Un avión despega del aeropuerto de Sondika (Vizcaya) | Iñaki Andrés / Patricia Matey | Madrid
Cada segundo, minuto u hora que un avión corporativo o privado despega o aterriza, los residentes de las zonas cercanas al aeropuerto están exponiendo su salud por culpa de la contaminación acústica y ambiental. A la irritabilidad, el insomnio, el cansancio o el aumento de la presión sanguínea se suma ahora un nuevo riesgo asociado al ruido que acaban desvelar científicos suizos: las patologías cardiacas.
Una relación que se afianza esta semana al coincidir esta nueva investigación con otra que recoge 'Occupational and Environmental Medicine' . En ella se certifica que los empleados con ruido persistente en sus trabajos tienen entre dos y tres veces más riesgo de desarrollar una enfermedad cardiaca grave en comparacion con los que gozan de ambientes laborales silenciosos.
Matthias Egger, de la Universidad de Berna (Suiza) y autor de la investigación relacionada con los aeropuertos que ha contado con la participación de 4,6 millones de adultos de todo el país, aclara que "no es la primera vez que el ruido se asocia a efectos negativos en la salud, incluido mayores posibilidades de sufrir del corazón. Sin embargo, creemos que este estudio es un progreso importante que ayuda a determinar si el ruido realmente tiene este efecto sobre el corazón o es su combinación con la contaminación ambiental".
Gracias a los registros gubernamentales y los datos ambientales, los investigadores pudieron determinan los niveles de contaminación en las zonas residenciales cercanas a los aeropuertos, además de establecer el nivel de ruido a lo largo de quince años. Tras tener en cuenta los niveles de partículas contaminantes en el aire, así como otros factores de riesgo relacionados con la salud cardiaca, encontraron que tanto el nivel como la duración del ruido elevaban por sí solos el riesgo de sufrir un ataque cardiaco mortal.
Tras identificar entre 2000 y 2005, un total de 15.532 defunciones por infarto entre la población estudiada, los autores hallaron que los habitantes expuestos diariamente a 60 decibelios tenían un 30% más de posibilidades de morir del corazón en comparación con los que vivían bajo 45 decibelios.
Publicado en 'Epidemiology' , el ensayo apunta, además, que los que sufrían "mayores niveles de ruido eran los que más riesgo tenían. Asimismo, aquéllos que residían dentro de un perímetro de 100 metros de una autopista o autovía poseían, asimismo, más posibilidades de enfermar del corazón".
En el trabajo
El ruido parece ser un factor de riesgo cardiaco independiente tal y como también se constata en la investigación relacionada con los centros laborales. Dirigida por Wenqi Gan, de la Universidad British Columbia en Vancouver (Canadá), ha sido llevada a cabo con 6.000 trabajadores de 20 años o más.
Los participantes se dividieron entre los que sí soportaban ruidos fuertes (si era difícil hablar con un compañero a un nivel normal) persistentes (al menos durante tres meses) en sus trabajos o los que desempeñaban su actividad sin contaminación acústica. Los científicos encontraron que hasta el 21% de los empleados confesó aguantar un ambiente ruidoso. La mayoría de ellos era varón con una edad media de 40 años y tendían a fumar y a tener más sobrepeso (factores de riesgo cardiacos) que los que trabajaban 'en silencio'.
Sin embargo, y tras ajustar todas las variables que pueden interferir en los resultados, los expertos descubrieron que la exposición a largo plazo en los centros de trabajo "aumentaba en casi el triple la prevalencia de angina pecho y el doble, la de enfermedad coronaria y la hipertensión sistólica aislada", determinan los científicos canadienses.
Especulan con la posibilidad de que la contaminación acústica fuerte, soportada días tras día, "puede ser un factor de estrés externo considerable como otros conocidos, lo que eleva las posibilidades de sufrir del corazón. La exposición a niveles elevados de ruido en el trabajo es un importante problema de salud ocupacionales y merece una atención especial", recomiendan en su ensayo.