Terapéutica

El ácido zoledrónico permitirá optimizar el tratamiento de los pacientes con la enfermedad de Paget

Recientemente expertos de todo el mundo reunidos en la Universidad de Oxford en el Simposio internacional sobre enfermedad de Paget han destacado los beneficios del bifosfonato por vía intravenosa ácido zoledrónico, (Aclasta) en el tratamiento de esta enfermedad que afecta al 1-2% de la población y que puede producir complicaciones serias.

La enfermedad de Paget se caracteriza por una resorción o destrucción excesiva del hueso seguida de una formación de hueso anormal, que se dispone de forma desorganizada o lamelar. Las causas se desconocen aunque se especula que determinados factores ambientales, alimentarios (aguas no higienizadas) o infecciones por virus de acción lenta (sarampión, moquillo del perro o rubéola) podrían desencadenar la enfermedad en personas con una predisposición genética.

El hueso neoformado es más grande de lo habitual, débil y propenso a las fracturas. La enfermedad puede estar localizada en uno o más huesos. Además, el paciente puede presentar un aumento de las fosfatasas alcalinas y otros enzimas relacionados con el metabolismo óseo, indicadores de la actividad o gravedad de la enfermedad. La mayoría de las veces la enfermedad es leve y permanece asintomática.

El Dr. Delfí Rotés, del Servicio de Reumatología del IMAS (Barcelona), refirió que "debe instaurarse tratamiento cuando se presenta dolor, deformidad de los huesos o complicaciones y también cuando la enfermedad presente una o varias localizaciones de riesgo como por ejemplo la base del cráneo, los huesos que soportan peso o la columna lumbar, con el fin de evitar el peligro de sordera, afectación de los pares craneales, cojera o compresiones neurológicas".

El tratamiento de elección son los bifosfonatos, que detienen la actividad de las células responsables de la destrucción ósea, los osteoclastos, al inducir su muerte por un mecanismo de apoptosis, produciéndose un período de remisión más o menos largo (inactividad transitoria de la enfermedad) dependiendo de la potencia del fármaco y de la gravedad de la enfermedad.

Sin embargo, señaló el Prof. David Hosking, del Nottingham Medical School (Reino Unido) "los bifosfonatos orales tienen el inconveniente de que deben administrarse cada día durante meses, se absorben mal y son mal tolerados a nivel gastrointestinal por muchos pacientes, lo que condiciona que no cumplan bien el tratamiento. Aclasta, un bifosfonato que se administra en una dosis única por vía intravenosa permite, gracias a su mayor potencia, mayor absorción, mejor tolerabilidad, y al total cumplimiento del tratamiento, un inicio de acción más rápido y una remisión mucho más prolongada".

El Prof. Hosking presentó los resultados de un estudio que está a punto de ser publicado en "The New England Journal of Medicine" que ha comparado Aclasta con risedronato, el bifosfonato oral más utilizado para tratar la enfermedad de Paget. "En los pacientes con la enfermedad de Paget no tratada -refirió- para un mismo nivel de fosfatasas alcalinas, Aclasta produjo una reducción mucho importante de estas y otras enzimas indicadoras de la destrucción ósea. Además, los pacientes tratados con Aclasta tuvieron una remisión sostenida mientras que los tratados con risedronato experimentaron recaídas".

Para el Prof. Michel Rogers, de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido) "esta superioridad se explica porque Aclasta es un bifosfonato muy potente, capaz de inhibir muy eficazmente los enzimas implicados en las vías de señalización celular que favorecen la actividad de los osteoclastos. Además, únicamente se absorben en el tracto digestivo un 1-2% de los bifosfonatos orales mientras que el 50% de la dosis sistémica intravenosa de Aclasta alcanza el esqueleto". Según el experto, ambos mecanismos son importantes en la eficacia y los efectos a largo plazo: a mayor potencia del fármaco, más disminuyen las fosfatasas alcalinas, y cuanto más bajas sean las fosfatasas alcalinas, más larga es la remisión. Por otra parte, cuanta mayor cantidad de bifosfonato que alcance y absorba el hueso, más cantidad de fármaco estará disponible a largo plazo para mantener la supresión de la actividad del osteoclasto.

El Dr. Javier del Pino-Montes, del Hospital Universitario de Salamanca, recordó que en un 30% de los pacientes en tratamiento con bifosfonatos orales no se obtiene el efecto deseado, lo toleran mal o tienen contraindicada la vía oral. "En estos casos, -señaló- la vía intravenosa constituye una excelente opción. Aclasta es un bifosfonato potente que amplía las posibilidades terapéuticas en el tratamiento de pacientes que antes tenían difícil solución".

Aclasta, que ha recibido recientemente la autorización de comercialización en Europa, es un producto de Novartis, una compañía líder en el tratamiento de las enfermedades metabólicas óseas, que posee una de las carteras de productos en desarrollo más potente de la industria farmacéutica.

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