Una investigación reciente sugiere que los dispositivos implantables diseñados para prevenir la muerte repentina entre los pacientes con insuficiencia cardiaca resultan tan efectivos para asegurar la supervivencia de los pacientes en las situaciones del mundo real como en los ambientes controlados de los estudios.
El hallazgo se basa en un análisis de cerca de 186,000 pacientes a los que se había implantado un desfibrilador cardioversor implantable (DCI), un dispositivo de terapia de resincronización cardiaca (TRC) o un desfibrilador junto con un dispositivo de TRC (TRC-D).
Los autores del estudio anotaron que la observación es algo sorprendente, teniendo en cuenta que algunos de los pacientes que no estaban inscritos en estudios estructurados ya han experimentado un evento cardiaco y por consiguiente se les recetan dichos dispositivos para prevenir la reincidencia.
Esto sugeriría que los pacientes cardiacos del mundo real, en conjunto, podrían ser más vulnerables a eventos fatales que aquellos a los que se dio seguimiento en el ambiente del estudio.
"Me siento muy estimulado de que la supervivencia luego de la implantación del desfibrilador sea tan buena por tanto tiempo", aseguró en un comunicado de prensa de la American Heart Association la Dra. Leslie A. Saxon, jefa de la división de medicina cardiovascular de la escuela de medicina Keck de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles.
"Aquí hay muchas buenas noticias", agregó.
Saxon y su equipo informaron sobre sus observaciones en la edición en línea del 22 de noviembre de Circulation.
Al analizar las cifras, los autores determinaron que 92 por ciento de los pacientes con DCI sobreviven un año contado a partir de la implantación del dispositivo. Lo mismo se aplica para el 88 por ciento de los pacientes con TRC-D, anotaron.
A los cinco años, estas cifras cayeron a 68 por ciento para los pacientes con DCI y a 54 por ciento para los pacientes con TRC-D.
Los investigadores hallaron que entre los que tenían dispositivos TRC únicamente, la supervivencia a un año se calculó en 82 por ciento, mientras que la supervivencia a cinco años llegó a 48 por ciento.
El pronóstico menos favorable para los pacientes que solo tenían un TRC se atribuyó a su edad promedio mayor (76 años) y al hecho de que relativamente podrían haber estado más enfermos en general. Los pacientes actualmente tienden a recibir dispositivos TRC junto con desfibriladores.
El equipo del estudio también halló que los pacientes cuyos implantes eran monitorizados por la red de un centro de salud de manera remota y de manera continua tenían cerca de la mitad de probabilidades de morir que los pacientes que solo tuvieron evaluaciones intermitentes en persona.
La monitorización remota por línea telefónica y el acceso en línea al médico están disponibles para todos los dispositivos CDI y TRC-D, según anotaron los autores, y el reclutamiento en programas de ese tipo es por lo general gratuito con la recomendación de un cardiólogo.
"Es bastante probable que la razón por la que a estos pacientes les fue mejor es porque habían recibido un diagnóstico anterior, además de que estaban más facultados para encargarse de su propia salud", agregó Saxon. "No me parece que haya ninguna razón para que un paciente no tenga esto".
El Dr. Eric N. Prystowsky, cardiólogo y director de electrofisiología clínica del Centro Médico St. Vincent de Indianápolis, aseguró que los hallazgos son "buenas noticias", aunque advirtió que no se debía exagerar con la interpretación de los datos.
"Se trata de datos muy básicos sobre quién vivió y quién murió", anotó. "En realidad, no sabemos qué significa y no es apropiado sugerir que podríamos basándonos únicamente de esta recopilación de datos".
Pero, continuó Prystowsky, "este análisis sí muestra dos cosas impresionantes: la primera es que a los pacientes que no se seleccionan con extrema meticulosidad para un ensayo les va bien con estos dispositivos, desde el punto de vista de la mortalidad, y dos, que a los pacientes que tuvieron monitorización en casa les fue mejor".
Prystowsky agregó que "sobre esto último, de nuevo, a partir de estos datos no podemos decir exactamente por qué. Pero en nuestro centro pensamos que facilita mucho atender al paciente. Que los médicos sepan las cosas más pronto en teoría le dará al paciente mejores probabilidades para tener acceso más rápido a la atención apropiada. Eso tiene que ser bueno. Entonces, nos parece que ciertamente no hay desventajas para la monitorización remota y, siempre que sea posible, es razonable desearla.
FUENTES: American Heart Association, news release, Nov. 22, 2010; Eric N. Prystowsky, M.D., cardiologist, director, clinical electrophysiology, St. Vincent Medical Center, Indianapolis