El año pasado murieron 410 madres y embarazadas

La mortalidad materna es la más alta en 23 años

En la estadística influyó la Gripe A. Pero los expertos señalan que Argentina no logró reducir la tasa, como se había comprometido, por las fallas en el acceso a los servicios de salud y los abortos inseguros.

Fuente: Clarin.com

Por Gisele Sousa Dias

Durante el año pasado, 410 mujeres murieron en Argentina por patologías asociadas al parto, el embarazo y el puerperio, lo que disparó la tasa de mortalidad materna y la ubicó como la más alta desde 1986 . Si bien una de las razones que explican este pico es que la Gripe A las tuvo entre sus principales grupos de riesgo, los expertos coinciden en que no se ha logrado reducir la mortalidad materna porque aún hay deudas pendientes.

El acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva que permita reducir los embarazos no deseados que terminan en un aborto inseguro –la mayor causa de muerte materna– es una de ellas.

Aunque las “Estadísticas Vitales 2009” del Ministerio de Salud de la Nación –a las que Clarín tuvo acceso– aún no fueron publicadas, el tema ya motivó dos convocatorias científicas . Mañana, la Alianza Argentina para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño –formada, entre otros, por la OPS, Unicef y la Academia Nacional de Medicina– darán una conferencia de prensa bajo la consigna “ Preocupan índices y tendencias en mortalidad materna e infantil ”. Y el jueves pasado, la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires organizó una sesión científica para analizar el llamado “subregistro”.

¿Qué significa esto? “Analizamos 1.052 partes de defunción y hallamos que por cada muerte materna registrada había dos no informadas ”, explicó el doctor Jorge Vinacur, presidente de la entidad. Por ejemplo, en el parte de defunción figura “paro cardio-respiratorio”, pero no que se produjo por una sepsis en el embarazo. El dato hace tambalear el registro oficial que indica que la Ciudad tiene, junto con Río Negro, la menor mortalidad materna del país (1,8).

En 2009, la tasa nacional trepó a las 5,5 muertes maternas por cada 10.000 nacidos vivos; en 2008 había sido de 4 y en 2000, de 3,5. El promedio, sin embargo, es ampliamente superado por 14 provincias: en Catamarca, por ejemplo, la tasa llega a 16 y en Formosa a 15 (ver El índice...).

“Las razones de este aumento son atribuibles, básicamente, a las muertes maternas por Gripe A. Pero hay causas directas que también aumentaron , como los abortos inseguros, hemorragias y sepsis. Mi impresión es que el sistema de salud está al limite de su capacidad y de sus recursos por el aumento de la inmigración interna y externa en la periferia de las ciudades”, analiza Vinacur. El registro indica que en 2009 hubo 95 muertes maternas por enfermedades respiratorias (por Gripe A certificadas y casos sospechosos).

Hace una década, la ONU incluyó la reducción de la mortalidad materna entre los “Objetivos de Desarrollo del Milenio”. “Argentina se comprometió a reducirla un 20% para 2007 y un 50% en las provincias que multiplicaban los niveles, pero estamos muy lejos de eso : hoy, para una mujer argentina el riesgo acumulado de morir por estas causas es 6 veces mayor que el de una chilena o una uruguaya”, señala el médico sanitarista Edgardo Trivisonno. ¿A qué se debe? “En el país hay 20 millones de personas que no tienen cobertura de salud y casi la mitad de las maternidades públicas no son seguras, sea por falta de personal calificado o de insumos. Hay que sumar que hoy el 30% de los nacimientos corresponden a hogares pobres . Además, la inflación genera más pobreza, lo que hace que no sólo las mujeres pobres queden fuera del sistema de salud”.

