Dos ''brokers'' disfrazados bromean en la Bolsa de Frankfurt (Foto: Reuters | Kai Pfaffenbach) MARÍA VALERIO
Los negros nubarrones que se ciernen sobre las economías mundiales no resultan indiferentes a la investigación y la lucha contra el cáncer, según las previsiones que realiza esta semana la revista ''The Lancet''. Con fármacos cada vez más caros y un número creciente de pacientes (debido a un puro reflejo del envejecimiento de la población), es difícil que la oncología pueda permanecer al margen de la actual recesión mundial.
"En Europa comienza a haber algunas experiencias informales para tratar de contener el gasto", explica Nick Bosanquet, especialista del Imperial College británico en la revista. Sin embargo, a su juicio, estos ejemplos de contención no son suficientes si se cruzan con las cifras: los sistemas sanitarios europeos van a afrontar en los próximos cinco o siete años un 1% anual de crecimiento de gasto frente a más de un 20% de aumento de la demanda debido al envejecimiento demográfico.
En EEUU, el reciente plan de estímulo económico de 787.000 millones de dólares anunciado el pasado 17 de febrero por el presidente Barack Obama permite observar el futuro a corto plazo con algo más optimismo que en Europa. "Sin esta inyección, la investigación oncológica estaría frente a un panorama muy lúgubre", asegura Sujuan Ba, de la Fundación Nacional de Investigación sobre Cáncer (con sede en Bethesda, EEUU). "Después de años de recortes por parte de la administración Bush, esto representa una renovada sensación de urgencia sobre el impacto de esta enfermedad en los ciudadanos estadounidenses".
Mientras Bosanquet advierte de que "cuando este ''boom'' de gasto público acabe, comenzarán a aparecer problemas para afrontar los pagos"; otros expertos citados en el texto reconocen que una cosa es lo que ocurra en el terreno de la investigación y otra bien distinta cómo lo pueden notar los pacientes con cáncer a pie de calle. "Al menos 25.000 personas en tratamiento perderán sus coberturas sanitarias en 2009 como consecuencia de esta recesión", augura Lee Blansett, de la consultora MattsonJack DaVinci.
¿Afectará a la industria?
Al margen de cómo afecte la crisis a los sistemas sanitarios públicos, los especialistas advierten también sobre cómo puede repercutir la coyuntura económica en la propia industria farmacéutica y en ciertas organizaciones no gubernamentales con un importante papel a la hora de financiar la investigación.
Respecto a la industria, Phil L''Huillier (miembro del Cancer Research Technology), reconoce que de momento la demanda de fármacos y la existencia de suministros suficientes sigue amortiguando una posible falta de crédito que sí se hace notar en otros sectores.
Sin embargo, augura, en los próximos años, el fin de las patentes de numerosos fármacos ''superventas'' obligará a las grandes compañías a buscar nuevas oportunidades de negocio en moléculas en desarrollo en manos de pequeñas compañías biotecnológicas. Y es en ese escenario en el que la falta de financiación puede hacer más visible la recesión en el sector farmacéutico: "Un porcentaje [de estas empresas] no sobrevivirá a los próximos años".
En lo que concierne a la financiación privada, la situación ya se ha notado en el presupuesto de la principal ONG británica dedicada a la investigación oncológica, el prestigioso Cancer Research. "Nuestros ingresos netos procedentes de donaciones en 2009 será entre un 4% y un 5% inferior al año pasado", reconoce su director ejecutivo, Harpal Kumar.
Aunque el efecto de los recortes puede tardar dos o tres años en llegar a notarse en los laboratorios (hasta que muchos de los proyectos actuales finalicen y necesiten nueva financiación), Ciarán Devane, de la organización no lucrativa MacMillan Cancer Support, augura que "nadie será inmune". El desempleo, la caída de las ventas y los beneficios pueden hacer disminuir las donaciones de empresas y particulares destinadas a ONGs dedicadas a la lucha contra el cáncer.