Los gastos de salud mental en EE. UU. aumentaron 65 por ciento en la década anterior, y muchos más estadounidenses están usando servicios de salud mental, pero sigue habiendo una gran diferencia entre el acceso a la atención y la calidad de la salud mental recibida, muestra una investigación reciente.
En una edición especial para mayo y junio de la revista Health Affairs enfocada en la salud mental en los Estados Unidos, un estudio encontró que alrededor de la mitad de estadounidenses que sufren de enfermedades mentales en un año dado no recibe tratamiento, y 25 por ciento más recibe tratamiento que no está en línea con las directrices basadas en la evidencia.
Algunos pacientes podrían recibir tratamientos inadecuados simplemente porque los médicos carecen de la evidencia para tomar una decisión informada sobre el tratamiento apropiado, señalaron Philip Wang, subdirector en funciones del Instituto Nacional de Salud Mental, y colegas.
Otro estudio sugirió que incluso cuando los médicos tienen información sobre las mejores prácticas, los pacientes no siempre reciben el tratamiento correcto. Esto se debe a que los incentivos financieros, las regulaciones, la calidad de la fuerza de trabajo de salud mental y las estrategias de mercadeo de las compañías farmacéuticas tienen un importante impacto sobre las decisiones de tratamiento de los médicos, apuntaron Marcela Horvitz-Lennon, del Instituto y Clínica Psiquiátrica Occidental en Pittsburgh, y Colegas.
Dijeron que el poco uso de tratamientos eficaces y el abuso de los ineficaces socavan la calidad de la atención y llevan a malos resultados para los pacientes. Para las personas que tienen enfermedad mental grave, esto puede resultar en un mayor aislamiento, hospitalizaciones repetidas, incapacidad de conseguir o mantener un trabajo, e incluso el suicidio.
Otro estudio encontró que el número de adultos mayores que reciben fármacos psicotrópicos para tratar el Alzheimer y otros trastornos de salud mental se duplicó entre 1996 y 2006, y el número de adultos y niños que usan los fármacos aumentó en 73 y 50 por ciento respectivamente.
El uso de medicamentos psicotrópicos ha aumentado, debido a que los médicos de atención primaria se han familiarizado más con estos tipos de fármacos y hay medicamentos disponibles a un menor costo, afirmaron Sherry Glied, catedrática de política y gestión de salud de la Facultad de salud pública Mailman de la Universidad de Columbia, y su colega Richard Frank.
Los investigadores también encontraron que el acceso a la atención de salud mental ha mejorado para muchos estadounidenses, pero que persisten desafíos para muchos grupos de personas. Entre 1996 y 2006, el tratamiento se redujo para las personas mayores con limitaciones mentales que dificultan que realicen tareas cotidianas como vestirse, comer y bañarse sin ayuda.
Glied y Frank también encontraron que más personas que padecen enfermedades mentales graves están siendo encarceladas. Alrededor del siete por ciento de las personas que tienen enfermedades mentales persistentes son colocadas en prisión cada año.
Otro estudio encontró que muchos miembros de la milicia y veteranos obtienen un tratamiento inadecuado o no lo obtienen para el trastorno por estrés postraumático (TEPT) y la depresión. Investigadores de Rand Corp. dijeron que se debe hacer más para preparar mejor a los proveedores comunitarios de salud para ayudar a los veteranos que tienen problemas de salud mental cuando vuelven a casa.
Además, el Departamento de Defensa necesita reducir las barreras institucionales y culturales para la búsqueda de atención de salud mental, sobre todo para el personal militar en servicio activo.
Un estudio de Robert Drake, profesor de psiquiatría de la Facultad de medicina de la Dartmouth, y colegas, concluyó que un programa nacional para ayudar a las personas mentalmente enfermas inscritas en programas de discapacidad del seguro social a encontrar trabajos podría ahorrar al gobierno federal $368 millones al año.
Los investigadores anotaron que alrededor del 27 por ciento de las personas que reciben el beneficios de discapacidad del seguro social sufren de enfermedades mentales, y que hasta el 70 por ciento de estas personas desea trabajar.
"Dar a las personas con enfermedades mentales el poder de aumentar su seguridad financiera ayudará a mejorar su calidad de vida de manera significativa al fomentar la autosuficiencia y la autoestima, lo que puede ultimadamente ayudar también a avanzar su tratamiento", apuntó Drake.