Especialistas norteamericanos han publicado en el "Journal of Clinical Investigation" el caso de un varón de 42 años que recuperó la función cerebral que había perdido a causa de un accidente de tráfico ocurrido casi 20 años atrás y que lo mantenía en un estado de conciencia mínima, como prueba de que las conexiones nerviosas del cerebro se regeneran y permiten recuperar ciertas funciones.
Terry Wallis, cuya recuperación se produjo 3 años atrás, es uno de los pocos casos conocidos de personas que han recuperado repentinamente sus funciones tras un daño cerebral que lo dejó en coma por un tiempo y después en un estado de conciencia mínima que le permitía estar despierto, pero no comunicarse ni moverse. Sin embargo, los expertos advierten que "no se puede esperar igual recuperación en pacientes en estado vegetativo, ni se sabe cómo reaccionarán personas con un daño cerebral menor".
"Estos casos son tan fortuitos, como ganar la lotería. No se debe entusiasmar a los familiares de pacientes en estas condiciones para que crean que existe una cura", señaló el jefe de Rehabilitación del centro médico de la Universidad de Pittsburgh, Ross Zafonte, quien no estuvo involucrado en el estudio.
"Las células nerviosas que no han sido dañadas pueden formar nuevas conexiones; por ejemplo los nervios de los brazos y las piernas pueden crecer hasta una pulgada un mes después de haber sufrido un daño importante; sin embargo esto no sucede con la misma regularidad en el cerebro" explicó uno de los responsables del estudio. La nueva investigación sugiere que aunque la recuperación de Wallis se dio en forma repentina, su proceso de recuperación puede haberse dado en el tiempo, mientras sus neuronas generaban nuevas conexiones.
En el estudio, los científicos utilizaron en dos ocasiones un nuevo tipo de tecnología de imagen cerebral, solo disponible como instrumento de investigación, para probar el crecimiento de las conexiones nerviosas y se comparó la función cerebral del paciente analizado con la de 20 personas sanas y con otros seis pacientes con un estado de conciencia mínima que no habían evidenciado recuperación por 6 años.
"En el cerebro de Wallis lo primero que vimos fue un daño severo mientras que el segundo grupo de imágenes de este paciente mostró cambios respecto del primero, que sugerían la formación de nuevas conexiones cerebrales relacionadas con áreas que afectan la movilidad y el habla", señalan los investigadores.
Journal of Clinical Investigation 2006;116: 2005-2011