Alan Mozes
Las personas que practican meditación de forma rutinaria tal vez puedan gestionar mejor el dolor debido a que sus cerebros están menos enfocados en anticipar el dolor, sugiere un estudio británico reciente.
Se calcula que 40 por ciento de las personas no pueden manejar su dolor crónico de forma adecuada, y este hallazgo es potencialmente una buena noticia para ellas. Se basa en un análisis de personas que practican una variedad de formatos de meditación, y en experiencias de meditación que abarcaban de unos cuantos meses a varias décadas.
Se encontró que solo los individuos que tenían un compromiso a largo plazo con la meditación habían obtenido una ventaja respecto al dolor, en relación con personas que no meditan.
"La meditación es cada vez más popular como medio de tratar enfermedades crónicas, como el dolor causado por la artritis", aseguró en un comunicado de prensa de la Universidad de Manchester el Dr. Christopher Brown, de la Facultad de medicina translacional.
Señaló que "hace poco, una institución caritativa de salud mental pidió que la meditación estuviera disponible de forma rutinaria para el NHS [el Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña] para tratar la depresión, algo que sufren el 50 por ciento de las personas que tienen dolor crónico. Sin embargo, los científicos apenas comienzan a evaluar la forma en que la meditación podría reducir el impacto emocional del dolor".
Los hallazgos fueron publicados en una edición avanzada en línea de la próxima edición impresa de la revista Pain.
Todas las formas de meditación observadas por Brown incluían prácticas de meditación reflexiva y atenta (mindfulness), que forman la base de la terapia cognitiva basada en la práctica reflexiva y atenta, y que se ha recomendado para la depresión recurrente desde 2004.
Mediante el uso de un láser para inducir dolor, Brown y su equipo encontraron que la actividad de ciertas partes del cerebro parecía disminuir cuando los participantes del estudio anticipaban el dolor. Con esa observación, pudo establecer que los que tenían hasta más de 35 años de experiencia en meditación eran los que menos anticipaban el dolor.
En particular, los meditadores también parecían mostrar una actividad inusual en la región de la corteza prefrontal del cerebro, que se sabe regula los procesos de atención y pensamiento cuando una persona se siente amenazada.
"Los resultados de este estudio confirman la forma en que sospechábamos que la meditación podría afectar al cerebro", explicó Brown. "La meditación entrena al cerebro para enfocarse más en el presente, y por tanto a pasar menos tiempo anticipando eventos negativos futuros. Tal vez a esto se deba que la meditación sea eficaz para reducir la recurrencia de la depresión, que empeora considerablemente el dolor crónico".
Sin embargo, añadió que "aunque encontramos que los meditadores anticipan menos dolor y encuentran el dolor menos molesto, no está claro precisamente cómo la meditación cambia la función cerebral con el tiempo para producir dichos efectos".
FUENTE: University of Manchester, news release, June 2, 2010