Por: Georgina Elustondo
Cualquiera supone --lo afirma la tradición y lo sostiene a rajatabla el imaginario colectivo-- que los jóvenes son los que mejor se lucen en la cama. Los que más disfrutan del sexo, los que más lo practican, los que menos dificultades tienen a la hora de entregarse al cuerpo a cuerpo y a la búsqueda de placer. Sin embargo, las estadísticas de los expertos alumbran una realidad distinta y vuelven mito lo que alguna vez fue verdad: por estos días, la mayoría de las personas que consultan por problemas sexuales tiene menos de 40 años.
Según los especialistas, los jóvenes se han convertido en el principal grupo de consulta porque las disfunciones sexuales son cada vez más frecuentes en ese segmento y porque tienen menos pudores y prejuicios para buscar ayuda (Ver a lo largo de esta nota testimonios recogidos en la consulta por el doctor Adrián Sapetti). Los principales problemas que llevan al consultorio son eyaculación precoz y disfunción eréctil, en el caso del varón, y anorgasmia, vaginismo y dispareunia (dolor durante la relación sexual) en la mujer. Para ambos sexos, son cada más frecuentes las fobias y contrafobias sexuales (esto es, el sexo compulsivo e irreflexivo) y la falta de deseo. Según los expertos, los jóvenes vuelcan gran parte de su libido en la profesión y el trabajo y viven inmersos en una velocidad y un nivel de estrés que desvinculan el deseo sexual a niveles inéditos para una edad en la que --históricamente-- la vida sexual atravesaba sus mejores tramos.
"El 65% de las personas que acuden al servicio de Sexología Clínica del Hospital de Clínicas tienen entre 18 y 26 años", revela el doctor Juan Carlos Kusnetzoff, al frente del Programa. "Los jóvenes se han convertido en el principal grupo de consulta desde hace cinco años. Y lo mismo observamos en la Cátedra Libre de Sexualidad de la Facultad de Medicina. Cada año, vemos cerca de 1.500 pacientes, de los cuales casi dos tercios tienen menos de 26". La mayoría son varones y el problema que más se repite es la eyaculación precoz. "El resto, se reparte entre dificultades eréctiles y del deseo sexual", dice.
Cuenta Kusnetzoff que, hasta hace una década, la mayoría de las consultas también involucraban dificultades de erección, pero en poblaciones mayores, de entre 30 y 75 años. "No es que los más grandes hayan dejado de consultar, sino que esta franja disminuyó frente al avance de la juventud. De hecho, un buen porcentaje de parejas jóvenes consultan juntos".
El doctor Adrián Sapetti, director del Centro Médico Sexología y Psiquiatría y presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH), también registra esta tendencia. "La consulta de pacientes de entre 20 y 40 años creció más de un 30% en el último año, algo vinculado, a mi criterio, al mayor consumo de viagra entre los jóvenes".
El viagra aparece frecuentemente en la consulta: "algunos vienen porque están padeciendo una disfunción eréctil y quieren tomarla; otros porque quieren dejar de usar viagra; y otros quieren ver si hay algo más natural", cuenta Sapetti. Las fallas erectivas por ansiedad o por temor al fracaso o a no estar a la altura de lo que ciertos rankings proponen como "buen sexo" están a la orden del día. "El principal motivo por el cual crecen los problemas sexuales en los jóvenes tiene que ver con el consumo temprano y abusivo de viagra y con la cultura del rendimiento. Esa manera de encarar la sexualidad aleja del placer y la intimidad. Los jóvenes se sienten muy exigidos y juzgados y pierden naturalidad. No saben cómo ubicarse respecto a las mujeres", dice la sexóloga Isabel Boschi, de la Federación Sexológica Argentina.
Esto deriva, dice Boschi, en otros problemas que ganan terreno entre las sábanas.
"Crecen las consultas por fobias (evitación de la relación sexual) y contrafobias (volcarse a una relación sexual sin pensar ni elegir)". Por falta de educación sexual, los más chicos son presa fácil de todos los mitos", asegura.