Se conmemora cada 3 de diciembre

¡IntraMed les desea muy feliz Día del Médico!

Como homenaje, recopilamos cinco respuestas de cinco entrevistados sobre por qué eligieron esta profesión. Invitamos a nuestros usuarios a responder la misma pregunta.

Cada 3 de diciembre se celebra en las Américas el Día del Médico, fecha establecida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en homenaje al nacimiento del doctor Carlos Juan Finlay Barrés, médico y científico cubano que descubrió que la fiebre amarilla era transmitida por un vector: el mosquito Aedes aegypti.

En esta fecha, IntraMed quiere desearles un muy feliz día a todos los médicos comprometidos con esta profesión, que también es una vocación y una forma de vida. A modo de homenaje, desde nuestra comunidad compartimos testimonios de entrevistados durante el ciclo “Invisibles”. Cada uno de ellos contestó “¿cuándo supo que quiso ser médico y por qué?”.

Invitamos a nuestros usuarios a que dejen sus propias respuestas en los comentarios. ¡Les deseamos que tengan un muy feliz día!


Dr. Mariano Frassa

Médico General del Partido de Chacabuco, provincia de Buenos Aires, Argentina. Atiende en las localidades de Rawson, O’Higgins y Castilla.   

“Supe que quería ser médico a los 8 años, por un episodio que me marcó. Mi madre había hecho un cuadro de síncope, del cual salió. Vivíamos en el área rural y no teníamos enfermeras ni médicos en el pueblo más cercano. Entonces se me ocurrió estudiar Medicina para ayudar a la gente que estaba en lugares alejados de los centros urbanos. Esta elección me ofrece grandes alegrías.  A pesar de que trabajamos con el dolor, la enfermedad y la muerte,  mi rama es una de las especialidades que más recompensa brinda en cuanto a lo humano, por la devolución y el cariño de los pacientes. También está la satisfacción de solucionar problemas de salud con pocas cosas y el agradecimiento de la gente”.


Dra. Irma Mendoza

Médica general y familiar. Atiende a aldeas de la comunidad originaria mbya en zonas rurales de El Soberbio, provincia de Misiones, Argentina.

“Hay tres cosas puntuales por las que yo elegí esta hermosa profesión. Una es la vocación que seguro ha venido innata en mis genes. En segundo lugar, me marcó un parto que tuvo que asistir mi mamá, de una señora que no llegaba al hospital. Era una noche muy fría y, entre mis 10 hermanos, ella me fue a buscar a mí para que la ayudara. Yo tenía 11 años y descubrí el maravilloso mensaje de ver nacer la vida. En tercer lugar, llegó a mis manos un vademécum, de esos que los médicos de mi pueblo solían descartar. Para ese momento yo ya sabía leer y escribir y entendí que muchas enfermedades se trataban con medicamentos. Solo me faltaba el estetoscopio, pero ya me sentía médica. Como crecí en el campo, empecé a estudiar la naturaleza. Cada vez que veía un insecto, me fijaba en el tamaño de sus ojos, por qué saltaban, volaban, veía la evolución de las mariposas. En síntesis un sinnúmero de señales me llevaron a esta forma de vida”.


Dr. Jorge Fusaro

Médico general y rural del Ministerio de Salud de la Provincia de Jujuy, Argentina. Atiende en áreas de difícil acceso, próximas al cerro Chañi.

“Quizá me decidí a ser médico por falta de creatividad. Mi padre era pediatra nefrólogo y eso me debe haber generado un deseo inconsciente. Pero siempre quise ejercer con una fuerte impronta social, porque considero que la Medicina es una mezcla entre ciencia social y ciencia exacta, lo que la hace una excelente herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas. Y atender en localidades alejadas a 5.900 metros de altura, próximas al cerro Chañi, es un privilegio. Tengo la grandísima suerte de poder ir al encuentro de sus habitantes, a visitarlos y de paso, aprovechamos para atender algunas cuestiones de salud. Me reciben con cariño y me esperan con el mejor cuero de oveja si tengo que dormir allá.  Además, cada vez que viajo me siento un poco más en armonía con la naturaleza, se agudizan mis sentidos. A nivel personal es todo ganancia”.


Dra. María Lila Sylvestre Begnis

Médica general. Atiende en la localidad de Andacollo, provincia de Neuquén, Argentina.

“Mi madre contaba que yo tiraba a mis muñecas por la escalera para después curarlas. Entonces, siempre supe que quería ser médica, pero cambié de parecer sobre mi especialidad. Tras recibirme en Rosario, había empezado a concurrir a un servicio de Cirugía. Sin embargo, en 1983, con la llegada de la democracia, un viaje a la Patagonia (de la mano de una agrupación universitaria) a lugares donde no habían sido visitados por un médico por años, me marcó. Ahí di cuenta que en Rosario habían miles de profesionales, pero en otros lugares del país se podía hacer la diferencia. Por eso, a los jóvenes, tanto a los médicos generales como a los especialistas, les diría que se animen a venir a estos lugares, porque hay poblaciones completamente desprotegidas y, después de todo, la medicina es vocación de servicio”.


Dr. Remilly Molini

Médico emergentólogo, legista y generalista. Atiende en el centro de salud de la Isla Charigüé, departamento de Victoria, provincia de Entre Ríos, Argentina.

“Supe que quería ser médico ni bien terminé la secundaria. Tenía tíos que compartían la profesión, tal vez por eso me ‘agarró la chiripiorca’ y atiendo desde hace 30 años en el dispensario de la Isla Charigüé, a la que solo se accede en lancha. Como soy ‘personal único’ también limpio y corto el pasto. Este es mi lugar en el mundo y mi misión en la vida es estar cerca de las necesidades de la gente. Acá no se espera nada a cambio. La idea es tener la posibilidad de dar a los habitantes –que están en un lugar un tanto inhóspito y alejado de los grandes centros– al menos una respuesta, solucionarles un problema, ya sea por enfermedad, repartirles la leche o los medicamentos. o bien para consolarlos o acompañarlos”.