Mejora el pronóstico

El diagnóstico neonatal de la fibrosis quística es rentable

En España sólo siete CCAA tienen planes que incluyen el diagnóstico de la fibrosis quística

Un recién nacido en la maternidad de O'Donell. (Foto: Paco Toledo)
 
CRISTINA DE MARTOS (elmundo.es)

MADRID.- La implantación de los métodos diagnósticos depende muchas veces de su rentabilidad. Un trabajo publicado en la revista 'The Lancet' da un empujón más a la detección precoz de la fibrosis quística ya que además de mejorar el pronóstico de los pacientes, estas pruebas son económicas.

La fibrosis quística supone un gasto sanitario importante. Se trata de una enfermedad genética degenerativa que afecta a uno de cada 2.500 a 4.000 recién nacidos vivos. La mutación de un gen situado en el cromosoma 7 provoca la aparición de graves problemas respiratorios y digestivos. La esperanza de vida media de estos pacientes es de unos 25 años (aunque muchos la sobrepasan) y en todo ese tiempo los tratamientos que requieren son numerosos, desde antibióticos hasta fisioterapia respiratoria, y cuantiosos.

Cuando se detecta en los dos primeros meses de vida, el pronóstico de los niños mejora ya que los síntomas, en especial infecciones, se pueden controlar desde el primer momento. El diagnóstico basado en los síntomas se asocia, según los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, con una tasa de complicaciones dos veces mayor que cuando se identifica nada más nacer. A pesar de estos beneficios, en muchos países no se utiliza la detección precoz.

El protocolo empleado con los neonatos en EEUU consiste, como en otros lugares, en analizar primero la cantidad de tripsina inmunorreactiva (una molécula fabricada por el páncreas) en sangre y después, aquellos bebés con niveles excesivamente altos, se someten a un test de sudor para el diagnóstico definitivo.

Hacia la implantación global

Un grupo de investigadores británicos ha analizado los costes de la implantación de estas pruebas a nivel nacional para comprobar si es rentable. Los resultados son contundentes, el ahorro que supone el diagnóstico temprano de la fibrosis quística compensa este gasto por encima del 70%, lo que para los autores indica que "debe ser adoptado en todo el mundo".

Los cálculos se realizaron con cifras del año 2002 utilizando la Base de Datos de Fibrosis Quística del Reino Unido. Se estimaron los costes del tratamiento de 184 pacientes diagnosticados con menos de dos meses de vida y 950 en los que la enfermedad se detectó de forma clínica (porque se había manifestado) entre el primer y el noveno año de vida. Después se calculó lo que habría costado implantar un programa nacional de detección precoz en el Reino Unido extrapolando los datos de Escocia, en donde ya existe uno.

"El coste medio para el grupo de diagnóstico clínico fue el 400% del gasto del grupo de detección neonatal", según indican los autores. Las diferencias superaban el medio millón de dólares por paciente y año y para los individuos con formas más agresivas de la enfermedad alcanzaban los 4.700 dólares, unos 3.500 euros.

Este ahorro podría compensar entre el 34% y el 121% del coste de implantación de un plan de 'screening' neonatal para la fibrosis quística. Poner en marcha este programa en el Reino Unido en el año 2002 habría costado algo menos de tres millones de dólares, según estos cálculos, y se habrían ahorrado entre dos y dos millones y medio en tratamientos.

Un editorial publicado en la misma revista califica el hallazgo de "persuasivo". Bridget Wilcken y Kevin Gaskin, de la Universidad de Sydney, Australia, quienes lo firman, destacan el potencial que tiene esta prueba en aquellos países en los que la fibrosis quística es frecuente, como en la India, y cuyo sistema sanitario es estable.

En España, según el último 'Informe sobre la situación de los programas de cribado neonatal' presentado por el Ministerio de Sanidad sólo siete comunidades autónomas tienen planes que incluyen el diagnóstico de la fibrosis quística, con una cobertura del 30,17%.