Un estudio reciente halla que la presión arterial alta se controla mejor cuando el médico y el farmaceuta trabajan en equipo que si lo hacen por separado.
"Cuando los médicos trabajan conjuntamente con los farmaceutas, se intensifican los medicamentos, aumentan las dosis y los medicamentos se usan de forma más efectiva", señaló Barry L. Carter, profesor de la Facultad de farmacia de la Universidad de Iowa y autor principal de un informe que aparece en la edición del 23 de noviembre de Archives of Internal Medicine. "Cumplir con la medicación es una razón menor para la mejora".
El informe de la publicación describe un estudio en el que se dividieron en dos grupos 402 personas tratadas por presión arterial alta en seis clínicas: Un grupo recibió el tratamiento habitual para la presión arterial, en el que se expedía una receta en base a la medición de la presión arterial por parte del médico, y el farmaceuta sólo se limitaba a surtir la receta.
El otro grupo fue tratado por equipos compuesto por médicos y farmaceutas en el que los farmaceutas eran entrenados para medir la presión arterial del paciente y ajustar tanto el tipo de medicamento recetado como la dosis.
Luego de seis meses, la presión arterial había descendido al nivel recomendado en el 30 por ciento de los participantes del grupo de tratamiento tradicional, mientras que el 64 por ciento de los tratados por el equipo de médicos y farmaceutas alcanzó este objetivo.
¿Es este enfoque de equipo posible en la práctica médica ordinaria? Carter señaló que ya se lleva a cabo en algunos escenarios especiales, por organizaciones de cuidados administrados como Kaiser Permanente, Asuntos de Veteranos y varios centros de salud académicos.
"En estos momentos, una minoría de pacientes tiene acceso a este tipo de atención, pero eso podría variar a medida que se introducen cambios en el sistema de atención de la salud", destacó.
Sin embargo, señaló que también es posible en el ámbito habitual de atención médica, en el que un médico es responsable de la atención de un individuo, señaló Carter. "Hay esfuerzos de colaboración que podrían ser muy efectivos", dijo. Varios estados, incluido Iowa, tienen programas que apoyan este tipo de relación laboral, destacó.
Un enfoque de colaboración puede mejorar claramente los esfuerzos para controlar la presión arterial alta, que es un factor de riesgo importante para el ataque cardiaco, accidente cerebrovascular y otros problemas cardiovasculares, agregó Carter.
"El cumplimiento con la medicación apenas representa entre el quince y el veinte por ciento de los problemas en el control de la presión arterial", señaló. "La mayoría de las veces, no se toman dosis o combinaciones correctas de medicamentos para lograr este objetivo".
Y lo que funciona en el control de la presión arterial podría aplicar para otros problemas médicos crónicos, explicó Carter. "Han habido estudios positivos sobre diabetes, colesterol alto y asma, entre otros", destacó.
Helene Levens Lipton, profesora de políticas de salud de la Universidad de California en San Francisco, dijo que la colaboración entre médico y farmaceuta es cada vez más importante a medida que la población estadounidense envejece.
"Estamos enfrentando una crisis importante en forma de escasez de médicos de atención primaria, así que necesitamos buscar nuevos modelos", dijo Lipton, que escribió un editorial acompañante.
Aunque el concepto no es nuevo, "muchos médicos buscan ahora establecer alianzas con otros profesionales de salud para realizar actividades para las que no tienen tiempo", señaló. "A un médico le gustaría realmente que un farmaceuta le ayudara, a enseñar al paciente a ahorrar dinero en medicamentos para la presión arterial alta y a garantizar que cumpla con los medicamentos que se les receta".
Pero este tipo de colaboración "no surgirá sin la intervención de algún tipo de incentivo", apuntó Lipton. El incentivo más obvio, agregó, sería pagos de Medicare y Medicaid más elevados para profesionales médicos que establezcan este tipo de alianzas.
FUENTES: Barry L. Carter, Pharm.D., professor, University of Iowa College of Pharmacy, Iowa City, Iowa; Helene Levens Lipton, professor, health policy, University of California, San Francisco; Nov. 23, 2009, Archives of Internal Medicine.