La miocardiopatía periparto es una forma rara, aunque en ocasiones fatal, de insuficiencia cardiaca. Este estudio, coordinado por Uri Elkayam, cardiólogo de la Universidad del Sur de California, en Los Angeles, trataba de buscar información acerca del pronóstico de los embarazos subsiguientes en mujeres que han presentado este trastorno.
El equipo, formado por cardiólogos y ginecólogos, logró identificar a 44 mujeres que habían presentado una miocardiopatía periparto y habían tenido 60 embarazos posteriores. Posteriormente se revisaron las historias clínicas de estas mujeres y se les entrevistó a ellas o a sus médicos.
De los primeros embarazos subsiguientes ocurridos en las 44 mujeres, 28 tuvieron lugar en féminas en las que la función ventricular izquierda había retornado a la normalidad (grupo 1) y 16 mujeres con disfunción ventricular izquierda persistente (grupo 2).
Los embarazos se asociaron a una disminución de la fracción de eyección ventricular izquierda media (±DE), tanto en la cohorte total (de un 49±12 por ciento a un 42±13 por ciento, p<0,001) como en cada uno de los grupos por separado (de un 56±7 por ciento a un 49±10 por ciento en el grupo 1, p=0,002; y de un 36±9 por ciento a un 32±11 en el grupo 2, p=0,08). Durante estos embarazos se manifestaron síntomas de insuficiencia cardiaca en un 21 por ciento de las mujeres del grupo 1 y en el 44 por ciento de las del grupo 2. La mortalidad fue del 0 por ciento en el grupo 1 y del 19 por ciento en el grupo 2 (p=0,06). Además, la frecuencia de partos prematuros fue superior en el grupo 2 (un 37 frente a un 11 por ciento).
Según un editorial publicado en el mismo número de The New England Journal of Medicine, el estudio coordinado por Uri Elkayam trata "de reunir el conocimiento disponible y sacar conclusiones que ayuden al tratamiento de las pacientes con esta extraña y poco entendida patología que puede llegar a ser fatal". Sharon Reimold y John Rutherford, de la Universidad del Suroeste de Texas, en Dallas, firman este editorial y aconsejan que "en mujeres con cardiomiopatía periparto, la ecocardiografía debe repetirse seis meses después del diagnóstico para valorar el alcance de la recuperación de la función sistólica".
Asimismo, añaden que actualmente no existen datos que demuestren que la imagen precoz por ecocardiografía aporte información adicional al pronóstico o que la pronta recuperación de la disfunción ventricular disminuya el riesgo asociado con un embarazo subsiguiente.