Fabiola Czubaj
PUNTA DEL ESTE.- Fiebre, decaimiento, dolor muscular y algo de tos, con una molestia en la espalda... En esta época, este malestar general bien podría confundirse con un simple resfrío, pero hay algo que no debería subestimarse: una neumonía producida por una bacteria que no pierde tiempo en los pulmones una vez que desencadena la infección.
El neumococo es un germen que cada temporada de frío muestra su especial predilección por los menores de 2 años y por los mayores de 65, pero que derrota más fácilmente el sistema inmunológico "cansado" por la edad. De hecho, un adulto infectado tiene 10 veces más posibilidades de morir por neumonía neumocócica que un chico, según coincidieron aquí expertos reunidos en el XV Congreso Panamericano de Enfermedades Infecciosas, que cada año organiza la Asociación Panamericana de Infectología (API).
"Sabemos que la edad es muy importante en la neumonía adquirida en la comunidad porque, con los años, el estado inmunológico se va debilitando naturalmente. Y el neumococo es hoy el germen que más neumonías provoca", dijo el doctor Eduardo Savio Larriera, vicepresidente de la API y profesor del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de la República, Uruguay.
En esta puesta al día del impacto de la enfermedad neumocócica en los adultos, sobre lo que no existe tanta información epidemiológica como en los chicos, los infectólogos apuntaron también a una debilidad de los sistemas de salud, incluido el de la Argentina, para reducir las hospitalizaciones y la mortalidad que cada año provoca esta bacteria.
"La neumonía no es una enfermedad notificable y, por lo tanto, el subregistro es enorme en nuestros países, cuando la mitad de los pacientes que llegan al hospital con síntomas tienen que ser hospitalizados y el 30% ingresa a cuidados intensivos -argumentó la doctora Rosana Richtmann, del Comité de Control de Infecciones del Instituto de Infectología Emilio Ribas, de Brasil, y presidenta de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de San Pablo, Brasil-. Hoy, es casi nula la información sobre el impacto en los adultos de la neumonía adquirida en la comunidad."
De chicos a grandes
Eso se debe, en gran parte, a que son los más chicos los que lideran la diseminación social de esta bacteria y otros tantos gérmenes.
"Si uno piensa en un chico de 5 años, hay que imaginarse a un «terrorista bacteriológico». Distribuye los virus y las bacterias respiratorias hacia los adultos. Un abuelo que convive con los nietos tiene 3 veces más riesgo de padecer neumonía u otra enfermedad respiratoria que si viviera en un hogar de ancianos", comentó el doctor Alejandro Cané, ex integrante del Comité Nacional de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría y miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología.
Por eso, agregó, si se realizara una campaña de vacunación contra el neumococo en los chicos, se daría protección indirecta a los adultos. Pero siempre la vacunación de los adultos será necesaria para garantizar la protección directa contra esta bacteria, que coloniza la garganta y ataca los organismos más vulnerables, ya sea por la edad o por la presencia de otros problemas crónicos, como las cardiopatías, el asma, la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la inmunosupresión en trasplantados o pacientes con VIH, entre otros. Fumar es un factor de riesgo de esta neumonía a cualquier edad.
"Esos pacientes, tengan 20 o 70 años, son grupos de riesgo y, si tienen más de 2 años, deben vacunarse contra el neumococo. Por ejemplo, las personas que tuvieron un infarto tienen de tres a cuatro veces más riesgo que la población general de tener una neumonía por neumococo [que es la principal enfermedad con la que se manifiesta la enfermedad neumocócica]", señaló Cané a LA NACION, luego de una conferencia de prensa organizada por el laboratorio Pfizer, paralela al congreso científico, en el que no se permitió el acceso a la prensa especializada.
Además del uso de la vacuna polisacárida para 23 serotipos del neumococo (en la Argentina es la única autorizada para los adultos y es gratuita para los mayores de 65, junto con la antigripal), las recomendaciones son no automedicarse ante los primeros síntomas, y concurrir rápido al médico de cabecera o al hospital. Como sucede con el virus de la gripe A, el neumococo avanza rápido, en entre 48 y 72 horas, según las defensas de cada persona.
Además de la fiebre y el malestar general característicos de la mayoría de las enfermedades respiratorias invernales, la tos cortada y la sensación de un dolor punzante en la espalda son propias de la neumonía neumocócica.
"Es un problema que podemos prevenir", insistió Savio Larriera, mientras que Richtmann aseguró: "Tenemos algunas herramientas, que son las vacunas, para detener una gran carga de enfermedad en la población, como es la neumonía extrahospitalaria en pacientes vulnerables. Pero, para eso, necesitamos el acceso masivo a las medidas de prevención, que incluyen las vacunas contra el neumococo y el virus de la influenza. Los médicos también debemos empezar a hablarles a los fumadores de 30 a 40 años sobre la gran relación que existe entre el tabaco y la neumonía".
Contra la resistencia microbiana
La apertura formal del XV Congreso Panamericano de Infectología en esta ciudad coincidió con la conmemoración del Día Mundial de la Salud, que este año giró sobre el aumento de la resistencia que desarrollan virus y bacterias a los remedios para eliminarlos.
"Si logramos tener poblaciones vacunadas que enfermen menos, y que disminuya el mal uso de los antibióticos y los antivirales, podremos ganarle a la resistencia que están generando los microbios" a esos medicamentos, dijo la doctora Mirta Roses, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante la inauguración del congreso de la Asociación Panamericana de Infectología y único evento al que se permitió el acceso de periodistas.
Según trascendió, la OPS y las sociedades científicas de América latina que integran la API acordaron sobre temas de interés para la opinión pública, como un calendario de vacunación para los adultos que prolongue la protección que se logra con las inmunizaciones en la infancia, la niñez y la adolescencia, y en torno del estado de situación del mal uso de los antibióticos en América latina.
Antes del congreso, en Montevideo, Roses dijo a los medios locales que, a veces, se utiliza "una bomba atómica para matar mosquitos" y se receta "el antibiótico más poderoso sin que sea necesario", según informó posteriormente la agencia EFE. La doctora Roses alertó, además, sobre el uso "muchas veces irresponsable" que hace la población de los antibióticos al automedicarse con estos fármacos para enfermedades en las que no son efectivos.