Los niños que padecen dolor de estómago, de cabeza y vómitos son más propensos que el resto de los niños sin esos síntomas a desarrollar dolor crónico en la edad adulta, informaron investigadores de la University of Aberdeen (Reino Unido), en “Arthritis and Rheumatism”.
Pero mientras apenas el 1,5% de las personas encuestadas experimentó esos síntomas en la niñez, el 12,2% tuvo dolor crónico en la adultez, lo que significa que los síntomas infantiles sólo los sufrieron una pequeña proporción de casos.
Existen muchos otros factores potenciales que influyen durante la vida, como los psicológicos o los episodios adversos, "en una mayor proporción de casos de dolor crónico en la población", explicó el equipo dirigido por el Dr. Gareth T. Jones.
El dolor crónico generalizado afectaría al 11% de los adultos. Es más frecuente en las mujeres y su prevalencia aumenta con la edad, señalan los autores.
Existe cierta evidencia de que los síntomas en la niñez predicen un riesgo posterior, pero pocos estudios analizaron ese peligro en el tiempo.
Para reparar esa brecha en el conocimiento, los autores analizaron datos sobre 7.470 personas nacidas en 1958 y que participaron en un estudio a largo plazo.
Cuando los participantes tenían 7 años, sus madres informaron si sus hijos tenían distintos síntomas, como vómitos, dolor abdominal y cefaleas o migrañas. Se reunieron nuevos datos a los 11 y 16 años de edad.
Cuando los participantes cumplieron 45 años, respondieron cuestionarios sobre el nivel de dolor corporal.
Los investigadores hallaron que aquellos que habían tenido síntomas múltiples a los 7 años representaban al 1,5% del grupo y que tenían un 50% más de riesgo de sufrir dolor crónico a los 45 años.
Tener varios síntomas a los 11 y 16 años también aumentó el riesgo futuro de dolor crónico, aunque el nivel de síntomas a los 7 años fue el indicador de riesgo futuro más sólido.
A los 45 años, el 12,2% de los participantes dijo sentir dolor crónico generalizado, lo que sugiere que pudieron influir otros factores, más allá de los síntomas infantiles.
Arthritis and Rheumatism 2007;56;1669-1675