulares y cualquier cosa enchufada a un tomacorriente deben estar al menos a 3 pies de su cabeza cuando duerme.
     
  • Esfuércese por tener de 7 a 8 horas de sueño de calidad cada noche. Si su ritmo circadiano está bien programado, a menudo se despertará a la misma hora todos los días sin necesidad de un despertador.

 > Horario de comer

 Crononutrición es una palabra que describe cómo el momento en que comemos puede influir en el ritmo circadiano de manera saludable y no saludable. El ayuno y la alimentación restringida en el tiempo pueden mejorar el control del peso, en parte al influir en las hormonas que controlan la salud metabólica a través del ritmo circadiano.

  • Si elige usar ayuno intermitente o alimentación restringida en el tiempo, debe cronometrar su ayuno al final del día. Por ejemplo, si está haciendo un ayuno de 12 horas, hágalo de 7 p. m. a 7 a. m.
     
  • Las hormonas que provocan el hambre (grelina) aumentan tres veces al día (desayuno, almuerzo y cena), y la hormona que desactiva el hambre (leptina) aumenta al anochecer, justo después de las 7 p. m. Comience el día con un buen desayuno y evite comer tarde en el día, cerca de la hora de acostarse.
     
  • Aunque tenemos mucho más que aprender sobre el ritmo circadiano, hacer coincidir nuestro reloj interno con el reloj de la naturaleza es una danza rítmica importante a la que todos debemos prestar atención.

Resumen, traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti