Según diversos estudios

La cocaína y el corazón

Más evidencias sobre los daños cardiacos provocados por el consumo de cocaína.

ÁNGELES LÓPEZ (elmundo.es)

MADRID.- Dificultad para respirar, dolor en el pecho, fatiga... Estos son algunos de los síntomas de un trastorno denominado cardiomiopatía dilatada. La cocaína contribuye a su aparición en los más jóvenes.

Esta semana la revista 'The Lancet' recoge un caso de un joven italiano de 31 años que ingresó en el Hospital General de Siena (Italia) con síntomas de un trastorno cardiaco. Una radiografía detectó una cardiomegalia (el corazón es más grande de lo habitual) y una congestión pulmonar. El ecocardiograma también reveló una dilatación del ventrículo izquierdo y una deteriorada función contráctil.

El diagnóstico de los médicos fue el de cardiomiopatía dilatada, es decir, las paredes del corazón se agrandan pero están debilitadas y no son capaces de bombear la sangre con la misma fuerza de un corazón sano. A largo plazo, el resto del cuerpo se descompensa y puede aparecer edema pulmonar, arritmias, etc.

El joven, que no tenía ningún antecedente de enfermedad cardiaca, reconoció llevar un tiempo consumiendo cocaína. Por este motivo, junto con un tratamiento médico, se le aconsejó dejar el consumo de esta droga.

Un año después, el paciente estaba asintomático. Su radiografía mostraba un corazón normal y no había signos de congestión pulmonar.

Según un estudio de la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción, publicado el pasado diciembre, los jóvenes españoles entre 15 y 24 años son "bastante conscientes" de los riesgos que generan las drogas. No obstante, el consumo de cocaína en nuestro país se ha duplicado desde 1999.

No es la primera vez que la literatura médica recoge los daños que la cocaína puede originar sobre el corazón. Según una revisión, publicada hace unos años en la revista 'The New England Journal of Medicine', la repetida exposición a esta droga podría generar diferentes trastornos cardiacos.

En lo que respecta a la cardiomiopatía, los estudios señalan los diferentes mecanismos de acción que la cocaína tiene sobre el organismo. Por un lado, reduce el riego cardiaco y por otro estimula el sistema simpático, lo que da lugar a un aumento de la tensión arterial y de la frecuencia cardiaca.

Las sustancias adulterantes que suelen acompañar a la cocaína podrían originar miocarditis (inflamación del músculo cardiaco) y, por último, la alteración en la producción de citoquinas (un tipo de proteínas) da lugar a la muerte de las células cardiacas.

Otras patologías

Pero no queda ahí el efecto nocivo de la cocaína. Según diferentes estudios, el riesgo de sufrir un infarto de miocardio es 24 veces mayor durante los siguientes 60 minutos después de haber tomado esta droga.

Ni la forma de administración (inhalada, intravenosa...) ni la cantidad ni la frecuencia del consumo se relacionan con un mayor o menor riesgo. Por este motivo, los autores del artículo publicado en 'The Lancet' aconsejan que "se debería considerar un consumo de cocaína cuando se realice la valoración médica de un paciente joven y sano con enfermedad cardiaca".

Esta recomendación se basa en que, por lo general, estos pacientes no tienen antecedentes coronarios y en que es frecuente que el electrocardiograma no detecte en ellos el infarto ya que la cocaína altera el impulso y registro cardiaco.

La cocaína bloquea la recaptación presináptica de norepinefrina y dopamina, es decir, que al impedir que estos neurotransmisores entren en las neuronas favorecen su acumulación y por tanto potencian su acción. Entre otras funciones se relacionan con las emociones y sentimientos de placer, pero también ejercen otro tipo de acciones como el aumento de la tensión arterial.

Junto con ese efecto sobre las arterias, la cocaína contribuye además con un aumento de la demanda de oxígeno del músculo cardiaco y eleva la agregación de las plaquetas y, por tanto, la formación de trombos.

Aunque algunos ataques al corazón se producen dentro de la primera hora después de haber consumido cocaína, otros se producen varias horas después. Por este motivo, se piensa que los metabolitos que genera esta droga, las sustancias que produce el cuerpo al procesar la cocaína, también contribuyen de forma dañina sobre la salud cardiaca.

Las arritmias es otro tipo de trastorno cardiaco que puede generar el consumo de cocaína. Esta sustancia altera la generación y la conducción del impulso cardiaco por diferentes mecanismos como el aumento de la concentración intracelular de calcio.

Para ésta y las anteriores patologías cardiacas, los especialistas aconsejan un tratamiento similar al de los enfermos cardiacos. También se piensa que algunos de estos trastornos, como la cardiomiopatía, pueden remitir si se abandona el consumo de cocaína. "El debate continúa sobre si la cardiomiopatía causada por la cocaína puede solucionarse con la abstinencia. Nosotros hipotetizamos que la abstinencia permite la recuperación de la sobreestimulación del sistema simpático", concluyen los autores del artículo de 'The Lancet'.