THE GUARDIAN. ESPECIAL
Escaneos cerebrales realizados a chicos autistas revelaron fallas sorpendentes en los principales circuitos cerebrales que podrían explicar las diferentes dificultades sociales que experimentan los chicos que padecen este trastorno, según anunció el domingo último un grupo de neurocientíficos.
Tomas detalladas del cerebro de los chicos revelaron que las redes de nervios que se consideran cruciales para entender las emociones y las intenciones de los demás no se activaban en el momento apropiado. Cuanto más agudo el autismo de un chico, menor la actividad que registraban los circuitos.
En el estudio, un grupo de neurocientíficos encabezados por la doctora Mirella Dapretto, una psiquiatra y especialista en mapeo cerebral de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), les mostró una serie de rostros a dos grupos de chicos con una edad promedio apenas superior a los 12 años.
A los chicos de uno de los grupos se les había diagnosticado autismo; los otros no manifestaban ninguna señal de sufrir este desorden.
Cada chico que participó en el estudio tuvo que ver 80 caras, cada una de las cuales expresaba furia, miedo, felicidad, tristeza o un estado natural.
En escaneos separados, a los chicos participantes se les solicitó que observaran la cara o imitaran la expresión.
Los investigadores descubrieron una diferencia asombrosa entre los escaneos cerebrales de los dos grupos de chicos que participaron en el estudio.
Cuando los chicos que no padecían autismo observaban los rostros, se activaban diferentes partes del cerebro, entre ellas manojos de nervios llamados neuronas espejo.
Se cree que este grupo de nervios desempeña un papel clavea la hora de entender lo que sienten los demás, por ejemplo, al reflejar en nosotros mismos sentimientos de tristeza si vemos que alguien está triste.
Los escaneos cerebrales demostraron que cuando los chicos que sufrían autismo miraban los rostros, procesaban los rasgos correctamente, pero las neuronas espejo que transmiten las emociones de las expresiones no se activaban.
En la siguiente prueba, a los chicos se les pidió que imitaran la expresión en cada cara que se les ponía delante. Una vez más, los escaneos demostraron que los manojos de neuronas espejo se activaban en los chicos cuyo cerebro tenía un desarrollo normal. Cuando los chicos autistas imitaban las expresiones, las neuronas prácticamente no se activaban.
Los escaneos sugieren que mientras la gente con autismo puede reconocer expresiones, los circuitos cerebrales que conectan las expresiones con la emoción son defectuosos, lo que dificulta o torna imposible la tarea de "leer" los sentimientos de los otros.
El estudio, que se publicó en la revista Nature Neuroscience el pasado domingo, demuestra que el problema reside en una región particular del cerebro conocida como pars opercularis, que es rica en neuronas espejo. En una ronda final de escaneos, los científicos demostraron que el autismo cada vez más agudo iba de la mano de una actividad rápidamente decreciente de las neuronas espejo.
"Este mecanismo de espejo puede ser el responsable de la capacidad de leer, a simple vista, los estados emocionales de los demás", dijo la doctora Dapretto. "Nuestro hallazgo sugiere que un sistema de neuronas espejo disfuncional —agregó— puede causar las discapacidades sociales que se observan en el autismo. Esto es interesante porque, finalmente, tenemos una evidencia que puede explicar todos los síntomas clave de este trastorno."