"En estas alteraciones, los factores genéticos son muy importantes pero no son los únicos, ya que también puede haber factores funcionales", explica el Dr. Antonio Palma, cirujano Oral y Maxilofacial del Hospital Regional Carlos Haya de Málaga y Vocal de la SECOM. "Las anomalías por causa genética –añade- suelen aparecer en la edad infantil, lo que se conoce como trastornos del crecimiento, y se van acentuando en la adolescencia hasta estabilizarse al acabar el período de crecimiento".
"Como factores funcionales pueden ser numerosas las causas que favorezcan el mal desarrollo de los huesos de la cara como padecer vegetaciones y tener insuficiencia respiratoria nasal, los traumatismos en el mentón (muy frecuente en los niños) y otras alteraciones como chuparse los dedos en exceso o el masticar de forma excesiva por un solo lado (por algún vicio adquirido), por comer pipas, por haber padecido alguna infección en el oído o por cicatrices grandes, etc. Todas estas circunstancias pueden llevar a un mal desarrollo de los huesos maxilares que hagan necesaria una operación para corregirlos", continúa el Dr. Palma.
"En España, entre el 2 y el 5% de las consultas en los servicios de cirugía oral y maxilofacial, requieren cirugía ortognática. Este tipo de intervenciones suele realizarse en pacientes jóvenes desde que acaban el crecimiento, entre los 16 y 19 años (dependiendo del sexo y grado de maduración ósea) hasta los 30 años. Pero a pesar de que la mayoría de pacientes son jóvenes, no existe un límite de edad para las intervenciones y cada vez más los pacientes de edades avanzadas están interesados en este tipo de cirugía, no sólo por la deformidad en sí misma, sino por el aspecto de rejuvenecimiento facial que se puede conseguir con las intervenciones (como por ejemplo, el avance bimaxilar, con el que se obtiene una expansión de todos los tejidos de la cara)", señala el Dr. González.
"Las operaciones realizadas con esta técnica tienen un índice de complicaciones muy bajo y con un postoperatorio indoloro, rápido y con escasos efectos sobre la cara", indica el doctor Palma, "por lo que el paciente puede recuperar su vida habitual en unos pocos días".