Dado que el 25% de estas muertes se producen por abortos inseguros, “los estados de la ONU consensuaron que para reducir la mortalidad materna se debe garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva . En Argentina, el 40% de los nacimientos no fueron planificados. Que las mujeres puedan decidir garantizaría que haya menos embarazos no deseados y disminuiría drásticamente la mortalidad por abortos inseguros”, analiza Eleonor Faur, socióloga y oficial de enlace del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Y aunque se ha avanzado (hay políticas nacionales y la educación sexual va dejando de ser un anhelo), la especialista afirma que aún quedan deudas: “Entre las mujeres más pobres los controles prenatales no siempre comienzan en el primer trimestre y todavía hay una tasa de embarazo adolescente que preocupa: una suma de vulnerabilidades que llaman a acelerar los esfuerzos para su disminución”.


“Lo que pasó con tu esposa fue un accidente”

Cristian Robra

Mientras Luzmila Daiara corretea por el patio sin desprenderse del chupete, su papá, Cristian Robra (25), rememora ese momento en que la felicidad total trocó en dolor y desazón. El 13 de marzo de 2009 nació Luzmila y siete días después su mamá, Marina Aspeleiter (18), falleció sin haber cumplido el sueño de acunarla.

Desde el momento en que se enteró del embarazo, la joven cumplió con todos los controles y tuvo una gestación sin complicaciones. “A las 13, comenzó con los dolores del parto y se fue contenta al hospital con mi mamá y mi hermana”, recuerda Cristian. “Yo llegué a las 17 y la vi bien. Cuando la llevaron a la sala de dilatación nos comunicábamos con mensajes de texto y así me enteré que estaba con mucho dolor porque le estaban acelerando el parto”, agregó.

“Cuando estaba anocheciendo, volví a la guardia con una muda de ropa que me había pedido. Después me pareció que algo raro pasaba porque llamaron como a 20 padres, pero a mí no. A las 0.30 del día siguiente me hicieron entrar a la sala de recuperación y ella me pidió que la sacara de ahí, porque la habían maltratado mucho. Me contó que durante el parto una enfermera se subió a la panza para que se produjera el nacimiento. Recién ahí pude ver a mi hija en una cunita”, relató el joven, que es albañil y vive en el barrio Ñu Porá.
Cristian se enteró luego de que su hija nació a las 22.36, pero nunca supo qué peso tuvo porque los médicos no lo dejaron asentado: “Cuando la llevamos al primer control, la médica hizo un cálculo y nos dijo que tuvo cerca de cuatro kilos”.

Cristian volvió a ver a su pareja en el sector de terapia intensiva. La chica nunca pudo recuperarse y falleció el 20 de marzo. Los médicos forenses dijeron que fue por una embolia pulmonar, pero Cristian cree que hubo mala praxis y realizó una denuncia que todavía no tiene imputados. Con bronca recuerda la explicación que le dio la directora del hospital Ramón Madariaga: “Lo que pasó con tu esposa fue un accidente, como salir a la calle y que te choque un auto”.

MISIONES. CORRESPONSALIA

“Con plata, se salvaba”

Adela Delgado recuerda a Elisa Calderón, su sobrina, hablando de ella como si contara relatos de una criatura. “Era flaquita pero guapa, la quería como a una hija”, dice. se había hecho cargo de su crianza desde los 12 años. La chica murió a los 28, al dar a luz a su primer y único bebé. “Tenía presión alta y toxoplasmosis. Le costó quedar embarazada, y los médicos le avisaron que había riesgo. Pero ella pensaba que todo iba a salir bien”, dice Adela. El parto se programó para agosto de 2002. “Era un desastre esa época, en las salitas no tenían remedios. Cuando se le ponía dura la panza no tenían nada para darle”, dice Adela.
El parto se adelantó, y la llegada del bebé sorprendió a Elisa en una localidad del interior. La joven murió horas después, por una hemorragia. Su hija se salvó, y hoy vive con su padre, que tenía otros dos chicos de una relación anterior. “Fue duro para él, le costó mucho salir”, dice la tía. Entre tanto recuerdo, las lágrimas brotan: “Con plata, seguro se salvaba. Tanta personas malas que se salvan de todo y ella no pudo”.

CHACO. CORRESPONSALIA