Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - A muchos pacientes se les hacen exámenes para detectar cáncer colorrectal con más frecuencia que la que recomiendan las guías.
Esto, junto con otro estudio publicado en Archives of Internal Medicine, sugiere que los médicos deberían orientar mejor los test a quienes más se beneficiarían y conservar los recursos de pesquisa y prevenir complicaciones con un mejor cumplimiento de las recomendaciones.
Si las colonoscopías se hicieran según las guías, "generarían una reducción significativa del cáncer de colon", dijo el doctor James Goodwin, de la University of Texas Medical Branch, en Galveston. Pero agregó: "Hacer la pesquisa con mucha frecuencia es malo para el paciente".
Las guías de Estados Unidos para el manejo del cáncer recomiendan iniciar la pesquisa a mediana edad en la población con riesgo normal de desarrollar cáncer colorrectal y reiterar el control cada 10 años con una colonoscopía.
Aumentar esa frecuencia no sirve porque el procedimiento es molesto e invasivo, con riesgo de complicaciones y un costo de cientos de miles de dólares. Además, este tipo de cáncer es de crecimiento muy lento.
Otro test de cáncer colorrectal analiza la sangre en materia fecal y es menos invasivo, pero, según las guías, se debe realizar anualmente.
La Sociedad Estadounidense del Cáncer estima que, este año, se les diagnosticará cáncer colorrectal a unos 100.000 estadounidenses y se les detectará cáncer rectal a otros 40.000.
En uno de los dos nuevos estudios, el equipo de Goodwin siguió a 24.000 beneficiarios del servicio estatal Medicare de 66 años o más y con resultados normales en la primera colonoscopía.
Salvo que desarrollen síntomas sospechosos de cáncer colorrectal, las guías recomiendan no realizarles otra colonoscopía durante una década.
Pero, en los siete años posteriores, a uno de cada cuatro participantes le hicieron otra colonoscopía sin una causa médica clara especificada en la historia clínica.
Es muy importante reducir la cantidad de colonoscopías innecesarias porque una de cada 1.000 personas sufrirá una complicación que demande atención hospitalaria, como sangrado o desgarro del colon.
El segundo estudio incluyó a 200 veteranos militares de 70 años o más que habían tenido un resultado positivo en el test de sangre en materia fecal.
En los siete años posteriores, a la mitad se le hizo una colonoscopía, que diagnostica con más certeza el cáncer colorrectal y su ubicación, y a la mitad no se le realizó el examen.
El equipo de la doctora Christine Kistler, de la University of North Carolina en Chapel Hill, halló que a algunos pacientes que no se le había realizado la colonoscopía de seguimiento se les diagnosticó cáncer colorrectal y la mitad murió en cinco años por otra causa, lo que sugiere en primer lugar que el test inicial habría sido innecesario en muchos de ellos.
Esto "va en contra de la idea de que una indicación sirve para todos. Es necesario orientar la pesquisa a los pacientes que más se beneficiarán", incluida la población más joven y saludable, destacó Kistler.
Los participantes con una mayor expectativa de vida tuvieron más posibilidad de beneficiarse con el examen, mientras que los más grandes y enfermos tendieron a padecer la carga de esos controles, como las molestias, el riesgo de tener complicaciones y necesitar más análisis, sin beneficio alguno.
Aun antes de hacer un análisis no invasivo de sangre en materia fecal, Kistler consideró que "hay que pensar primero cuál es el test indicado para cada paciente".
FUENTE: Archives of Internal Medicine, online 9 de mayo del 2011