Según los especialistas, el 39% de las parejas afectadas tienen entre 20 y 30 años; el 56% entre 31 y 40 y el 5% más de 41.
Mariana es platense, empleada pública y a los 27 años concurrió a un sexólogo para transmitirle su problema, al que consideraba, por lo menos, extravagante: a pesar de estar casada desde hacía años y de tener una vida sexual activa junto a su esposo, basada únicamente en juegos sexuales, jamás habían podido consumar el matrimonio. Esto es, no habían podido tener una relación sexual convencional con penetración. Pero entonces la pareja decidió tener un hijo y optaron por afrontar el problema. La sorpresa fue grande cuando en la entidad donde concurrieron a tratarse les dijeron que, aunque sea todavía un tema tabú, su caso no era tan raro como parecía: se calcula que una de cada cien parejas padece el mismo problema, lo que, paradójicamente, no equivale necesariamente a una vida de relación infeliz ni signada por la abstinencia sexual.
Así lo cuenta a EL DIA el sexólogo León Gindin, quien presentó recientemente un trabajo de investigación en el Foro de Sexualidad Femenina de Boston, Estados Unidos, y lo publicó posteriormente en el Journal of Sex and Marital Therapy, en el que se consigna la prevalencia -más alta de lo que se cree- de esta problemática, al tiempo que se propone una forma particular de terapia rápida para abordarla, sugiriendo también que se considere a la de los matrimonios no consumados "una entidad clínica especial y diferente de las que surgen de otras disfunciones sexuales".
Los números de Gindin -que ubica al número de matrimonios o parejas no consumadas entre el 1 y el 2% de los casos que llegan a su consulta- son coincidentes con los de otro sexólogo, el ítalo-suizo Willy Passini, quien habla de un 1%.
Más allá de las estadísticas, los sexólogos coinciden en que se trata de un tema de consulta constante, pero dada la escasa difusión del problema, esas consultas llegan después de muchos años de silencio.
Las causas
Detrás de los matrimonios no consumados se cuentan distintos factores. Los más comunes son las fobias sexuales y el vaginismo. Más atrás aparecen otras causas como las disfunciones eréctiles sistemáticas que se manifiestan sólo en el momento de la penetración y no en otro.
Estas son expresiones de situaciones personales donde se mezcla el miedo a la intimidad, las experiencias traumáticas infantiles y la erotofobia compartida, según explican los sexólogos.
Gindin dice que la fobia sexual se da tanto en el hombre como en la mujer, aunque es más frecuente en ellas: sus expresiones son variables y la más común es el miedo al contacto genital. "Es un miedo que supera lo racional y que se puede tratar como cualquier otra fobia", dice Gindin.
El vaginismo se produce cuando existen contracciones involuntarias de los músculos del tercio externo de la vagina que impiden la penetración, y es uno de los trastornos más comunes relacionados con la no consumación de las parejas.
Según las estadísticas elaboradas por el Centro de Sexualidad (CETIS) de León Gindin, tomadas de 199 casos entre 1990 y 1999, el 39% de las parejas afectadas tenían entre 20 y 30 años; el 56% entre 31 y 40 y el 5% más de 41. En el 64% de los casos se detectó que las causas de la disfunción eran de origen femenino, el 16% tenían origen en el hombre y en el 20% de los casos, el origen era compartido.
En el consultorio de Gindin se atienden, mensualmente, un promedio de dos casos de matrimonios no consumados, dice el especialista. La expresión es heredada del argot legal y en realidad el problema no afecta sólo a matrimonios "con papeles", sino a todo tipo de parejas.
Los sexólogos indican que generalmente este tipo de trastorno no es causal de separación. Esto es porque las parejas que lo padecen tienen una vida sexual activa, basada en juegos sexuales.
"En ese plano la pasan bien a través de juegos sexuales. Son parejas que se declaran satisfechas en ese campo y no tienen mayores problemas en el plano afectivo", dice Gindin, "por eso las consultas llegan generalmente cuando quieren tener un hijo".
Lo preocupante para los sexólogos es que, tratándose de un tema para el que existen tratamientos efectivos, las parejas llegan a la consulta después de muchos años de tener el problema, porque no se animaban a plantearlo.
Las Terapias
Actualmente, los consultorios de los sexólogos ofrecen dos variantes de terapia para hacer frente a este trastorno. Una más tradicional basada en varias sesiones de psicoterapia, y otra de abordaje intensivo cognitivo conductual referida por Gindin en el mencionado trabajo, que se basa en una única sesión prolongada de la que participan los miembros de la pareja asesorados por un equipo multidisciplinario. Esta terapia se indica en casos de matrimonios no consumados psicogénico y en parejas sin problemas de relación.
Según Gindín, que afirma que la novedosa técnica arroja un alto porcentaje de resultados exitosos, el de los matrimonios no consumados es un problema que no reconoce diferencias de edades ni de clases sociales.