Patricia Matey | Madrid
A lo mejor juegan 'limpio' pero con ventaja. Se dice que los adolescentes atractivos tienen mejor salud, practican más deporte, son mejor aceptados por sus iguales y suelen tener mayores éxitos académicos. Y si no que se lo digan a Selena Gómez, Demi Lovato o Miley Cyrus. Sin embargo, no siempre fue así: los chicos y chicas más guapos tienen peor autoestima durante la preadolescencia que los menos atractivos, pero con los años les superan en autoconfianza.
Suzanne Mares, del Instituto de Ciencias del Comportamiento de la Universidad Radboug en Nijimegen (Holanda) y autora principal del nuevo ensayo, reconoce "que quizás una de las ventajas más importantes del atractivo físico puede identificarse a través de las interacciones sociales. Por ejemplo, las personas juzgan más positivamente a los atractivos que a los 'feos'. Además, las habilidades sociales afectivas están más desarrolladas en los primeros que en los segundos".
Las prebendas sociales del atractivo físico "no sólo se producen en los adultos, sino también en los niños y en los adolescentes. Así, algunos estudios han verificado que los profesores aceptan mejor a los guapos que a sus homólogos menos favorecidos. Consideran también más populares entre los compañeros a las niñas más interensantes... Los adolescentes atractivos son más propensos a recibir una retroalimentación social más positiva y la autoestima depende, en gran parte, de la aceptación y el aprecio recibido de los demás", determinan los autores en el último Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology' '.
A diferencia de otros estudios previos que han analizado la asociación entre atractivo y mayor confianza en uno mismo, "el nuestro se ha realizado a nivel longitudinal (cinco años de duración) para descubrir el desarrollo de la autoestima a lo largo de la adolescencia. Además, la medición de la 'belleza' se basó en informes obtenidos de varios 'jueces'. Es decir, universitarios y padres con hijos adolescentes determinaron a través de fotos qué chicos y chicas eran más espectaculares", comentan los autores.
Finalmente, el trabajo se realizó con 230 estudiantes de entre 13 y 15 años a los que se les realizó un test de autoestima cada año a lo largo de cinco. Los datos llaman la atención al "establecer que los menores juzgados como más seductores tenían la autoestima más baja al inicio de la adolescencia que los que poseen menos gancho. Sin embargo, con los años, los 'favorecidos' desarrollan una mayor confianza".
Una posible explicación a este hecho reside en que "durante la adolescencia temprana las niñas y niños más llamativos físicamente se enfrentan a unas expectativas más elevadas de su entorno social directo. Padres, profesores y compañeros esperan mucho más de ellos. Pueden sentir que nunca van a responder adecuadamente a ellas , por lo que la confianza en sí mismos desciende", establecen los autores.
Recuerdan que la "baja autoestima a estas edades es un factor de riesgo de varios problemas de comportamiento (como conductas delictivas), de depresión e, incluso, de ideas suicidas. Los padres y los educadores deben tener esto en cuenta cuando manifiesten sus expectativas a los pequeños. También tienen que valorar que la sociedad actual otorga cada vez más importancia a la belleza, por lo que deben fomentar otros valores en los los chicos y chicas menos guapos con el fin de que su autoestima aumente con los años y tengan así menos riesgo de padecer enfermedades como la anorexia o la bulimia", concluyen los investigadores holandeses.