El exceso de grasa que conduce al desarrollo de enfermedad cardiaca puede ayudarles a combatir los peores efectos de la afección, según señala una reseña reciente de estudios sobre el corazón.
Es la llamada "paradoja de la obesidad", según el Dr. Carl J. Lavie, director médico de rehabilitación y prevención cardiaca del Centro médico Ochsner de Nueva Orleáns y autor líder de la reseña, que aparece en la edición del 26 de mayo de la Journal of the American College of Cardiology.
"La obesidad es un problema mayor que contribuye significativamente a un mayor riesgo de enfermedad cardiaca y mortalidad", advirtió Lavie. "Pero en cuanto se adquiere hipertensión, aterosclerosis y enfermedad arterial periférica, a los pacientes obesos les va mejor que a los delgados. Se ha escrito sobre la paradoja de la obesidad durante años, aunque muchos médicos no son conscientes de eso".
En su informe se examinaron datos sobre cuarenta estudios de 250,000 pacientes de enfermedad cardiaca, señaló Lavie. No solo quería recordarle a los médicos acerca de la paradoja sino advertirles y al público en general que no es una excusa para ser gordo, advirtió.
Algunos médicos han malinterpretado la evidencia y creen que a los pacientes obesos de enfermedad cardiaca no se les debería instar a perder peso, comentó Lavie.
"La obesidad causa muchos de los factores de riesgo conocido, como diabetes e hipertensión, y es un factor independiente de riesgo por sí misma", dijo. "Los pacientes de enfermedad cardiaca a los que les va mejor son los obesos que pierden peso".
Hay varias explicaciones posibles para esta paradoja, señaló Lavie.
Una es que las personas obesas acuden a los médicos antes que otras porque desarrollan síntomas, como fatiga y problemas respiratorios. La enfermedad cardiaca es más tratable si se identifica oportunamente.
También es posible que algo en las células grasas excedentes de las personas obesas podrían tener valor protector", aseguró Lavie.
"Las personas que tienen más pesos, podrían tener más capacidad de reserva para combatir la enfermedad", dijo. "Está el ejemplo del cáncer de mama. La obesidad podría ayudar a causar cáncer de mama, pero una mujer de 90 kg (200 lb) podría enfrentarse al cáncer mejor que una de 45 kg (100 lb) porque tiene más reserva metabólica".
Es bien sabido que la obesidad conduce a la enfermedad cardiaca, y eso es gran parte de la paradoja, señaló Lavie. "Estas personas podrían no haber desarrollado enfermedad cardiaca desde un principio si no fueran obesas", dijo. "Una persona delgada la está adquiriendo [la enfermedad cardiaca] por otra razón, así que está adquiriendo una peor forma de la enfermedad, la adquieren a pesar de ser delgados".
A Lavie le preocupa que la gente pudiera malinterpretar este informe. "La obesidad es un problema grave en los EE.UU.", aseguró. "Está aumentando a pasos agigantados. Es un contribuyente importante a la epidemia de enfermedad cardiaca. No queremos que la gente empiece a pensar que la obesidad es algo bueno".