Por Zach Gottlieb
NUEVA YORK (Reuters Health) - "Este es el primer signo de este aumento del riesgo cardiovascular después de un procedimiento dental", dijo el coautor del estudio, doctor Francesco D'Aiuto, dentista e investigador del Instituto Dental Eastman, del University College de Londres.
"Eso no quiere decir que le pasará a todos los pacientes operados, sino que tenemos que estudiar mejor esa asociación", agregó.
Es difícil conocer el mecanismo exacto porque el equipo no accedió a información sobre los fármacos que usaban los pacientes al momento de la cirugía. Por ejemplo, si suspendieron algún medicamento podría haber aumentado la posibilidad de sufrir un infarto o un ACV.
Aun así, y dado que esos dos problemas afectan a más de 1 millón de personas en Estados Unidos, el riesgo sería significativo.
Según los autores, el infarto y el ACV ocurrieron sobre todo en las primeras cuatro semanas de recuperación.
El equipo analizó datos de Medicaid que le proporcionó GlaxoSmithKline, que fabrica fármacos para tratar la enfermedad cardíaca y el ACV, sobre un grupo de afiliados bajo tratamiento odontológico, incluidos procedimientos simples como la extracción de una pieza dental.
D'Aiuto explicó que el infarto y el ACV están asociados con las infecciones bacterianas y la inflamación después de tratamientos invasivos, posiblemente porque la inflamación daña las paredes arteriales y favorece la formación de placa que obstruye las arterias.
En Annals of Internal Medicine, el equipo escribe que eso los hizo pensar en la cirugía dental.
Pero aunque la base de datos de Medicaid incluye información sobre unos 10 millones de afiliados, sólo 1.150 se habían realizado una cirugía dental y habían sufrido un infarto o ACV en cuatro años estudiados. En ese grupo, 40 casos de infarto o ACV ocurrieron en las cuatro semanas posteriores a la cirugía.
El doctor Howard Weitz, cardiólogo de la Thomas Jefferson University en Filadelfia, y coautor de un editorial sobre el estudio, dijo a Reuters Health que la investigación no fue diseñada para conocer si la cirugía dental causa los problemas cardiovasculares, sino para comprobar una asociación.
Por ahora, no existen suficientes pruebas que sugieran que se deberían posponer las cirugías dentales, lo que crearía otras complicaciones. Pero los pacientes deberían informarle al dentista si tienen problemas cardiovasculares o riesgo de sufrir un infarto o ACV.