Por Mauro Federico.
El doctor Marcelo Strumiger es el jefe de Unidad Coronaria del Hospital Santojianni. Dice que muchos de sus colegas se están convirtiendo en pacientes de su servicio debido al estrés laboral. Foto: Patricio Pidal.
Cuidar la salud de la gente se ha convertido en un oficio de riesgo. Héctor Di Salvo es cirujano del Hospital Santojanni. Mientras operaba a un paciente sufrió un ataque cardíaco en pleno quirófano. “Cayó fulminado sobre la camilla quirúrgica, por suerte el anestesista logró reanimarlo y se salvó de milagro”, dice Marcelo Struminger, jefe de la Unidad Coronaria del mismo hospital. “Muchos colegas se han transformado en pacientes de mi servicio porque tienen severos problemas cardíacos generados por el estrés laboral”, explica. Las dolencias no son sólo cardíacas. Diversos estudios señalan que las tasas de suicidio y los casos de cirrosis entre médicos son tres veces más altos que en la población general. Algo similar ocurre con los accidentes de tránsito. Lo certifica la licenciada Graciela Zaldúa, profesora de Epidemiología de la Facultad de Psicología de la UBA y autora del informe.
“El síndrome del burn-out en el personal de hospitales públicos”. Burn-out es una expresión en inglés que significa “quemado”.
“Así se encuentra por lo menos uno de cada tres profesionales que se desempeñan en servicios de salud de nuestro país”, dice Zaldúa. Su investigación reveló que la resencia de enfermedades vinculadas con el exceso de trabajo y con los sobreesfuerzos que los médicos realizan es alta y preocupante. “Muchos están quemados y con serias dificultades para llevar adelante sus funciones. Casi todos están afectados, tramitandoel pase a otros servicios o con licencia por enfermedad”, cuenta Struminger.
GUARDIAS PELIGROSAS. Las guardias son una invitación a muchos de los excesos que los propios médicos desaconsejan a sus pacientes: estrés, café y cigarrillos conforman un cóctel nocivo para la salud de cualquier persona. Pero para los profesionales más. Para Ana Lía Kornblit, del Instituto Gino Germani, los más perjudicados son quienes trabajan en estos ámbitos “donde se exponen a entre 12 y 24 horas continuas”.
Abelardo Erausquin es neurocirujano de guardia del Hospital Fiorito desde hace 25 años. Una afección coronaria inesperada lo puso al borde del infarto en marzo de 2006. “Tuvieron que practicarme de urgencia una angioplastia para destapar la arteria”, recuerda. “A partir del episodio me hice un replanteo sobre cómo me tomaba los problemas del hospital y metí un rebaje, bajé un cambio, porque realmente me asusté”.
Los estudios realizados señalaron que el estrés y el desgaste laboral suelen dispararse por dos tópicos bien diferenciados: la relación y contacto con los pacientes, por un lado, y los factores administrativos y organizativos, por el otro.