Condicionantes sociales de enfermedad

Chagas: evolución condicionada por la situación económica

La verdadera prevención y control de esta patología continuarán dependiendo del futuro económico, político y social de los países afectados.

Las condiciones socioeconómicas influyen directamente en la evolución de la enfermedad de Chagas, según concluye un estudio llevado a cabo por especialistas del Servicio de Cardiología y del Laboratorio de Investigación en Chagas del Hospital Eva Perón de Buenos Aires (Argentina) y publicado el último número de Revista Española de Cardiología (2009;62(11):1224-32).
 
El estudio incluyó a 801 pacientes de 42 años, residentes en Argentina, con enfermedad de Chagas crónica y seguimiento hospitalario ambulatorio. Tras 10 años de seguimiento entre 1990 y 2005, los autores observaron que el acceso a una cobertura social y un mayor número de años de educación se asociaron con una reducción de la probabilidad de progresión de cardiopatía, independientemente de las variables clínicas de ajuste.
 
Sin embargo, la enfermedad de Chagas se suele desarrollar en el contexto socioeconómico de pobreza presente en los países en desarrollo de América Latina. Por ello, y según los investigadores, “la verdadera prevención y control de esta patología continuarán dependiendo, probablemente, del futuro económico, político y social de estos países”.
 
Además, los resultados también ponen de manifiesto que “los factores nutricionales, psicológicos y de estrés relacionados con las condiciones socioeconómicas podrían ser importantes para determinar la eficacia de la respuesta inmunitaria en enfermedades crónicas”.
 
Principal causa de miocarditis
 
Por otro lado, “la concordancia entre un menor tiempo de residencia en área endémica y una mejor evolución serológica podría indicar una menor carga parasitaria entre las personas que permanecen menos años en su hábitat endémico, además de la posibilidad de reinfecciones con distintas cepas parasitarias y la interacción patogénica entre ellas en los individuos que permanecen un mayor número de años en el área endémica”.
 
En definitiva, como concluye el estudio, “las condiciones socioeconómicas mostraron un significativo impacto en la evolución de la enfermedad de Chagas crónica, independientemente del tratamiento y las características clínicas de los pacientes”.
 
La enfermedad de Chagas es la principal causa de miocarditis de origen infeccioso y afecta al 30% de los diez millones de individuos infectados Sudamérica. En los últimos años, se ha producido un descenso en la prevalencia de esta patología, disminuyendo de 700.000 nuevos casos al año a los 200.000 registrados en el año 2000.


La enfermedad de Chagas provoca 14.000 muertes al año

MSF recuerda que entre un 7% y un 10% de las mujeres latinoamericanas en edad fértil están infectadas.
 
La enfermedad de Chagas se cobra cada año cerca de 14.000 vidas en el mundo. Es más; como alerta la Dra. María Díaz Martínez, delegada de Médicos Sin Fronteras (MSF), “entre 10 y 15 millones de personas podrían estar afectadas por esta dolencia en Latinoamérica, donde 100 millones más, o lo que es lo mismo, un 25% de la población, viven expuestas a contraerla”.
 
Hasta un 70% de los infectados vivirá con el parásito sin que su salud se vea afectada. Sin embargo, para el 30% restante, la fase crónica acabará provocando lesiones irreversibles en corazón, esófago y colon, siendo el paro cardíaco la causa de muerte más frecuente.
 
Por todo ello, como reclamó MSF con motivo de la presentación de la exposición Chagas: es hora de romper el silencio, en la que se muestran los actuales programas de prevención y los obstáculos para su diagnóstico y tratamiento, “los países endémicos deben diagnosticar y tratar más a los afectados. También se necesita más investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, pruebas rápidas de diagnóstico y pruebas de curación”.
 
En este contexto, y pese a que la incidencia de la enfermedad de Chagas se concentra, sobre todo, en los países latinoamericanos, el Dr. Xan García, miembro de MSD, pidió a las autoridades sanitarias españolas que “habiliten mecanismos de diagnóstico para la dolencia en las mujeres embarazadas procedentes de los países endémicos”, avanzando que algunas comunidades –como Cataluña y Valencia, con más población emigrante– ya han adoptado medidas de este tipo. No en vano, “entre un 7% y un 10% de las mujeres latinas en edad fértil están infectadas”, y con un diagnóstico acertado las posibilidades de cura tanto para la mujer infectada como para un niño portador de la enfermedad son “casi del 100%”.