Después de una angioplastia y by pass

Algunos pacientes cardíacos hacen test estrés demasiado pronto

Las nuevas guías del Colegio Estadounidense de Cardiología y otros grupos establecen que los test de esfuerzo rutinarios no deben realizarse durante los dos años posteriores angioplastia y los cinco años de un bypass.

Fuente: Medlineplus

Por Amy Norton

NUEVA YORK (Reuters Health) - A muchos pacientes tratados con una angioplastia o un bypass cardíaco se les harían las pruebas de estrés físico demasiado pronto.

Las nuevas guías del Colegio Estadounidense de Cardiología y otros grupos establecen que los test de esfuerzo rutinarios no deben realizarse durante los dos años posteriores a una angioplastia y los cinco años de un bypass.

Es decir que los pacientes sin los síntomas probables de obstrucciones arteriales (dolor de pecho o disnea durante el esfuerzo) no necesitan realizar un test de estrés para controlar su enfermedad.

Pero, mediante un estudio sobre más de 28.000 pacientes estadounidenses con una angioplastia o un bypass cardíaco, un equipo halló que el 59 por ciento había realizado por lo menos una prueba de esfuerzo durante los dos años posteriores a la intervención.

Esto, publicado en Journal of the American College of Cardiology, surge de las historias clínicas de un plan nacional de salud. De modo que se desconoce por qué se solicitaron esos test y qué cantidad se utilizó para evaluar síntomas.

"Una parte de esas pruebas se debería a la aparición de síntomas, seguramente", dijo el autor principal, doctor Bimal R. Shah, del Centro Médico de la Duke University, en Durham, Carolina del Norte.

El problema principal con estos test en pacientes sin síntomas, indicó, es que pueden inducir la realización de procedimientos invasivos innecesarios.

Durante una prueba de esfuerzo estandarizada, el paciente camina en una cinta o pedalea en una bicicleta fija mientras electrodos sobre la piel registran su actividad cardíaca.

El test incluye también la realización de un ecocardiograma o estudios con medicina nuclear o por imágenes, en el que se inyecta tinta radioactiva en el flujo sanguíneo para identificar las zonas del corazón que no están recibiendo suficiente sangre.

Si alguno de estos estudios revela un resultado anormal, se realiza una angiografía coronaria, que es una evaluación más invasiva y en la que se coloca un catéter por un vaso sanguíneo para inyectar tinta y detectar una obstrucción en las arterias cardíacas con ayuda de un equipo de rayos X.

Pero la prueba de esfuerzo o estrés, destacó Shah, puede dar "falsos positivos". Esto significa que a un porcentaje de esos pacientes se les realizará un angiograma innecesario.

Según el equipo de Shah, más pruebas representan más costos. Y en el caso de los estudios nucleares y la angiografía de seguimiento, significan una mayor exposición a la radiación.

El equipo halló también que la cantidad de pruebas de estrés variaban significativamente según el lugar de residencia de los pacientes.

Las tasas más bajas (entre el 50 y el 55 por ciento) se registraron en Chicago, Nueva Orleans, Columbus y Cincinnati. Phoenix concentró la tasa más alta con un 70 por ciento.

FUENTE: Journal of the American College of Cardiology, 12 de octubre del 2010