Tiene los ingredientes de un verdadero éxito de la ciencia aplicada: ofrece una herramienta eficiente para luchar contra un importante problema social y económico, aplica técnicas biotecnológicas de avanzada y puede perfectamente convertirse en un producto de exportación.
Estas son sólo algunas de las virtudes de la nueva vacuna contra la brucelosis desarrollada por investigadores del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas-Instituto Tecnológico de Chascomús (IIB-Intech), del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín, que acaba de recibir el premio DuPont-Conicet, una distinción creada hace seis años para impulsar la investigación en el país y dotada de 25.000 dólares.
Tras quince años de trabajo, y de haber logrado secuenciar, contra viento y marea, el genoma completo de este microorganismo, los científicos del Intech y de la Universidad de San Martín lograron eliminar uno de sus 3,3 millones de genes.
"Nuestra idea fue encontrar un gen que pudiera eliminarse en una cepa patógena de la Brucella abortus , la bacteria que causa esta zoonosis, para atenuar su virulencia y así poder utilizarla como vacuna", explica el doctor Rodolfo Ugalde, que lideró la investigación.
La Delta-pgm, tal el nombre del desarrollo, permitiría complementar la acción de la inmunización que desde hace treinta años se aplica en el país a las terneras de entre seis y ocho meses de edad. Según explican los científicos, la nueva inmunización ofrece entre un 85 y un 89% de protección, versus entre el 60 y el 70% de la antigua. Por otra parte, reduce la colonización de los animales infectados y la liberación de la bacteria en la leche.
"Una de sus principales ventajas es que, a diferencia de la tradicional, no interfiere con el diagnóstico -detalla Juan Ugalde, integrante del equipo-. Sin embargo, conserva su capacidad inmunogénica y protege contra el aborto, que es la expresión clínica de la enfermedad. Además, puede aplicarse anualmente."
Las estimaciones más recientes calculan que de un 10 a un 15% de los establecimientos ganaderos locales tienen animales infectados y que hay una prevalencia individual del 5 al 8% para 50 millones de bovinos. El INTA calculó que las pérdidas económicas por esta zoonosis rondan los 60 millones de dólares anuales.
Aunque no existen estadísticas precisas del impacto de la enfermedad en la salud humana, sólo en el hospital Muñiz se diagnostica alrededor de un caso por día.
"Es una patología de difícil diagnóstico, muchas veces se confunde con una simple gripe, pero si se hace crónica genera muchas complicaciones -dice Diego Comerci, otro de los autores del desarrollo-. El tratamiento requiere de 40 a 60 días de terapia con dos antibióticos bastante costosos. Y tiene un alto porcentaje de reincidencia."
Los científicos se disponen ahora a iniciar pruebas clínicas en mayor cantidad de animales. "Esta vacuna conjuga muchos años de trabajo propio y de otros científicos argentinos que nos precedieron, como la escuela de glicobiología fundada por Leloir", concluye Comerci.
Nora Bär