"Escepticemia" por Gonzalo Casino

Adherencias y adhesiones

Sobre cumplimientos, seguimientos y otras muestras de sintonía.

No deja de ser curioso que la expresión “adherencia al tratamiento” haya hecho fortuna para indicar que un paciente se toma todas y cada una de las pastillas recetadas, a la hora justa y sin saltarse ninguna, o que sigue a rajatabla cualquier otra prescripción médica. Hasta ahora, en la literatura médica no había otras adherencias que las bridas de tejido conjuntivo que entorpecen la movilidad de una víscera, aparte de la inmunoadherencia, que podemos visualizar como la unión entre las moléculas y/o células que participan en una reacción inmunológica. Esta “adherencia al tratamiento” no es sino la traducción fácil, acrítica y confusa del inglés adherence to treatment, cuya lectura literal nos puede dar a entender que estamos ante una persona adherida íntimamente a su tratamiento, como pegada con pegamento. Y no se trata de eso, por más que haya pacientes que no se despeguen de su pastillero, o que los planteamientos del médico y sus prescripciones susciten la más firme adhesión por parte del paciente. ¿O acaso sí se trata de eso?
 
Hace un par de años se planteó la existencia del llamado “healthy adherer effect” (British Medical Journal del 1 de julio de 2006), lo que podríamos llamar el efecto del cumplidor saludable. Un metanálisis de 21 estudios, con un total de 46.847 participantes, en los que se valoraba la mortalidad en función del seguimiento del tratamiento, concluyó como cabía esperar que el cumplimiento terapéutico se asocia con unos mejores resultados para la salud, incluyendo una menor mortalidad. Pero la conclusión más curiosa del metanálisis es que el beneficio del cumplimiento terapéutico sobre la salud se daba tanto entre quienes tomaron un fármaco como entre quienes tomaron un placebo. La asociación entre cumplimiento y menor mortalidad es lo que avala la existencia del efecto del cumplidor saludable, según el cual el buen seguimiento del tratamiento prescrito es probablemente sólo un ejemplo o un indicador entre otros de lo que se considera un estilo de vida saludable.
 
La observancia del tratamiento es, pues, uno componente más del estilo de vida saludable, como lo puede ser el hacer deporte o el no fumar. Quienes mejor siguen un tratamiento médico (uno de cada cuatro pacientes no cumple el tratamiento prescrito) son probablemente quienes también mantienen un estilo de vida más saludable, quienes están más convencidos de que esta actitud es la más beneficiosa y son capaces de mantenerla. Los placebos son también más beneficiosos para ellos debe de ser porque su efecto reside precisamente en esos intangibles que tienen que ver con la fe y otros procesos cognitivos. La salud parece tener, por tanto, un componente de confianza, de adhesión a unas creencias y a unos hábitos, que debería ser más tenido en cuenta por los médicos a la hora de acordar con sus pacientes las intervenciones que estén más en sintonía con cada uno. (Hablando de adhesiones y seguimientos, gracias a todos los que siguen Escepticemia, que cumple ahora 500 entregas).