"El 8% de las camas de los hospitales del país está ocupado por personas con diabetes que padecen las complicaciones típicas de la enfermedad, de las cuales la principal es el llamado pie diabético", afirma el doctor José Braver, coordinador de la Clínica del Pie Diabético de Fleni, y agrega: "En la Argentina, el 48% de las amputaciones no traumáticas son causadas por la diabetes".
Este es un problema que excede las fronteras del país. Aunque el 85% de las amputaciones relacionadas con un insuficiente control de la diabetes puede ser evitado, advierte la Federación Internacional de la Diabetes (IDF, según sus siglas en inglés), cada 30 segundos en algún lugar del planeta una persona pierde un pie por causa de la enfermedad.
Las consecuencias de las amputaciones no sólo alcanzan a los pacientes y a sus familias, alerta la IDF. Para los países desarrollados, la atención del pie diabético representa alrededor del 15% de su gasto en salud, mientras que en los países en vías de desarrollo alcanza hasta el 40% de ese gasto.
Hoy, las 145 naciones que integran la IDF celebran el Día Mundial de la Diabetes con distintas actividades que apuntan a la prevención del pie diabético; el lema de este año es "Empieza con buen pie. Evita las amputaciones". Las personas que conviven con la diabetes tienen un riesgo 25 veces mayor de perder un pie o una pierna.
Según estadísticas de 2003, la diabetes afecta a 194 millones de personas; en la Argentina, alrededor del 7% de la población es diabética.
Lo que esconden los zapatos
El pie diabético es el resultado directo de un inadecuado control de los niveles de glucosa en sangre típicamente altos de la diabetes. El exceso de azúcar daña los nervios que inervan los miembros inferiores, lo cual disminuye su sensibilidad. Así, las personas con neuropatía periférica son incapaces de sentir las lastimaduras, quemaduras y otros traumatismos que puedan sufrir sus pies.
"El problema se vuelve más grave cuando el paciente presenta problemas vasculares periféricos -señala el doctor Braver-. La obstrucción de las arterias de sus piernas impide su correcta oxigenación, de modo tal que ante una lesión el cuerpo tarda mucho más en cicatrizarla."
Tanto la neuropatía diabética, que anestesia progresivamente los pies, como la vasculopatía periférica, que obstruye la circulación sanguínea, pueden ser fácilmente diagnosticadas por cualquier médico clínico bien entrenado. Desgraciadamente, afirma Braver, "lo habitual es que cuando la persona con diabetes va al clínico éste sólo revise sus niveles de glucemia".
"Hay que sacarle los zapatos al paciente y revisar sus pies", concluye el especialista, que recuerda que ésta es una de las medidas capaces de reducir el 85% de las amputaciones.
Y si de prevención se trata, el miércoles 16 del actual, a las 18,30, en Fleni (Montañeses 2325, Capital) se dará una charla gratuita al respecto.
La clave es educar al paciente
Un programa educativo ayuda a reducir la glucemia, la presión y el colesterol.
Uno de los principales obstáculos que deben sortear los médicos que trabajan en diabetes es lograr que sus pacientes no abandonen el tratamiento. "A los 5 años de haber comenzado el tratamiento, los pacientes toman un 30% menos de los medicamentos que deberían tomar para mantener bajo control la enfermedad", asegura el doctor León Litwak, jefe de la sección Diabetes y Metabolismo del Hospital Italiano.
"Al ser una enfermedad crónica, es fundamental motivar al paciente acerca de la importancia de seguir el tratamiento", agrega este investigador que ha desarrollado un programa educativo interdisciplinario para personas con diabetes que ha demostrado mejorar sensiblemente el control de la enfermedad.
A los 18 meses de haber participado de dicho programa, los pacientes redujeron (en promedio) casi un punto sus niveles de hemoglobina glicosilada, una proteína de la sangre que delata cómo se han comportado los niveles de azúcar en sangre en los últimos 2 o 3 meses.
El estudio inglés Ukpds demostró que cada punto que de hemoglobina glicosilada que se baja representa una reducción del 37% del riesgo de complicaciones microvasculares (como la neuropatía periférica) y del 43% de la vasculopatía periférica.
Además, quienes participaron del programa educativo del Hospital Italiano redujeron también la presión sanguínea y el colesterol en un 30 por ciento. ¿En qué consiste dicho programa?
"Los pacientes, junto con sus familiares, participan de una jornada, que dura entre 8 y 10 horas, en la que distintos especialistas les dan pautas básicas sobre nutrición, actividad física y control de la diabetes", explica el doctor Litwak.
Durante la jornada educativa, los pacientes y sus familiares no sólo aprenden, por ejemplo, qué tipo de actividad física o qué deben comer, sino que participan activamente de clases de gimnasia y comen en compañía de nutricionistas que les enseñan a elegir los alimentos más saludables y cómo combinarlos.
El control de los episodios de hiperglucemia o hipoglucemia, el cuidado de los pies y el uso adecuado de la insulina y de los dispositivos para automonitoreo de los niveles de glucosa también son temas abordados por distintos especialistas.
"Al principio, el curso lo hacíamos en forma convencional, dividido en varias jornadas, pero al concentrarlo todo en un solo día no sólo redujimos la deserción, sino que estamos observando notorias mejorías en la calidad de vida", concluye Litwak.
Nueva fundación
En el marco del Día Mundial de la Diabetes 2005, comienza a funcionar la Fundación Diabetes, entidad cuyo objetivo será ofrecer apoyo a grupos de investigación en diabetes, así como también desarrollar actividades docentes. El área de investigación, coordinada por el médico nutricionista Mauricio Jadzinsky, evaluará proyectos de investigación en diabetes. "Es intención de la fundación colaborar con los beneficiarios de los apoyos financiando algunas áreas de los proyectos, facilitándoles materiales, asesoramiento estadístico e incluso becas a personal técnico o prefesional", dijo el doctor Jadzinsky.