Mujeres de sesenta y pico que súbitamente se enamoran de jovencitos de veinte y pico... Hombres habitualmente meticulosos con el dinero que se convierten en jugadores compulsivos... Otros que de la noche a la mañana abandonan toda cautela y comienzan a ser compradores compulsivos, a tener problemas con el alcohol o pierden todo interés en el mundo real...
La aparición de estos cuadros aparentemente inexplicables, que suelen someter a las familias a años de angustias, puede ser la manifestación de un trastorno neurodegenerativo difícil de diagnosticar: la demencia frontotemporal.
Ahora, un equipo de investigadores argentinos acaba de diseñar una prueba que puede detectarla... en siete minutos.
"Cada vez más necesitamos herramientas breves y útiles para detectar rápidamente las diferentes patologías -explica la licenciada Teresa Torralva, jefa de neuropsicología del Instituto de Neurociencias Cognitivas y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, y primera autora del trabajo que se publica en la próxima edición del Journal of the International Neuropsychological Society- . Ya existían tests breves que medían muy bien otros dominios cognitivos, como la memoria, pero no uno que evaluara específicamente el funcionamiento del lóbulo frontal, una suerte de «director de orquesta» del cerebro."
De él dependen la capacidad de organizar, de planificar, la denominada memoria operativa u online (por ejemplo, seguir una conversación sabiendo lo que la otra persona dijo unos segundos antes), la toma de decisiones y la capacidad de abstracción.
Los trastornos de esta área del cerebro se traducen en cambios de la conducta tan insidiosos que frecuentemente sólo son evidentes para los familiares y pueden surgir en personas que están en plena actividad, lo que hace que se atribuyan a problemas psiquiátricos.
"La demencia frontotemporal es una enfermedad neurodegenerativa que afecta las regiones frontales y temporales del cerebro -afirma Torralva-. Se caracteriza por desinhibición (comportarse inapropiadamente y de forma impulsiva), apatía (falta de interés), pérdida de empatía (disminución de la respuesta a necesidades o sentimientos de los otros), cambios en los patrones de alimentación (preferencia por los dulces) y déficits en la toma de decisiones con preservación de la memoria. Todo esto se manifiesta progresivamente, y en etapas avanzadas la resonancia magnética revela atrofia de los lóbulos temporales del cerebro. Los pacientes presentan poca o ninguna preocupación por sus actos, pero tienen preservadas habilidades cognitivas como el lenguaje, la memoria, la atención, la orientación y el coeficiente intelectual."
De un pantallazo
El tema viene estudiándose desde hace años y se desarrollaron pruebas complejas, algunas de las cuales demandan varias horas.
Pero en la práctica clínica no siempre se dispone de neuropsicólogos entrenados, de materiales específicos para la evaluación de ciertos dominios cognitivos o del tiempo que demanda la administración de una batería neuropsicológica completa.
Lo que logró el equipo integrado también por María Roca, Ezequiel Glechgerrcht y Pablo López, y liderado por Facundo Manes, fue analizar y seleccionar una serie de subtests muy sencillos y muy cortos que en alrededor de siete minutos pueden hacer un rastrillaje de estas funciones.
"Existe demanda creciente de una herramienta rápida y concreta que alerte al médico sobre que está ante un proceso disruptivo en el lóbulo frontal -dice Torralva-. En ese sentido, este test es útil no sólo para los neurólogos, sino también para los médicos clínicos."
La nueva batería, llamada Ineco Frontal Screening , fue sometida a prueba en un grupo de 22 pacientes con demencia frontotemporal, otro de 25 que padecía mal de Alzheimer y otro de control (integrado por individuos sanos).Tras comparar los resultados, los científicos pudieron verificar que el nuevo test mostraba una sensibilidad del 96 por ciento.
Para el doctor Fernando Taragano, que no participó de la investigación, el test "tiene un valor superior porque fue diseñado y realizado con pacientes de la Argentina".
"Una cosa es validar una herramienta externa y otra diseñarla con pacientes de nuestro país. Además, tiene gran mérito porque [los investigadores] trabajaron sobre un tipo de demencia que es menos prevalente que el Alzheimer, hacia el cual está dirigida toda la investigación mundial -afirma. Y enseguida agrega-: El beneficio de los tests cortos es que son fuertemente orientadores de la necesidad de profundizar la investigación."Vale aclarar que el test no es autoadministrable; es decir, se requiere la participación de un médico, psiquiatra o psicólogo.
"El diagnóstico de la demencia frontotemporal siempre es clínico -subraya Torralva-. Esto no es un test de diagnóstico, ningún test lo es, pero aporta una herramienta más para detectar rápidamente si hay algún trastorno en los lóbulos temporales. A las neuropsicólogas nos sirve para saber, de un pantallazo, si está afectada esa área del cerebro lo más temprano posible."
El equipo ya está trabajando para demostrar la utilidad de esta herramienta en otras patologías, como el trastorno bipolar y la demencia vascular, entre otras.