El análisis de cuestionarios a más de 100 pacientes que acudían al mencionado hospital húngaro, especializado en menopausia, indicó que los equinoccios de primavera y otoño jugaban un papel muy evidente en el tiempo de aparición de los primeros síntomas de cese de la menstruación. En general se observó que se producía un aumento de aparición de la menopausia tras el equinoccio primaveral y otro, menor, tras el equinoccio otoñal.
De las 102 mujeres cuyos cuestionarios se analizaron, 72 recordaban el mes concreto en el que su periodo menstrual se suspendió mientras que 30 de ellas tan solo recordaban la estación. Se observó que, en cerca de la mitad de las mujeres que contestaron a estos cuestionarios, la menopausia se manifestó en primavera.
Los especialistas señalan que, aunque se conocen bien las variaciones estacionales en las funciones reproductivas de los animales, no se habían descrito hasta ahora tendencias semejantes en seres humanos. Si bien aún se desconocen los factores desencadenantes de este fenómeno, se cree que la melatonina, segregada por la glándula pituitaria y que tiene relación con el ritmo circadiano, podría estar involucrada. La unión de la melatonina se encuentra en los ovarios y también influye en la producción de la hormona esteroide por parte de éstos.
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