Los fumadores ya no corren el riesgo únicamente de padecer cáncer de pulmón, problemas respiratorios o enfermedad obstructiva crónica (EPOC), sino que también pueden sufrir disfunción muscular, como señala un estudio a cargo de investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Enfermedades Respiratorias, presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Enfermedades Respiratorias que termina hoy en la ciudad de Barcelona.
Se conocen desde hace tiempo las sustancias nocivas que engloba un cigarrillo, y se sabe que su humo es malo tanto para el fumador activo como para el pasivo. Y hasta se lograron enumerar los serios daños en la salud que puede provocar. Pero el marco de esos padecimientos estaba prácticamente circunscripto a lo respiratorio y cardiovascular.
Ahora se sabe que ése no es el único campo en el que puede afectar. La exposición crónica al humo del cigarrillo daña las fibras musculares de los fumadores y oxida las proteínas del músculo, lo que provoca que éste pierda capacidad motora, según apunta el primer estudio destinado a descubrir cuáles son los efectos nocivos del tabaco, aparte de los ya conocidos.
“Ya sabíamos que fumar era malo para los pulmones y para el corazón pero con esta investigación ahora también sabemos que los fumadores que se creen ‘sanos’ puede que estén perdiendo función muscular y no sean conscientes de que la causa de ese problema sea el humo del cigarrillo”, ha señalado la investigadora del CIBER y coordinadora del trabajo, Esther Barreiro.
El relevamiento se había realizado inicialmente con sujetos fumadores, los cuales no habían desarrollado todavía ninguna enfermedad típicamente relacionada con fumar tabaco; también en cobayas expuestas durante seis meses de forma continuada al humo del cigarrillo; y, ahora, se ha ampliado el estudio a ratones.
Precisamente esta última fase de la investigación es la que se presentó en el congreso, y la que ha permitido saber que todas las especies estudiadas tienen la misma respuesta ante el humo del cigarrillo.
“Esta última investigación y el hecho de que los animales utilizados no fuman directamente el cigarrillo sino que están expuestos, en cierta manera, de forma pasiva aunque prolongada, al humo del tabaco, nos indica que los fumadores pasivos (expuestos de modo prolongado y crónico al humo del cigarrillo) también pueden llegar a desarrollar esta disfunción muscular”, advierte Barreiro.
Barreiro ha destacado que “con estudios como éste se hace todavía más patente la necesidad de endurecer la ley antitabaco ya que, en España, uno de cada cuatro ciudadanos fuman cada día”.
El congreso, que se celebró en las instalaciones de Fira Gran Vía de Barcelona con 22.000 expertos internacionales que debatieron sobre las últimas novedades en la investigación y la práctica de la medicina respiratoria, dejó una conclusión preocupante.