Tomografía computarizada de baja radiación.

Una alternativa al test cardíaco invasivo

"Son muy promisorias porque no son tan invasivas y exponen a los pacientes a baja radiación".

Fuente: Medlineplus

Por Frederik Joelving

NUEVA YORK (Reuters Health) - Las personas a las que se les hará un estudio por imágenes para descartar una sospecha cardíaca podrían optar por un test no invasivo y de baja radiación.

El equipo de Moritz Wyler von Ballmoos, del Hospital de Niños de Boston, informó sobre los buenos resultados obtenidos con la tomografía computarizada (TC) de baja radiación.

"Son muy promisorias porque no son tan invasivas y exponen a los pacientes a baja radiación. Es una opción muy razonable para los pacientes", dijo el autor.

Tras revisar la literatura, el equipo concluyó que el test es tan efectivo para detectar problemas cardíacos como la angiografía coronaria con cateterismo, el método de primera elección.

Durante la angiografía, los médicos toman radiografías del corazón mientras le inyectan un líquido de contraste por un catéter delgado a través de un vaso sanguíneo, lo que a veces causa sangrado y, rara vez, la muerte.

Para reducir en parte esos riesgos, a algunos pacientes se les realiza una TC del corazón, un procedimiento no invasivo, pero que los expone a más rayos X que el método con cateterismo.

Esa radiación extra aumenta el riesgo de desarrollar cáncer. Aunque no es muy alto (causa un cáncer por cada 1.000 TC), es preocupante porque se realizan más de 2 millones de TC cardíacas por año sólo en Estados Unidos.

En el estudio publicado en Annals of Internal Medicine, los autores analizaron la utilidad de las TC de baja radiación, llamada técnicamente TC con gatillado electrocardiográfico prospectivo, que reduce la dosis de radiación a menos de 3 milisieverts (mSv) o alrededor de la radiación recibida en un año de fuentes naturales.

En cambio, la radiación durante una TC estándar del corazón es de 12 mSv y durante un cateterismo, de entre 7 y 9 mSv.

La revisión incluyó 16 estudios previos, que habían comparado la efectividad de la TC de baja radiación con el cateterismo. La mayoría de las investigaciones se había realizado fuera de Estados Unidos y sobre un total de 960 pacientes.

El equipo halló que la TC de baja radiación detectaba los problemas cardíacos igual que el método de primera elección, aunque con un 11 por ciento más falsos positivos. Pero Von Ballmoos le restó importancia porque a esos casos se los derivaría para un cateterismo.

"No son test para la población general sin dolores en el tórax", dijo Von Ballmoos. "La TC es un test diagnóstico, no de control preventivo", añadió.

Para el cardiólogo Andrew J. Einstein, de la Columbia University, los resultados son "alentadores", aunque dijo que no todos los pacientes son candidatos para el test porque deben tener una frecuencia cardíaca lenta y no pueden presentar gran cantidad de latidos irregulares.

Einstein, que no participó del estudio, estimó que el 85 por ciento de los pacientes con una posible enfermedad cardíaca son buenos candidatos para el test, que está disponible en muchos hospitales del país norteamericano.

"Estaría bien preguntarles si se los derivó a un centro de estudios por imágenes con la capacidad de usar esa técnica. En general, si existe un test no invasivo que funciona tan bien como uno invasivo, (el primero) siempre será la mejor opción para los pacientes", finalizó Einstein.

FUENTE: Annals of Internal Medicine, 15 de marzo del 2011