Los síndromes coronarios agudos son muy frecuentes y a menudo graves. Un informe publicado este año del comité estadístico de la AHA pronostica que sólo en 2009 casi 800.000 norteamericanos habrán sufrido un síndrome coronario agudo y cerca de 200.000 tendrán un ataque cardíaco asintomático. Por lo tanto, una de cada 5 muertes en Estados Unidos será debida a infarto de miocardio, o sea una muerte cada 5 minutos.
En Europa la situación es similar y por lo tanto cualquier medida para mejorar el tratamiento del síndrome coronario agudo será eficaz.
Existe una amplia gama de terrenos de investigación donde se puede mejorar el tratamiento y así lo evidencian en el ESC Congress 2009 las numerosas sesiones sobre este aspecto.
Aún existe espacio para mejorar el infarto de miocardio con supradesnivel ST donde la etapa pre-hospitalaria es muy importante, especialmente en la elección de la estrategia de revascularización.
¿Se le debe dar el tratamiento al paciente en forma inmediata aplicando medicación trombolítica, o es mejor trasladar al paciente al departamento de hemodinamia más cercano?
Este es un interrogante antiguo que sigue siendo intensamente debatido. Las situaciones varían ampliamente y requieren un enfoque multidisciplinario, basado sobre la existencia previa de una red de cuidado y traslado a los centros de alta complejidad. ¿Cuál es la estrategia que se debe aplicar cuando las distancias de traslado son muy grandes o en pacientes que se presentan muy tarde?
El tratamiento debe ser a la medida de la situación clínica y el nivel de riesgo. Por lo tanto, el tipo de tratamiento antitrombótico o el uso de procedimientos invasivos estará influenciado por las características del pacientes y puede diferir en mujeres, octogenarios, obesos, diabéticos, pacientes con anemia o insuficiencia renal.
El óptimo empleo de agentes antitrombóticos (viejos o nuevos) adaptados a los riesgos trombótico y hemorrágico de cada paciente sigue siendo un tema espinoso para el cual no existen un estándar. El equilibrio entre la eficacia y la seguridad a menudo es difícil de alcanzar con los agentes antiplaquetarios o los anticoagulantes. Las hemorragias, aunque sean menores están consideradas como factores de riesgo adversos y de mortalidad. Si la hemorragia es importante el paciente puede tener un deterioro hemodinámico y se presenta el dilema de interrumpir el tratamiento trombolítico y la necesidad de controlar la hemorragia quirúrgicamente.
Muchos estudios que están en evolución también colectan datos de pacientes hospitalizado por síndromes coronarios agudos. A pesar de las limitaciones y los sesgos de estos estudios, siguen siendo la única forma de aportar información sobre las características clínicas y el tratamiento que estos pacientes reciben. Es solamente a través de estos registros que se puede seguir la tasa de mortalidad relacionada con el infarto de miocardio y aprender si nuevas estrategias y tratamiento convalidados por estudios aleatorios son aplicables y realmente reducen la mortalidad.