Patricia Matey | Madrid
El mayor seguimiento realizado hasta la fecha a adolescentes deprimidos bajo tratamiento no ha arrojado buenas noticias. Publicado en el último 'Archives of General Psychiatry' , el estudio constata que pese a que la mayoría respondía adecuadamente al tratamiento, al cabo de los años, la mitad volvió a desarrollar la enfermedad.
Así lo creen los autores de la investigación, quienes reconocen que "parece que no tenemos todavía una terapia que realmente evite que la patología se reproduzca. Y tampoco tenemos un indicador que indique qué personas en tratamiento van a recaer en la patología", recuerda John Curry, del Centro Médico de la Universidad de Duke (Durham, EEUU) y autor principal de la investigación.
Cesar Soutullo, director de la Unidad de Psiquiatría Infantil de la Clínica Universidad de Navarra reconoce a ELMUNDO.es, reconoce que el "trabajo es muy interesante e indica que con un tratamiento y seguimiento adecuado, combinando medicación y psicoterapia, los adolescentes con depresión obtienen altas tasas de respuesta al tratamiento. Sin embargo, las recaídas también eran frecuentes".
Para este experto, este hecho "indica que el tratamiento debe mantenerse el tiempo suficiente". El objetivo, añade, debe ser la remisión completa, porque los pacientes con síntomas residuales eran los que tenían más probabilidad de recaer. Además, apunta, "todo esto apunta al origen biológico de la depresión, ya que aunque los menores hayan tenido un factor estresor ambiental al inicio de la depresión (lo que precipita la enfermedad), éste no fue la causa, porque luego recayeron en ausencia del mismo. La depresión, por tanto, es un problema serio de origen biológico en adolescentes".
La investigación ha sido llevado a cabo con 86 chicos y 110 chicas de entre 14 a 22 años, participantes del Estudio de Tratamiento de la Depresión en Adolescentes (TADS, sus siglas en inglés) y constata que pese a que muchos superaron la enfermedad, al cabo de los años la mitad volvió a desarrollarla. Todos fueron divididos en cuatro grupos para someterse a una de las siguientes intervenciones: 12 semanas con fluotexina (Prozac), terapia cognitivo-conductual, ambas terapias o un placebo.
"A los que no recibieron la psicoterapia, se les recomendó participar en encuentros con el especialista para recibir un apoyo básico. Asimismo, a los que al cabo de los tres meses en tratamiento con placebo no experimentaron ninguna mejoría se les indicó que escogieran entre las tres terapias", indica el ensayo.
La depresión es una de las enfermedades mentales más prevalentes entre los adolescentes. "Afecta a un 5,6% de las chicas y a un 4,6% de los varones. Se relaciona con deterioro funcional, mayor riesgo de suicido y depresión en la edad adulta. Por lo tanto es importante investigar no sólo la eficacia de los tratamientos, sino también su efectividad a la hora de reducir posteriores resultados negativos, especialmente la recurrencia de la depresión", comentan los autores del estudio.
Los datos revelan que el 96% de los participantes se recuperó de su primer episodio depresivo durante los cinco años de estudio, incluido un 88% que superó la enfermedad en los dos primeros años. Para sorpresa de los investigadores, a los cinco años de seguimiento el 47% volvió a caer en la depresión, independientemente del tratamiento recibido.
La sorpresa
También les resultó llamativo comprobar que, "contrariamente a lo que creíamos, ni los jóvenes que se recuperaron completamente a las 12 semanas de tratamiento ni la combinación de Prozac con terapia cognitiva redujo el riesgo de recaídas. No obstante, sí es cierto que quienes respondieron sólo parcialmente a la terapia tenían más posibilidades de volver a tener depresión con el tiempo", señalan.
Los autores alertan, además, de que son las chicas (57%) en comparación con los chicos (33%) las que más probabilidades tienen de sucumbir a una nueva depresión, como también les sucede a los que, además de esta patología, padecen ansiedad. Para los autores de la investigación es importante hacer hincapié en que "aquéllos que vuelven a enfrentarse a la depresión puntuaron muy alto en las escalas que miden los pensamientos y comportamientos suicidas", agregan.