CRISTINA G. LUCIO
La televisión no es buena consejera en lo que a alimentación se refiere. Según un estudio, elaborar la dieta a partir de los productos que habitualmente se publicitan en el medio audiovisual es una apuesta segura por la nutrición desequilibrada.
"Los alimentos que se promocionan en los anuncios de televisión tienden a proporcionar un exceso de los nutrientes asociados con los trastornos crónicos (como la grasa saturada, el colesterol y el sodio) y una carencia de los componentes que protegen contra la enfermedad (como la fibra, las vitaminas A, E y D, el calcio y el potasio)", explican los autores de este trabajo publicado en la revista 'Journal of the American Dietetic Association'.
Dirigidos por Michael Mink, profesor de la Armstrong Atlantic State University de Savannah (EEUU), estos investigadores analizaron la publicidad emitida en 84 horas de programación estadounidense en horario de máxima audiencia y durante otras 12 horas de la mañana de los sábados en un periodo de 28 días del otoño de 2004.
En total, identificaron 3.584 anuncios, un 17% de los cuales correspondían a promociones de alimentos. Con estos comerciales en la mano, y gracias a un programa informático, los científicos evaluaron el perfil nutricional de cada uno de los productos promocionados.
Los resultados de su trabajo fueron claros. Elaborar una dieta de 2.000 calorías únicamente a partir de los alimentos publicitados en televisión suponía consumir "25 veces las raciones recomendada de azúcares y 20 veces lo indicado para las grasas". En cambio, quien ingiriera este particular régimen se quedaría con menos de la mitad de las raciones aconsejadas de verduras, lácteos y frutas.
Cantidades
"El exceso de azúcares y grasas era tan extenso que tomar sólo uno de los productos observados proporcionaría más de tres veces la ración recomendada de azúcares y dos veces y media la porción de grasas", subrayan los investigadores.
En su trabajo, estos autores también hacen hincapié en que la ingesta de estos productos supondría un exceso considerable de proteínas, sodio, grasa saturada y colesterol y, a la vez, una carencia de calcio, vitaminas, fibra y magnesio, entre otros nutrientes.
Las conclusiones de la investigación remarcan que el trabajo en ningún caso ha analizado los hábitos alimenticios que podrían resultar de una exposición prolongada a los anuncios alimenticios en televisión.
Sin embargo, "dado que nuestros hallazgos sugieren que la comida anunciada en televisión se desvían de forma considerable de las guías nutricionales", exponen los investigadores, "sería necesario que futuras investigaciones exploraran el grado en que la publicidad influye en las elecciones de los telespectadores y su comportamiento alimenticio", concluyen.
Por su parte, Jesús Román Martínez, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, destaca que aunque la publicidad de alimentos en España no es tan agresiva como en EEUU -por lo que los resultados de este trabajo no serían completamente extrapolables a nuestro país- "sí es cierto que no puede elaborarse una dieta a partir únicamente de productos procesados, que es lo que más se promociona".
"Los alimentos básicos, como la fruta, la verdura o el pescado no aparecen en los anuncios y son fundamentales en cualquier alimentación", remarca este especialista, quien indica que "es fundamental fomentar la educación del consumidor para que aprenda a distinguir los productos menos saludables".