El estudio GRACE, que ha analizado datos de más de 44.000 pacientes, ha comprobado la mayor supervivencia de estos pacientes, asociada a la extensión de ciertos fármacos y procedimientos
Los afectados por un infarto de miocardio o angina de pecho tienen hoy día más probabilidades de sobrevivir que hace unos pocos años, según concluye un estudio internacional cuyos resultados se publican en el último número de "JAMA".
El estudio GRACE (Global Registry of Acute Coronary Events), que ha analizado datos de 44.372 pacientes tratados en 113 hospitales de 14 países, muestra por primera vez una reducción significativa en la tasa de insuficiencia cardíaca y muerte en un corto período de tiempo en este tipo de pacientes. Según los autores, esta gran mejoría se ha producido al mismo tiempo en que los hospitales han aumentado el uso de ciertos fármacos, pruebas y procedimientos, los cuales han ayudado a reducir el impacto inmediato y a largo plazo de los problemas coronarios agudos.
Todos los participantes habían experimentado un infarto de miocardio grave con elevación del segmento ST o un síndrome coronario agudo (infarto sin elevación del segmento ST o angina inestable).
Entre 1999 y 2006, el uso de fármacos cardioprotectores en estos pacientes (ácido acetilsalicílico, estatinas, inhibidores de la flicoproteína IIb/IIIa, antiagregantes y antihipertensivos, entre ellos inhibidores de la ECA) aumentó de manera significativa. Al mismo tiempo, el uso de procedimientos como la angiografía y la angioplastia se incrementaron.
Todo ello se ha traducido en una disminución significativa de la tasa de mortalidad en los pacientes durante su estancia hospitalaria y en los 6 primeros meses posteriores al episodio cardíaco. Asimismo, se ha reducido el riesgo de que estos enfermos desarrollen insuficiencia cardíaca, edema pulmonar o enfermedad cerebrovascular.
A juicio de los autores, los resultados son muy esperanzadores, pues proporcionan buena evidencia de que el uso mejorado de los tratamientos basados en las directrices actuales da lugar a una menor mortalidad y a menos pacientes con insuficiencia cardíaca. En su opinión, este estudio demuestra que el cuidado a los pacientes cardíacos está mejorando realmente gracias a los tratamientos basados en la evidencia.
No obstante, también señalan que hay muchas cosas que mejorar, en especial el hecho de que muchos pacientes no se benefician de los avances debido a que no se les administran los tratamientos que requieren.
JAMA. 2007;297:1892-1900