Truvada estaba llamada a ser la nueva esperanza en la prevención del VIH, pero los nuevos resultados de un ensayo con mujeres africanas han vuelto a devolver la lucha contra el sida al terreno del realismo.
Esta pastilla (que combina dos fármacos antirretrovirales, tenofovir y emtricitabina) se había probado con éxito en varones homosexuales como tratamiento profiláctico. Es decir, para prevenir el contagio antes de la exposición el virus (lo que se conoce como profilaxis preexposición, PrEP).
Sin embargo, un trabajo similar que se estaba llevando a cabo con prostitutas en Sudáfrica, Kenia y Tanzania, ha sido interrumpido antes de tiempo tras comprobarse que las mujeres que estaban tomando la pastilla no estaban más protegidas que quienes tomaban una píldora inactiva (un placebo).
Las mujeres debían tomar Truvada una vez al día para comprobar si el cóctel de antirretrovirales funciona a modo de prevención (pese a que este tipo de ensayos también insiste en la necesidad de mantener sexo con protección a sus participantes).
Sin embargo, un análisis interino de los resultados demostró que las mujeres que estaban tomando Truvada se infectaban del VIH en la misma proporción que el grupo control, lo que demostraba que la profilaxis no estaba funcionando como se esperaba.
'Frustrantes y sorprendentes'
Como ha reconocido en declaraciones al diario 'The New York Times' Anthony Fauci, máximo responsable de enfermedades infecciosas en EEUU, "los resultados son frustrantes y sorprendentes".
Sorprendentes porque, dados los buenos resultados de Truvada en la población masculina homosexual, no se esperaba este fiasco.
Ahora toca analizar los motivos, reconocen los promotores del ensayo. Por un lado, no descartan que las participantes no cumpliesen adecuadamente el tratamiento debido a las molestias y a sus efectos secundarios. Por otro, reconocen que deben indagar a partir de ahora en las posibles diferencias biológicas entre hombres y mujeres.
Es posible, explican, que los tejidos implicados en las relaciones sexuales en hombres y mujeres sean diferentes fisiológicamente y retengan diferentes concentraciones de VIH; lo que explicaría porqué el tratamiento es capaz de bloquear la infección en varones, pero no en mujeres. Los promotores del ensayo también deberán averiguar porqué las pacientes que tomaban Truvada se quedaron embarazadas en mayor proporción que el grupo control (posiblemente, sugieren, por interacciones con los anticonceptivos).
"Quedan muchas preguntas por responder", ha admitido Fauci, quien defiende que estos datos por sí solos no bastan para tirar la toalla de la prevención en mujeres. De hecho, dos estudios más sobre profilaxis pre-exposición siguen en marcha en África en estos momentos y sus resultados tardarán todavía otros dos años en conocerse.