LAURA TARDÓN
Con la alopecia, no sólo se pierde el cabello, también la autoestima y la confianza en sí mismo. Las repercusiones psicológicas de esta patología y la percepción individual de la misma pueden perjudicar las relaciones sociales y la calidad de vida de los afectados. Es la conclusión que se desprende de un nuevo estudio publicado en ''Journal British Association of Dermatologists'', en el que, además, proponen que los profesionales sanitarios tengan en cuenta el impacto psicológico para futuros abordajes terapéuticos.
"El pelo es un componente muy importante de identidad y de la imagen que uno tiene de sí mismo. Incluso una pérdida parcial puede originar complicaciones psicológicas y un impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes", explican los autores del trabajo, pertenecientes al departamento de Psicología de la Universidad de Westminster (Londres).
Federico Cardona, del Instituto Médico Asistencial (Madrid), explica: "lo que está al otro lado del espejo nos impulsa por la vida si lo que vemos está de acuerdo con nuestros propios parámetros y los que, nos guste o no, la sociedad nos impone".
Según estudios previos, las personas con alopecia tienen más probabilidades de padecer depresión y ansiedad, lo que influye significativamente en sus relaciones sociales. En esta ocasión, a diferencia de anteriores trabajos, los investigadores indagan en la percepción que los afectados tienen de esta alteración y la relacionan con su forma de afrontarla y su calidad de vida.
Estos tres puntos quedaron reflejados en varios cuestionarios que rellenaron los 214 participantes de esta investigación, procedentes de cuatro grupos de apoyo en Internet, a través de los cuales, los afectados comparten experiencias, ofrecen y reciben consejos sin salir de casa. Respondieron preguntas sobre sus sentimientos, actividades diarias, relaciones personales, tratamientos, síntomas, humor, aceptación, apoyo emocional...
Después de analizar sus contestaciones, los autores de este trabajo observaron que "para ellos, la alopecia tenía consecuencias importantes en sus vidas y un impacto emocional considerable. Destacaban, además, la impotencia que sienten por el escaso control que tienen sobre esta condición".
Afecta especialmente a las mujeres
Timidez, pérdida de autoestima y de confianza en sí mismos son las respuestas más comunes a la caída del cabello que afectan especialmente al género femenino. "El pelo desempeña un importante papel en la identidad y la imagen de las mujeres. Ellas experimentan más problemas psicosociales y estrés que los hombres", indican los expertos del estudio. Según los resultados, ellos tenían más dificultades en el trabajo y ellas en su tiempo libre y en sus relaciones personales.
"La confianza en uno mismo tiene la habilidad de afectar a cada área de nuestra vida. Es lo que nos impulsa, en muchos casos, a querer compartir en sociedad, lo que nos vuelve extrovertidos, socialmente abiertos, tolerantes, partícipes y con facilidad para interrelacionarnos", comenta el doctor Cardona.
En la misma línea que otros estudios, se registraron sentimientos de enfado, disgusto, preocupación y estrés. Estos dos últimos, "también eran la causa de muchos casos de alopecia, lo que significa que en estos pacientes se desencadena un círculo vicioso que acaba en ansiedad".
Su calidad de vida se veía reducida tanto por los sentimientos que la alopecia les produce como por los síntomas que los individuos asocian con esta patología: uñas estriadas (57%), prurito (60%) y manchas (36%), insomnio (32%) y fatiga (30%).
Un importante factor en la calidad de vida del individuo, según concluye este trabajo, es la forma de afrontar la alopecia que "depende de la percepción que los propios afectados tienen de la alopecia: acerca de sus consecuencias, su duración, el tratamiento... Y también de la fortaleza de su identidad".
Los responsables de esta investigación añaden, además, que estos resultados tienen implicaciones en el tratamiento de los afectados. "Es importante que los médicos tengan en cuenta las repercusiones psicológicas de la alopecia en sus vidas, para intentar modificar sus percepciones individuales y ayudar a mejorar sus respuestas, como el enfado y la preocupación".
Dada la alta incidencia de depresión y ansiedad en las personas que sufren pérdida del cabello, "esta medida podría ser especialmente importante porque, además, los afectados también reclaman atención psicológica", recomiendan los expertos. Finalmente, consideran necesarios más estudios que evalúen si realmente este tipo de intervenciones podrían reducir los desórdenes mentales derivados de la alopecia.