Laboratorios Lorgen, en colaboración con la Unidad de Medicina Fetal del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, ha desarrollado un nuevo procedimiento que permite conocer el sexo del feto a partir de la octava semana de embarazo, frente a los cuatro o cinco meses de embarazo que hasta ahora se requieren para saberlo.
En concreto, este procedimiento se basa en la toma de una muestra de sangre de la madre a partir de la séptima u octava semana de gestación para, a continuación, proceder al aislamiento del ADN fetal, determinando así "con total exactitud" si se trata de un niño o una niña, según destaca la citada compañía.
Hasta ahora, para determinar el sexo del futuro niño se debía esperar hasta el cuarto o quinto mes, además de que la prueba tradicional "no es totalmente certera, ya que en muchos casos se basaba en la observación ecográfica".
Sin embargo, este nuevo procedimiento permite a los padres conocer el sexo de su hijo a partir de una sencilla prueba, que además no es invasiva. De igual modo, permitirá que cualquier laboratorio de análisis clínicos pueda ofrecer también esta posibilidad.
La prueba también tiene aplicaciones directamente vinculadas con la prevalencia de determinadas enfermedades monogénicas ligadas al cromosoma X, tales como la hemofilia o la distrofia muscular de Duchenne.
Hasta ahora, el diagnóstico prenatal requería esperar hasta la semana 18 mediante ecografía, o bien la toma de células fetales mediante procedimientos invasivos, como la amniocentesis, la biopsia de vellosidades coriónicas y la cordocentesis. Con todo, estos métodos presentan el inconveniente de suponer un riesgo tanto para la madre como para el feto.
En la actualidad se conoce que durante el embarazo, y aumentando con las semanas de gestación, entre el 3,4% y el 6,2% del ADN total libre en el plasma materno tiene origen fetal.
Este nuevo método ha sido ensayado en un estudio clínico con 120 madres y ha arrojado una fiabilidad superior al 98% de los casos, lo que avala la efectividad de la técnica.