Silvia Ojanguren
El Universal
En cada bocanada de humo, un fumador de tabaco aspira unas cuatro mil sustancias químicas, como nicotina, arsénico, metanol, amoniaco y monóxido de carbono, las cuales viajan en la sangre por todo el organismo y, de manera especial, por los pulmones. Su efecto negativo es una amarga realidad, así como que muchos jóvenes adquieren la adicción cuando son niños.
Las estadísticas revelan que los mexicanos comienzan a fumar, en promedio, entre los 10 y 12 años.
Escenario en el cual, de acuerdo con el doctor Eliseo Espinoza Poblano, se encuentra con frecuencia que los adultos de entre 35 y 40 años se iniciaron en la adolescencia y padecen enfermedades propias de la tercera edad: deterioro de la actividad respiratoria, problemas cardiovasculares, gastritis, obesidad e hipertensión, entre otras.
El asunto es grave, ya que está probado que la nicotina genera adicción, tiene efectos cancerígenos y contribuye al endurecimiento de las arterias (arterosclerosis), que castiga de manera grave al corazón. El tabaquismo a temprana edad puede afectar el desarrollo pulmonar, el cual concluye entre los 16 y 18 años, advierte el especialista, jefe del Servicio de Neumología e Inhaloterapia del hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
Algunos de los químicos que hay en el humo del tabaco son una amenaza. Por ello, en las Clínicas de Atención al Fumador del Seguro Social se ayuda al paciente, en primera instancia, con la aplicación de un estudio de espirometría que determina el flujo de oxígeno hacia los pulmones.
Operación Limpieza
El doctor Espinoza Poblano dice que en el IMSS se proporcionan medicamentos que contienen nicotina como parches y gomas de mascar para que gradualmente se supere la adicción, de manera complementaria se prescriben fármacos ansiolíticos especiales para las personas fumadoras.
Josefina Cortés Miranda, sicóloga de la Clínica de Atención al Fumador del hospital de Cardiología, explica que cuando se habla de tabaquismo se tiene en mente a una persona que fuma por lo menos un cigarro al día y mantiene el hábito durante un mes.
Estimaciones del sector salud indican que en México hay 14 millones de fumadores, de los cuales cerca de un millón son menores de 18 años. Por ello es que el tabaquismo es un problema que genera alrededor de 53 mil muertes anuales por padecimientos asociados a la adicción como tumores de vías respiratorias, enfisemas y bronquitis, enfermedad cardiovascular y cardiopatía isquémica.
El tratamiento contra este mal hábito, dice, contempla terapias cognitivo conductuales para identificar los motivos del fumador, ya que se sabe que la nicotina estimula ciertas zonas del sistema nervioso central y, por eso, las personas le atribuyen propiedades que producen una sensación de placer o sienten que se reduce el estrés o los nervios.
Igualmente, señala, inhibe el apetito. El caso de los menores de edad es particular, porque además de estos supuestos beneficios, encuentran en el tabaco pertenencia a un grupo o a un estrato social.
Cuando una persona se acostumbra a estas sensaciones e intenta dejar el tabaco, se presenta lo que se conoce como el síndrome de abstinencia, en el que la persona experimenta ansiedad generada por el abandono súbito de la nicotina.
La especialista insiste en que la terapia sicológica de la Clínica de Atención al Fumador apoya al paciente para generar un ambiente libre de humo de tabaco, para el cual es indispensable la colaboración de los amigos y de los familiares.