La Organización de los Estados Americanos (OEA) suscribió hoy un acuerdo con Naciones Unidas (ONU) para trabajar conjuntamente con el fin de combatir el hambre y la desnutrición infantil, así como fortalecer los mecanismos de respuesta durante situaciones de emergencia social y desastres naturales en la región.
En la sede de la OEA en Washington, su secretario general, José Miguel Insulza, declaró que el organismo está decidido a combatir este problema junto a otros, como las desigualdades en el acceso a la educación y a la salud, que también afectan a los sectores más pobres de América.
"El tema de la desnutrición infantil es un drama que no debería ocurrir en ninguna parte del mundo, y mucho menos en nuestra región, donde contamos con los recursos y el ingreso regional necesarios como para evitarlo", señaló Insulza. "Éste no es un continente pobre, esta región tiene un ingreso per cápita cercano al promedio mundial, y sin embargo tenemos todavía una cantidad enorme de gente que pasa hambre", dijo el titular de la OEA.
El director Regional del Programa Mundial de Alimentos para América Latina y el Caribe de la ONU, Pedro Medrano, dijo que ambos organismos "tienen muchas oportunidades de trabajar juntos, y apoyar a los países de la región a alcanzar la Meta 2 del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, que consiste en reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre".
Según estudios realizados por el Programa Mundial de Alimentos (PAM) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), unos 9 millones de niños menores de 5 años sufren de desnutrición crónica en el continente. El problema se centra principalmente en las poblaciones indígenas, donde la desnutrición crónica llega a afectar en algunos casos hasta el 70 u 80% de los niños.
En su última Asamblea General que fue celebrada en Panamá el pasado mes de junio, la OEA recomendó a los países miembros colocar la erradicación de la desnutrición infantil como tema prioritario en sus respectivas agendas.