La atención al final de la vida de los pacientes de insuficiencia cardiaca es cada vez más costosa, pero los servicios de cuidados paliativos y ambulatorios tienen el potencial de reducir costos, informan investigadores canadienses y estadounidenses.
En un estudio, un equipo del Instituto de Investigación Clínica de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, analizó los datos de 229,543 beneficiarios de Medicare con insuficiencia cardiaca que murieron entre 2000 y 2007. Cerca del 80 por ciento de los pacientes fueron hospitalizados en sus últimos seis meses de vida.
Entre 2000 y 2007, el número promedio de días que los pacientes de insuficiencia cardiaca pasaban en la unidad de cuidados intensivos aumentó de 3.5 a 4.6, y el uso de cuidados paliativos se incrementó al pasar de 19 por ciento a casi 40 por ciento de los pacientes. El costo promedio no ajustado por paciente de Medicare aumentó en 26 por ciento, de $28,766 a $36,216. Después de que los investigadores tomaran en cuenta la edad, el sexo, la raza, las afecciones médicas coexistentes y las diferencias regionales, el costo aumentó en 11 por ciento.
Los pacientes de enfermedades renales y pulmonares, así como los pacientes negros, solían tener mayores costos, mientras que los pacientes mayores eran más propensos a tener menores costos.
El incremento en el uso de servicios de cuidados paliativos supone un cambio sustancial en la atención al final de la vida de pacientes de insuficiencia cardiaca, que es responsable de una de cada ocho muertes en Estados Unidos, señalaron los investigadores.
"Algunos estudios han encontrado que los cuidados paliativos son más rentables que los cuidados no paliativos, pero no observamos un menor uso de otros servicios a medida que el uso de cuidados paliativos aumentaba", escribieron. "Las tasas de hospitalización continuaron siendo altas, lo que sugiere que el potencial de los cuidados paliativos para evitar las costosas hospitalizaciones aún no se ha alcanzado por completo".
En el segundo estudio, investigadores de la Universidad de Alberta analizaron los datos de 33,144 pacientes de insuficiencia cardiaca de Canadá que murieron entre 2000 y 2006. Durante este tiempo, se produjo un descenso en la tasa de hospitalización durante los últimos seis meses de vida (de 84 a 76 por ciento) y en la tasa de mortalidad en el hospital (de 60 a 54 por ciento).
Al mismo tiempo, se produjo un incremento en el número de pacientes que recibieron atención ambulatoria en los últimos seis meses de vida (de 52.8 a 69.8 por ciento) y en el número promedio de visitas entre los que recibieron atención ambulatoria (de 6.4 a 7.7 por ciento).
En 2006, el costo promedio al final de la vida para un paciente de insuficiencia cardiaca fue de $27,983 dólares canadienses. El costo promedio de la atención durante los últimos seis meses de vida para los pacientes que murieron en el hospital fue más del doble que el de los pacientes que murieron en otros lugares, $38,279 frente a $15,905.
"El impacto sustancial del lugar de la muerte sobre los costos se puede ilustrar de la siguiente manera: si se hubiera reducido el número de muertes hospitalarias en 10 por ciento en 2006 el sistema de atención de salud habría ahorrado aproximadamente $11 millones (486 pacientes multiplicados por los ahorros promedio en costos de $22,374 por paciente)", escribieron los investigadores.
"Aumentar la disponibilidad de otros lugares alternativos de atención, tales como el cuidado a largo plazo y la asistencia a domicilio, puede ser eficaz para reducir aún más las hospitalizaciones y contener los costos", concluyeron.
Los estudios aparecen en línea el 11 de octubre en Archives of Internal Medicine.
FUENTE: JAMA/Archives journals, news release, Oct. 11, 2010