Un estudio reciente ha encontrado una relación directa entre el uso de hisopos de algodón para limpiar las orejas y la ruptura de tímpano.
Los investigadores señalaron que la buena noticia es que la mayoría de los casos de ruptura de tímpano sanaron sin cirugía.
"En el pasado, muchos otorrinolaringólogos se han preguntado si la cirugía realmente es necesaria para el tratamiento de la ruptura de tímpano. Los resultados de este estudio demuestran que el 97 por ciento de los casos sanaron por su cuenta en un plazo de dos meses, lo que demuestra que la mayoría de los casos no exige cirugía", señaló en un comunicado de prensa del Hospital Henry Ford el Dr. Ilaaf Darrat, otorrinolaringólogo del hospital y coautor del estudio.
Pero esa no es razón para ser complaciente con la limpieza de las orejas.
Más de la mitad de las personas que acuden a los otorrinolaringólogos confiesa que usa hisopos de algodón, palitos con algodón en la punta, para limpiar sus orejas, práctica que puede dañar el oído si se empujan demasiado.
La ruptura de tímpano es apenas uno de los resultados potencialmente indeseables, además de tinnitus y, en casos graves, vértigo y parálisis facial.
"Si un paciente experimenta síntomas cómo pérdida de la audición, flujo, mareo o anormalidades en los movimientos faciales, debe acudir al médico inmediatamente para evaluar un posible daño al oído", aseguró Darrat en un comunicado de prensa.
En el estudio, los investigadores examinaron los registros médicos de 1,540 pacientes que sufrieron de ruptura de tímpano entre 2001 y 2010. Hallaron que aunque la mayoría de los casos sanó por su cuenta, algunas complicaciones, como parálisis de los nervios faciales, exigieron cirugía.
En cuanto a maneras alternativas de limpiarse las orejas, el Dr. Michael Seidman, director de la división de cirugía otológica y neurootológica del Hospital Henry Ford, coautor del estudio, recomienda los métodos siguientes:
•Mezcle cantidades iguales de peróxido frío y agua del grifo caliente. Permita que la mezcla alcance la temperatura corporal y luego irrigue el oído, con suavidad y no más de dos veces al mes.
•Otra idea es mezclar partes iguales de vinagre común y agua y ponerse cuatro o cinco gotas una vez a la semana.
•Pida una cita con un médico para pedir que se le extraiga el cerumen o busque un tratamiento de venta libre para ablandarlo y permitir su salida.
Los hallazgos del estudio fueron presentados el 29 de abril en la Reunión Combinada de Otorrinolaringología de Primavera en Chicago. Debido a que el estudio aún no se ha publicado en una revista revisada por colegas, los hallazgos se deben considerar preliminares.
FUENTE: Henry Ford Hospital, news release, April 28, 2011